F¨²tbol entre minas en San Mam¨¦s
Athletic y Valencia empatan con goles de Ra¨²l Garc¨ªa y Hugo Duro en un encuentro disputado en un intenso cuerpo a cuerpo
San Mam¨¦s no decidi¨® nada en la segunda semifinal de la Copa. Acab¨® en empate la pelea a cara descubierta entre el Athletic y el Valencia. Nada que no estuviera previsto antes del comienzo a la vista de lo que suelen ofrecer uno y otro equipo. Se adelant¨® el equipo de casa, igual¨® el forastero y el suspense continuar¨¢ hasta dentro de tres semanas, cuando los dos equipos se vuelvan a ver las caras. Entonces ser¨¢ la lucha definitiva para llegar a la final de la Cartuja ¡ªen la otra semifinal, el Betis parte con ventaja tras el 1-2 ante el Rayo en Vallecas¡ª.
El Athletic y el Valencia plantearon el partido como una batalla y no como una diversi¨®n. San Mam¨¦s no era un parque de atracciones sino la f¨¢brica de tractores en la batalla de Stalingrado. Los dos equipos se sent¨ªan con el enemigo a las puertas. Lo advirti¨® Marcelino en la v¨ªspera. Los suyos responder¨ªan con las mismas armas, y lo hicieron. El Valencia sali¨® al campo con la intenci¨®n de plantar minas y el Athletic no se dedic¨® a retirarlas, ni mucho menos. Dio la cara, intentando jugar con la misma intensidad, pero poniendo m¨¢s el acento en intentar asediar la porter¨ªa de Mamardashvili, que estuvo a punto de liar una gorda en una cesi¨®n de Diakhaby que no pudo controlar con el pie y se march¨® a c¨®rner por muy poco.
El partido se trab¨® desde el inicio, el bal¨®n vol¨® tantas veces que se agradeci¨® el detalle televisivo de no colocar por una vez la c¨¢mara a¨¦rea, que podr¨ªa haber recibido unos cu¨¢ntos balonazos. La primera parte transcurri¨® entre un sinf¨ªn de protestas y escaramuzas. Despu¨¦s del remate de Hugo Duro a los cinco minutos, que se march¨® muy alto, la preocupaci¨®n local pasaba por lo que propusieran Guedes y Bryan Gil, pero estuvieron bien tapados.
Al choque
A chepazos, el Athletic se acercaba de vez en cuando a la porter¨ªa visitante. Cre¨® una ocasi¨®n Berenguer despu¨¦s de robar una pelota que cedi¨® a I?aki Williams. Su disparo seco lo neutraliz¨® Mamardashvili con el cuerpo. Fue a la media hora, cuando estaba pasando lo que quer¨ªa el Valencia, es decir, nada. Pero pas¨® diez minutos despu¨¦s, en una falta lateral que sac¨® Muniain al cogollo del ¨¢rea, donde picaban las avispas. All¨ª meti¨® la cabeza Ra¨²l Garc¨ªa, casi a ras de suelo, con los recursos que atesora un veterano para adelantar al Athletic en la eliminatoria.
Despu¨¦s de la celebraci¨®n regres¨® la batalla, no hubo tregua. M¨¢s cruda todav¨ªa que antes, ¨¢spera como la piedra p¨®mez. No hubo acciones malintencionadas, ni patadas, pero cada intento de dar un pase era un sufrimiento. Montar una jugada exig¨ªa m¨¢s tr¨¢mites que el cobro de una herencia. El juego no pudo ser m¨¢s trabado. La est¨¦tica qued¨® a un lado, apartada por el inter¨¦s de ambos de acercarse a la final de Sevilla.
No se amilan¨® el Athletic por la propuesta del Valencia y lo mismo sucedi¨® al contrario. Nadie dejo de meter la pierna, o la cabeza; nadie regal¨® una disputa, ni evit¨® un choque. Sin hacer da?o pero sin conceder clemencia al rival. La primera parte termin¨® en un tumulto, pero las cosas se calmaron antes de entrar al vestuario.
Y as¨ª todo el partido. M¨¢s todav¨ªa desde que el Valencia empat¨® en una acci¨®n de Guedes que filtr¨® un pase desde la derecha que remat¨® Bryan Gil a bocajarro. El parad¨®n de Agirrezabala se qued¨® en nada porque estaba all¨ª Hugo Duro para remachar de una manera no muy est¨¦tica pero eficaz al fin y al cabo. Si antes de ese gol escaseaban los espacios, los jugadores visitantes se multiplicaron desde ese momento para tapar los que quedaban. El Athletic no encontraba la combinaci¨®n de la caja fuerte por muchas vueltas que le daba a la rueda buscando escuchar el clic. El conjunto de Bordal¨¢s se hab¨ªa blindado todav¨ªa m¨¢s.
La ¨²nica emoci¨®n del choque radicaba en la incertidumbre del resultado. Desactivado Muniain en el medio campo, bien tapadas las carreras de Berenguer y Yuri por las bandas, el equipo de Marcelino no encontr¨® la f¨®rmula que le acercara un poco m¨¢s a la Cartuja, a la que ser¨ªa su tercera final de Copa consecutiva, despu¨¦s de perder las dos anteriores. Un bal¨®n que rob¨® Muniain en el ¨²ltimo minuto propici¨® la ¨²nica ocasi¨®n rojiblanca, pero Diakhaby meti¨® la cabeza cuando Villalibre intentaba rematar, as¨ª que resolver¨¢ Mestalla el duelo de titanes de la semifinal. Sin la losa del valor doble de los goles a domicilio, todo comienza de nuevo dentro de tres semanas.
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