El Betis golpea primero al l¨ªder ruso
Sin Canales y Fekir, los verdiblancos sacan tajada de la debilidad defensiva del Zenit
El ¨²nico equipo espa?ol que disputa a estas alturas tres competiciones dio un primer y gran paso para superar ronda en la Liga Europa. Gan¨® el Betis en el futurista estadio del l¨ªder de la liga rusa. Super¨® al Zenit en un partido de cinco goles, todos en la primera parte, y encara con ventaja la vuelta de la pr¨®xima semana en Heli¨®polis, aunque los tantos en campo contrario ya no tengan valor extra en caso de empate.
El Betis golpe¨® duro de inicio, ambicioso en su posicionamiento, avanzado para plantear dudas al rival en la salida de bal¨®n. El Zenit las disipaba si optaba por la soluci¨®n m¨¢s simple, la de buscar en largo al ruso Dzyuba para que ejerciese de p¨ªvot. Si trataba de combinar, el nudo estaba servido. As¨ª que el Betis se sinti¨® c¨®modo en esa tesitura y, como los goles llegaron, reforz¨® su planteamiento. El primer premio lo obtuvo Guido Rodr¨ªguez con un remate tras un monumental centro de Joaqu¨ªn.
Titular esta temporada en todos los partidos de la Liga Europa, el cuarent¨®n emblema del Betis todav¨ªa resulta decisivo. Y la categor¨ªa se le cae de los bolsillos. Esa r¨²brica inicial le dio aliento a un equipo en el que no s¨®lo faltaban Fekir (sancionado) y Canales (convaleciente de covid), sino que apenas repet¨ªan cuatro de los titulares en la ¨²ltima comparecencia en la Liga: el meta Rui Silva, los centrales Edgar y Pezzella y el lateral zurdo ?lex Moreno. Todos los dem¨¢s salieron del fondo de armario de Pellegrini, que tiene mucho con lo que vestirse.
El destape lo hizo el Zenit, que lleg¨® tarde al partido, despistado sobre todo para replegarse tras p¨¦rdida. Por ah¨ª le penaliz¨® el Betis, que fue un pu?al en las transiciones. Willian Jos¨¦ anot¨® as¨ª el segundo apenas superado el cuarto de hora, pero nada iba a resultar tan sencillo. El Zenit, un pastiche ruso-brasile?o, tiene recursos. El m¨¢s previsible, e indomable, es el de Dzyuba, verdugo de Espa?a en el ¨²ltimo Mundial. Camino de los 34 a?os, conoce el oficio, sabe lo que puede y debe hacer. Y hasta parece m¨¢s h¨¢bil. Son las cosas de la experiencia, que suele llamar a la pericia.
Dzuyba lider¨® la rebeli¨®n de su equipo, que de pronto apareci¨® como un martillo mediada la primera parte para igualar los dos goles de ventaja b¨¦tica en cuatro minutos. Todav¨ªa un poco despu¨¦s tuvo tiempo el gigante ruso de rematar al larguero. Fue un vendaval bajo el techo del Gazprom Arena, un rapto de lucidez del Zenit, que primero encontr¨® al delantero en un centro que le daba toda la ventaja ante los centrales y luego traz¨® una combinaci¨®n entre Wendel y Malcom. El exbarcelonista defini¨® pese a estar escorado ante la salida de Rui Silva.
El Betis palideci¨®. Empez¨® a sentir que el campo era cada vez m¨¢s grande. Sufri¨® el equipo sevillano cuando el Zenit le atac¨® en oleadas, exuberante cuando su mezcla encontraba la alquimia precisa, pero tambi¨¦n con mand¨ªbula de cristal. Ese equipo de dos caras le dio al Betis la oportunidad de volver a liderar el partido justo antes del descanso, cuando entre el meta Kerzhakov, habitual reserva, y el veterano central Rakitsky montaron un incendio en la salida de bal¨®n. Ruibal estuvo vivo y Guardado volvi¨® a entrar entre la mantequilla defensiva como un cuchillo.
El paso por la caseta atemper¨® el partido porque el Betis recuper¨® el control, no dej¨® de estar expuesto a alg¨²n arre¨®n como el que acab¨® con un remate de Kuzyaev al larguero, pero rebaj¨® el ritmo y transit¨® hacia un duelo en el que busc¨® el repliegue y la contra. A Dzyuba se le acab¨® la gasolina, quiz¨¢s era gasoil, y le relevaron con algo m¨¢s de un cuarto de hora por jugar. El Zenit baj¨® entonces la pelota al piso, pero por ah¨ª no encontr¨® caminos.
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