El f¨²tbol sala busca su sitio

En los ochenta era ¡°el deporte de moda¡±, en los noventa se lleg¨® a un hist¨®rico acuerdo para crear una liga nacional y en el cambio de milenio Espa?a gan¨® dos Mundiales seguidos, discuti¨® la hegemonia universal a Brasil y domin¨® el continente, tanto a nivel de selecci¨®n como de clubes. Pero desde 2016 la selecci¨®n no gana un gran torneo de f¨²tbol sala. Desde entonces cay¨® dos veces en cuartos del Mundial y en Europa firm¨® una plata y ayer, un bronce tras superar a Ucrania (4-1) en un campeonato que se llev¨® Portugal ante Rusia (4-2). El ¨¦xito no es eterno, pero s¨ª los cuestionamientos cuando no llega. Y el f¨²tbol sala en Espa?a est¨¢ en una frontera, con varios problemas para volver a estar de moda o a ganar.

¡°Seguimos siendo un referente a nivel organizativo y deportivo. Muchas federaciones se han fijado en nuestro modelo y un caso evidente es Portugal, que nos ha copiado cuestiones estructurales, al tiempo que elev¨® su nivel en la pista¡±, dice Javier Orol, integrante del equipo que toc¨® la gloria mundial en 2000 y 2004. Hoy trabaja en la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol como secretario del departamento internacional del f¨²tbol sala, un deporte al que varios antiguos jugadores aportan desde la dirigencia.

Otro de ellos es Kike Boned, tambi¨¦n dos veces campe¨®n del mundo y cinco de Europa. Ahora es vicepresidente ejecutivo de ElPozo Murcia. ¡°Quiz¨¢s aquellos resultados deportivos estaban por encima de nuestras posibilidades. Pero ten¨ªamos una generaci¨®n fant¨¢stica y la aprovechamos para que nuestro deporte y la Liga creciesen¡±, dice Boned.

La cuesti¨®n es discernir si ese crecimiento se ha frenado y ah¨ª est¨¢ una clave del baj¨®n en los resultados. Hace cuatro a?os la Liga Nacional de F¨²tbol Sala encarg¨® un estudio sobre su seguimiento. Se encontr¨® con que el 75% de su audiencia era mayor de 30 a?os. En Espa?a tres de cada cuatro jugadores de f¨²tbol sala federados tienen menos de 18 (son unos 100.000). Pero la gran mayor¨ªa tendr¨ªa problemas para citar tres equipos de la m¨¢xima categor¨ªa o para reconocer a los jugadores de la selecci¨®n. ¡°Estamos en un momento peligroso¡±, alerta Boned. ¡°Es evidente que el espect¨¢culo, el producto f¨²tbol sala no ha evolucionado¡±, explica Orol.

Una cosa es el producto y otra el juego, diferente al de hace 20 a?os. ¡°Mucho m¨¢s f¨ªsico, con jugadores mejor preparados y entrenadores con m¨¢s herramientas para formarse y hacer da?o a los rivales. M¨¢s t¨¢ctico y m¨¢s ordenado en defensa. Por eso se ven menos goles¡±, describe Diego R¨ªos, entrenador del Levante y elegido mejor t¨¦cnico de la pasada temporada por los capitanes y entrenadores de la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol sala espa?ol.

Desconfianza en la ¨¦lite

¡°No s¨¦ si estamos estancados, pero lo que s¨ª estamos es divididos¡±, advierte Boned, que entra en el conflicto entre federaci¨®n y liga que ha partido a los clubes. La historia del f¨²tbol sala en Espa?a es una historia de dicotom¨ªas. ¡°Desde los tiempos de [Jos¨¦ Mar¨ªa] Garc¨ªa y [Juan Manuel] Gozalo¡±, se remite Boned, que alude a los equipos promovidos por los dos periodistas, Intervi¨² y Union Sport. La convivencia de dos federaciones y dos modelos de f¨²tbol sala, con sus diferentes reglamentos, marc¨® una ¨¦poca.

Cuando en 1989 se cre¨® la Liga Nacional de F¨²tbol Sala, todo qued¨® bajo un mismo techo y se firm¨® un convenio con la federaci¨®n que se renovaba de manera t¨¢cita y en el que, por ejemplo, los derechos de televisi¨®n los gestionaban los clubes. Cuando lleg¨® a la presidencia, Luis Rubiales trat¨® de actualizar el convenio y se prendi¨® una mecha que a¨²n no se ha apagado. Por el camino, la Federaci¨®n ha rescatado la competici¨®n y le ha retirado los derechos organizativos a la Liga Nacional, que tiene firmado un contrato televisivo hasta julio de 2023 y a partir de ah¨ª un futuro incierto. Bajo el paraguas federativo muchos clubes de base o de categor¨ªas inferiores han empezado a percibir sustanciosas ayudas econ¨®micas procedentes de derechos de la casa com¨²n futbol¨ªstica.

Pero en la ¨¦lite a¨²n hay reticencias. ¡°La Federaci¨®n ha dinamitado el modelo; ahora querr¨ªamos saber qu¨¦ propone. Se rompi¨® la baraja cuando al fin nos pagaban por retransmitir los partidos despu¨¦s de a?os en los que pag¨¢bamos nosotros para que viniese la televisi¨®n¡±, afirma Boned. El temor crece si se consideran los problemas para comercializar estos derechos en plataformas que no sean cerradas. ¡°Tenemos que ir en televisiones en abierto. Cada vez somos m¨¢s invisibles. No podemos perder el hilo que nos une a la gente¡±, lamenta Boned. ¡°Queremos que vengan inversores y no sabemos cu¨¢l es el proyecto audiovisual para nuestro deporte. Me duele en el alma decirlo, pero el futuro lo veo incierto¡±.

Sin los triunfos de la selecci¨®n, queda fiar la recuperaci¨®n a un vuelco en las canchas. Y ah¨ª ya es un clamor la petici¨®n de cambios en las reglas. ¡°Hay que cambiarlas, actualizarlas... o volver al pasado¡±, desliza Orol. El t¨¦cnico Diego R¨ªos va m¨¢s all¨¢: ¡°Los entrenadores nos hemos adaptado para sacar rendimiento a los equipos con la normativa actual, como la que permite al portero sacar con la mano al campo contrario. Eso se puede mejorar. O evitar que haya equipos que empleen el portero-jugador como recurso para mantener el bal¨®n y calmar un partido y que haya menos transiciones, y menos goles¡±. Boned es taxativo: ¡°Algunas de las reglas han empobrecido el espect¨¢culo¡±.

La t¨¢ctica penaliza el error y destierra la emoci¨®n. No hay regates, sobran rotaciones y pases horizontales. ¡°Los entrenadores tienen cada vez m¨¢s incidencia en lo que ocurre en la cancha. Si coartas la libertad del jugador lo que tienes son clones. Ahora prevalece el jugador aseado, que toca y corta¡±, describe el vicepresidente de El Pozo, que visti¨® 180 veces la camiseta de la selecci¨®n y fue elegido mejor jugador del planeta en 2009. Los magos desaparecen de las pistas en un deporte de esencia callejera. El ¨²ltimo fue Ricardinho, que alz¨® la ¨²ltima Copa del Mundo... para Portugal. ¡°No se incita al atrevimiento, pero este es un debate muy amplio¡±, asume Boned. Mientras tanto, el f¨²tbol sala no deja de buscar su sitio.

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