El Bar?a se aferra con fuerza al trono
Los azulgrana, con Mirotic como ¡®mvp¡¯, conquistan la 27? Copa de su historia, la cuarta en cinco a?os, tras remontar 16 puntos de desventaja ante el Madrid imponiendo su mayor potencia y vigor en una final brava (59-64)
El Bar?a conquist¨® en Granada la 27? Copa del Rey de su historia tras derrotar al Real Madrid en una final resuelta en la frontera de la agon¨ªa, con pocos puntos y mucho m¨²sculo (59-64). Un duelo bravo y corajudo en el que los de Laso embistieron de inicio y los azulgrana supieron sufrir para remontar 16 puntos de desventaja y aferrarse al trono con su segunda conquista consecutiva, la cuarta en cinco a?os. El br¨ªo de Jokubaitis y el pulso del mvp Mirotic (19 puntos, con dos canastas, dos triples y nueve tiros libres que parecieron penaltis) permiti¨® a los de Jasikevicius apretar los dientes para acabar desatando la sonrisa. La Copa, el territorio en el que el Madrid de Laso jalon¨® su rearme hist¨®rico, est¨¢ ahora gobernada por el Bar?a en la decidida reconquista emprendida con Jasikevicius al frente. El t¨¦cnico lituano refrend¨® en Granada su mando hegem¨®nico en el duelo directo ante el Madrid (ya son 10 triunfos en 13 duelos) y la crecida incontenible de la vitrina cul¨¦.
Su Bar?a tuvo tiempo para rearmarse sobre la marcha e imponer su mayor potencia y vigor. El Madrid no pudo condurar ni la ventaja ni las fuerzas tras una sacudida inicial dise?ada en la cartograf¨ªa previa. Jasikevicius part¨ªa de salida con la ventaja estrat¨¦gica y psicol¨®gica de dominar el duelo directo ante los blancos con nueve triunfos en 12 partidos ¡ªincluidas seis victorias en otras tantas visitas a la cancha del Madrid¡ª. Y Laso agit¨® sobremanera su pizarra para romper esas inercias establecidas. El entrenador madridista se guard¨® a Tavares, reclut¨® a Abalde de base para potenciar la salida de bal¨®n y frenar la creaci¨®n azulgrana, estableci¨® una defensa de ayudas con Taylor y los grandes sujetando a Calathes, y encomend¨® a Deck la misi¨®n de secar a Mirotic. La revoluci¨®n t¨¢ctica cogi¨® por sorpresa al Bar?a y el Madrid tom¨® vuelo y se carg¨® de confianza en 10 minutos voraces. Del 11-2 en la primera embestida al 19-3 antes de cerrar el primer cuarto.
Seis puntos de Abalde y los triples de Yabusele y Thompkins cargaron de optimismo el plan madridista ante un Bar?a colapsado, con una sola canasta en juego en el primer acto (1 de 8 en tiros de dos y 0 de 3 en triples). Con solo cinco puntos encajados, el Madrid igual¨® la mejor defensa en un cuarto de la historia del torneo. Un atolladero para el que Jasikevicius no encontr¨® remedio inmediato. El t¨¦cnico azulgrana recurri¨® a Kuric en busca de unos puntos que para entonces era de sutura ante el roto que le hab¨ªan hecho los blancos (23-7, m. 13). Pero la retaguardia madridista se esmer¨® en no conceder ni una situaci¨®n f¨¢cil de tiro y, aunque Calathes encontr¨® alguna transici¨®n para escapar de las estrecheces del cinco contra cinco, el conjunto de Laso consolid¨® su dominio del ritmo y las emociones de la final. Quedaba mucha tarde por delante y a los blancos se le hizo finalmente de noche en Granada.
Taylor y Deck se convirtieron en un muro infranqueable para los azulgrana, que empezaron a luchar contra la determinaci¨®n del rival y las dudas propias. Ocho p¨¦rdidas de bal¨®n de los blancos y el fallo de varios triples liberados (2 de 8 al descanso) evitaron que la diferencia en el marcador creciera de manera exponencial a fe madridista (29-16, m. 19). El Bar?a igual¨® en nivel f¨ªsico del Madrid y venci¨® el segundo acto (10-13) pero no encontr¨® v¨ªas de anotaci¨®n suficientes para enderezar el rumbo (solo seis canastas en la primera mitad). Aun as¨ª, la primera canasta de Calathes dej¨® la diferencia en unos guarismos abarcables para los de Jasikevicius antes del viaje a vestuarios para recalcular la hoja de ruta (29-18, la peor anotaci¨®n al descanso del Bar?a en toda su historia en competiciones nacionales). Faltaban puntos, pero ten¨ªan el dep¨®sito lleno, de energ¨ªa y ambici¨®n.
En la reanudaci¨®n, Laso repiti¨® el planteamiento y la alineaci¨®n, pero, perdido el efecto sorpresa, el cl¨¢sico se convirti¨® en una claustrof¨®bica partida de ajedrez (33 p¨¦rdidas acumuladas entre ambos). El Bar?a igual¨® la tensi¨®n del Madrid, le dio varias vueltas de tuerca f¨ªsicas a su dureza defensiva, y se lanz¨® con m¨¢s colmillo al ataque. Laprovittola, Exum y Mirotic intentaron acortar las posesiones para superar la espesura. Pero el Madrid no rehuy¨® el choque ni baj¨® el list¨®n defensivo. Jokubaitis sali¨® con arrojo al quite de Calathes y Lapro, y Deck se encarg¨® de echar paladas de cemento al dique madridista (37-27, m. 25).
Hasta que emergi¨® Mirotic con dos triples consecutivos que elevaron los decibelios y ajustaron las cuentas (39-35). Se enrocaron las defensas y cada ataque se convirti¨® en una sucesi¨®n de emboscadas. El hispano-montenegrino fue a la vez faro y sustento del Bar?a y su viaje al banquillo para protegerse de las tres faltas personales que acumulaba en el expediente result¨® un suspiro de alivio para el Madrid y de desaz¨®n para los azulgrana.
El Madrid entr¨® por delante en la recta de meta (46-41), pero entre Sanli y Laprovittola hilvanaron el parcial que inauguraba un partido nuevo (46-46, m. 32). El trono en juego en ocho minutos, en el territorio del miedo, donde se relativiza la t¨¢ctica y se impone el car¨¢cter. Lleg¨® la hora de los valientes, con el conjunto de Laso buscando combustible y reflejos para mantener la resistencia, y los de Jasikevicius intentando reconocerse del todo para armar la carga final.
Calathes dio la primera ventaja del partido al Bar?a a los 33 minutos. Y, sin fuerzas para bregar en la pintura, los dos equipos se lanzaron al intercambio de triples (4 de 23 para los blancos; 6 de 17 de los azulgrana). Embocaron Hanga y Jokubaitis y, tras una t¨¦cnica al banquillo madridista y una canasta de Heurtel, la contabilidad qued¨® en un 51-51 a falta de cuatro minutos.
Fue Jokubaitis el que se present¨® con m¨¢s fuerza a las oposiciones a h¨¦roe de la noche. La pujanza del base lituano, de 21 a?os, destartal¨® la exhausta defensa madridista con nueve puntos (un triple y un par de dos m¨¢s uno en penetraci¨®n) y encarril¨® el triunfo azulgrana (53-59, a 2m 25s). Cay¨® Hanga en combate. Pero Heurtel, en primera instancia, y Llull, a la her¨®ica, descartaron la rendici¨®n anticipada y colocaron otro empate (59-59). Cuatro tiros libres de Mirotic, con un fallo de Deck bajo el aro de por medio, ejercieron de puntilla. Entre Mirotic y Jokubaitis anotaron 31 de los 64 puntos de su equipo. Uno a golpe de clase, el otro abrazando el esp¨ªritu de su entrenador. El trono era azulgrana. La segunda Copa consecutiva de Jasikevicius, la cuarta del Bar?a en cinco a?os.
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