Benzema ilumina al Madrid
Un gol del franc¨¦s en el ¨²ltimo tramo del partido dispara al l¨ªder en Vallecas tras un duelo muy disputado, con un Rayo valiente y un Real laborioso
Es la pareja de baile de la Liga. Vinicius y Benzema, Benzema y Vinicius. Se buscan y se encuentran hasta cuando parecen no estar, como en Vallecas. Pero les basta un resquicio para emparentar. As¨ª fue cuando el partido ya se cerraba con empate y el capit¨¢n madridista mand¨® a la lona al Rayo, firme y bizarro hasta entonces, bien sostenido por el ¨¢gil Luca Zidane y amenazante ante el s¨®lido Courtois. Al l¨ªder le brillan m¨¢s los resultados que el juego, pero vuela en la Liga, donde se las apa?a en Chamart¨ªn o en Vallecas, sea por la v¨ªa que sea hasta dar con Vinicius o Benzema.
Vallecas es un escenario minado, siempre en combusti¨®n, ya sea en el desaf¨ªo constante entre la hinchada y la dirigencia del club como en el reto meramente futbolero. El orgullo barrial, donde ni siquiera hay quien se achante si el rival es el vecino creso de la capital, el l¨ªder. Pronto le hizo saber el Rayo al Madrid que la tarde le resultar¨ªa ulcerosa. As¨ª fue. Cada disputa, un asalto. Cada asalto, una disputa. No era un partido para los archivos del tesoro del f¨²tbol, pero en Vallecas todo era v¨¦rtigo, unos y otros iban en patines. En este admirable Rayo, todos se imponen por encima de lo que valen. Lo mismo da que el equipo se haya gripado en las ¨²ltimas semanas. No especula el cuadro de Iraola, que ni siquiera acept¨® negociar un empate con el l¨ªder en estos tiempos de zozobra. El peque?o gran Rayo se honra a s¨ª mismo.
De entrada, nadie espabil¨® m¨¢s que Asensio, futbolista cada vez con m¨¢s remangue. Enfrente, Luca Zidane, para que para. Avisaba Asensio y amenazaba Sergi Guardiola, plet¨®rico en el juego a¨¦reo. Pero nadie ten¨ªa un respiro, un partido a toda pastilla, lo que a veces llevaba a todos a jugar a una marcha superior. Como consecuencia, muchas pifias en los pases, mucho descontrol. A toda mecha resultaba err¨¢tico Casemiro, relevado a la hora por Valverde. Y lo pagaba Vinicius, fuera de foco, muy gripado hasta la traca final. Esta vez, sin cintura para el desborde, sin piernas para el regate. Y tampoco fue la tarde de Trejo, pieza orbital para los de Iraola, un jugador ilustrado que encuentra refugio en la pelota, pero al que no le van las prisas.
Muchos arrebatos
Ya las tiene Asensio, que hace unas jornadas que dio un golpe de pecho. Hoy se activa como nunca, se ofrece, pide paso y remata. Un disparo de su marca, con su especializada comba, lo desvi¨® Zidane con un estupendo vuelo. Tan raudo iba todo que Vallecas se le quedaba m¨¢s que peque?o a gente como Modric y Kroos, muchas veces espectadores como si de un partido de tenis se tratase. Con todo, nunca se arrug¨® el croata, que hasta en retos pedestres se muestra con un entusiasmo juvenil.
Con m¨¢s volumen que juego, el encuentro siempre estuvo abierto de par en par. Se esforzaba Zidane y era intimidado Courtois, como en un cabezazo de Mario Su¨¢rez y tras un doble remate de Trejo y ?lvaro Garc¨ªa. Un duelo con m¨¢s arrebatos que luces, con el jabato Milit?o de lanzadera visitante en un campo en el que tanto cuesta ser ancho como profundo. Un escenario que requiere cl¨ªnica precisi¨®n. Como la Benzema, que encontr¨® una ranura en la zaga local. Vinicius, en su ¨²nico solo de la jornada, le devolvi¨® la gracia y emboc¨® el franc¨¦s. Es la sociedad de la Liga, incluso en partidos sombr¨ªos como el de ambos en Vallecas. Su puntualidad dispara al l¨ªder, en las buenas y en las malas.
El Rayo, por su parte, no encontr¨® consuelo en el eterno Falcao. Su muchachada ya estaba sin dep¨®sito cuando irrumpi¨® el colombiano. El choque exigi¨® de lo lindo a todos. Cumpli¨® el Rayo y el Madrid supo tirar de pico y pala. Hay jornadas que no dan para m¨¢s y a los campeones tambi¨¦n se les mide en partidos con tanto hueso.
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