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Andoni Iraola: ¡°Los pases largos me parecen buen¨ªsimos¡±
El entrenador del Rayo, rival del Barcelona este mi¨¦rcoles en Liga, reflexiona sobre el tr¨¢nsito que le ha llevado del campo de juego al banquillo

El constructor del Rayo, uno de los equipos m¨¢s divertidos de ver en la Liga, se presenta sobrio y p¨¢lido como un m¨¢rmol, a la sombra de los banquillos de los estadios de la Liga. Pero en cuanto se sienta en una mesa de la Ciudad Deportiva de Vallecas a conversar con el visitante, Andoni Iraola Sagarna (Usurbil, Gipzukoa, 39 a?os) se descubre extrovertido, los molletes sonrosados, la sonrisa franca y la mirada despierta. Es tan evidente que el f¨²tbol ha embrujado al exlateral del Athletic, el entrenador m¨¢s joven de Primera, como que lleva el sortilegio con total naturalidad.
Pregunta. Este mi¨¦rcoles recibe al Bar?a [19.00, Movistar]. ?Qu¨¦ le sugiere su primer partido como entrenador contra el Barcelona?
Respuesta. Jugu¨¦ mi primer partido como profesional contra el Barcelona. Fue el primer partido de Valverde como t¨¦cnico, y creo que el primer partido de Rijkaard y Ronaldinho en la Liga: 0-1, gol de Cocu. Y el ¨²ltimo partido que jugu¨¦ con el Athletic tambi¨¦n fue contra el Bar?a: la final de Copa de 2015.
P. ?Usted ten¨ªa alma de centrocampista?
R. En mis primeros partidos como profesional iba alterando entre el interior y el lateral. Pero no jugaba tanto por dentro. Siempre dije que yo era m¨¢s para jugar por dentro, porque no era tan r¨¢pido para la banda. Hoy la gran mayor¨ªa de los laterales que acaban llegando a la elite vienen de puestos m¨¢s ofensivos. Extremos, mediocentros a los que lateralizan, jugadores que t¨¦cnicamente tienen m¨¢s nivel que el lateral t¨ªpico de hace 30 a?os y acaban teniendo un desarrollo en esa posici¨®n. Antes se dec¨ªa: ¡®El que vale, vale, y el que no lateral derecho¡¯. Ahora asumen mucho protagonismo. Necesitas laterales de buen pie para iniciar porque orientas la presi¨®n hacia un lado y ellos son los que asumen esa salida.
P. ?Ese esp¨ªritu de centrocampista tiene algo que ver con su vocaci¨®n de entrenador?
R. El f¨²tbol lo empiezas a aprender cuando te vas haciendo mayor. Cuando ya no tienes las piernas te dices: ¡°Si hubiera entendido el juego cuando ten¨ªa 18 a?os, ?qu¨¦ jugador habr¨ªa llegado a ser!¡±. Nos pasa a todos. A medida que se te acaban las piernas tienes que equivocarte menos porque no llegas a todas partes.
El f¨²tbol lo empiezas a aprender cuando te vas haciendo mayor. A medida que se te acaban las piernas tienes que equivocarte menos porque no llegas a todas partes
P. Valverde trasplant¨® el 4-4-2 del Athletic al Bar?a. ?Hace falta estar hecho de una pasta especial para jugar en ese 4-4-2 que exige tantos sacrificios?
R. Hay muchos matices. Hay una vertiente, sobre todo en los equipos n¨®rdicos, que juegan con un 4-4-2 de l¨ªneas muy juntas basculando todos mucho. En el Bar?a, Valverde variaba entre el 4-4-2 y el 4-3-3 en funci¨®n de los jugadores que ten¨ªa para defender y los que pod¨ªa liberar de esa funci¨®n defensiva. Muchas veces defend¨ªan con siete, 4-3, y luego los tres de arriba ¡°que me ganen el partido¡±. Y cuando necesitaba m¨¢s trabajo, quiz¨¢s pensaba que con tres liberados no le dar¨ªa para ganar y tiraba de ese 4-4-2 con alg¨²n falso banda como Vidal o Paulinho. El Madrid tambi¨¦n ha variado entre esas dos estructuras en los ¨²ltimos a?os.
P. ?El Bar?a perdi¨® sus principios de referencia?
R. Pasaron de una ¨¦poca en donde cada jugador era uno de los cinco mejores del mundo, a tener un muy buen equipo, pero sin la excelencia ¡ªsobre todo por dentro¡ª que le daba otro nivel.
P. ?Su Rayo ha heredado algo de aquel 4-4-2 de Valverde?
R. Yo digo que empleamos un 4-4-2 con un seis, un ocho, un diez y un nueve en el medio, escalonados en distintos niveles.
P. Se dice que su Rayo es la revelaci¨®n del campeonato. ?Usted qu¨¦ cree?
R. Ha pasado un cuarto de Liga. Nos queda much¨ªsimo. No podemos sacar conclusiones tan absolutas.
P. ?Qu¨¦ equipo ha querido construir?
R. Un Rayo que sea capaz de ganar en cualquier escenario. Quiero que los partidos siempre tengan dos direcciones. Que aunque a veces te sientas dominado, como nos ocurrir¨¢ contra el Bar?a y el Madrid, que siempre ellos se preocupen de nosotros. Siento que el esp¨ªritu del equipo va hacia ello. A todos estos jugadores les gusta atacar. Tienen ese punto de valent¨ªa de decir: ¡°Aqu¨ª estoy yo¡±. Ese punto de atrevimiento que les da ser los reci¨¦n llegados, estar ilusionados y no tener tanta presi¨®n.
P. Mourinho hac¨ªa garabatos. Usted cuando apunta cosas en su libreta, en el banquillo, muestra una caligraf¨ªa precisa y rellena las p¨¢ginas sin desaprovechar papel.
R. Soy muy de papel y boli. Para que no se te pase nada y poder corregir las cosas en el descanso, mejor apuntarlo. La mayor¨ªa de la gente se piensa que los futbolistas a los entrenadores nos demandan libertad para hacer lo que quieren. Yo no estoy del todo de acuerdo. Los futbolistas te demandan saber lo que tienen que hacer en cada momento. Y luego cuando tienen el bal¨®n, evidentemente decidir¨¢n ellos.
La mayor¨ªa de la gente se piensa que los futbolistas a los entrenadores nos demandan libertad para hacer lo que quieren. Y los futbolistas te demandan saber lo que tienen que hacer en cada momento.
P. Los entrenadores que siendo jugadores han visto el f¨²tbol con claridad, como usted, suelen pensar que los jugadores que dirigen ver¨¢n las cosas de la misma manera. ?C¨®mo supera ese conflicto entre lo que imagina y la realidad de la plantilla que tiene?
R. Es importante que una vez que decidamos entrenar seamos conscientes de que empezamos de cero. Tenemos que aprender unos procedimientos, una metodolog¨ªa que a pesar de conocer no dominamos. Nos pensamos que la profesi¨®n es entender el f¨²tbol y dar indicaciones, y no es as¨ª. Yo por eso ni siquiera me meto en los rondos con los jugadores. Para m¨ª eso ya acab¨®. Ahora lo importante no es lo que sepa yo sino lo que sepan y hagan mis jugadores. T¨² no vas a estar en el uno contra uno.
P. Los carrileros suelen ser exhibicionistas. ?Por qu¨¦ usted siempre pareci¨® tan retra¨ªdo?
R. Yo nunca he sido un super atleta. Nunca he podido coger un bal¨®n e irme de tres contrarios. No ten¨ªa esas facultades. Necesitaba de la asociaci¨®n, de mis compa?eros, de participar en algo m¨¢s colectivo. Eso me ha ayudado porque tuve que aprender a hacer otras cosas.
P. Es la misma discreci¨®n que practica como entrenador en los partidos: siempre con el mismo pantal¨®n y el mismo jersey.
R. La imagen no es lo primordial pero hay que tener cuidado con impostar lo que no eres porque los jugadores lo notan inmediatamente. Lo hemos hablado entre entrenadores: a veces tienes un partido que no es muy motivante para los jugadores, por el rival o por el horario, o por lo que sea. Y decimos: ¡°Ese d¨ªa es cuando te tienes que poner el traje¡±. Y luego cuando jugamos en un escenario muy grande es cuando hay que ir en ch¨¢ndal.
P. Los equipos espa?oles de la ¨²ltima d¨¦cada han dejado huella por hacer cosas muy sofisticadas y arriesgadas ?Usted en el Rayo no siente que va en sentido contrario, hacia la simplificaci¨®n?
R. Jugamos bastante en funci¨®n del rival. Me encantar¨ªa jugar siempre de la misma manera, pero no somos tan buenos para hacerlo. En funci¨®n de c¨®mo nos presione el rival asumimos m¨¢s o menos riesgos. No es lo mismo que te manden dos a la presi¨®n que te manden todo el equipo hombre a hombre. Si el contrario nos da facilidades para salir con el bal¨®n, preferimos salir por abajo. Porque en Primera, solo jugando directo, solo jugando a la contra, no te va a dar. No basta. Necesitas algo m¨¢s. Pero hay que evaluar bien hasta d¨®nde puedes arriesgar y en qu¨¦ escenarios nos puede salir rentable asumir esos riesgos, que luego tienen sus recompensas cuando sales con el bal¨®n jugado, y en qu¨¦ escenarios debes ser m¨¢s pr¨¢ctico. La clave del misterio es esa.
P. ?Eso explica que el Rayo sea el equipo de la Liga que m¨¢s recurre al pase largo?
R. S¨ª. Hoy el pase largo se entiende como un despeje, como un bal¨®n que te quitas de encima. Sin embargo, para ganar profundidad, no hay mejor situaci¨®n que un central que busque una diagonal a un extremo que gana profundidad y hacer que todo el equipo contrario se eche para atr¨¢s. Si te recuperan deben iniciar el ataque desde muy lejos. Son pases que a m¨ª me parecen buen¨ªsimos.
P. ?No le da verg¨¹enza decirlo? Durante a?os ha estado de moda decir que hay que sacar el bal¨®n jugado, y muchos entrenadores lo han dicho sin sentirlo.
R. No me parece menos meritorio. ?Qu¨¦ es lo primero que tienes que hacer cuando recuperas el bal¨®n? Mirar a tu delantero centro, que es el que m¨¢s cerca est¨¢ de la porter¨ªa contraria. Si est¨¢ bien cubierto, miras a tus extremos, y si los extremos tambi¨¦n est¨¢n cubiertos entonces tenemos que buscar un pase m¨¢s de seguridad. Pero el concepto de pase de seguridad como tal a m¨ª no me motiva. A veces no queda m¨¢s remedio. Pero a veces es el menos bueno de los pases. Para equipos que no somos super dominadores, la manera m¨¢s sencilla de llegar es el pase largo.
P. ?Vale la pena buscar tanto a Falcao por arriba, incluso cuando est¨¢ cubierto? ?No ser¨ªa m¨¢s eficaz si ?lvaro, Trejo o Isi le dan pases interiores para que ¨¦l ataque el espacio?
R. Falcao en el ¨¢rea es diferencial. Por su estatura, no da impresi¨®n de dominar el juego a¨¦reo. Pero luego se mueve muy bien y gana la posici¨®n. Lo que pretendemos es acercarle al ¨¢rea todo lo que podamos. Para darle pases interiores necesitamos presionar bien, robar alto y ganar profundidad con los extremos, porque eso te permite ubicarlo a ¨¦l dentro del ¨¢rea. Ah¨ª vamos a sacar la mejor versi¨®n de Falcao. ?l es consciente de que para eso nos tiene que ayudar en la presi¨®n alta.
Para darle pases interiores a Falcao necesitamos presionar bien, robar alto y ganar profundidad con los extremos, porque eso te permite ubicarlo a ¨¦l dentro del ¨¢rea. Ah¨ª sacas su mejor versi¨®n.
P. Todo en su trabajo parece muy racional menos los esparadrapos en los dedos.
R. No me considero muy supersticioso y soy consciente de que no vale para nada. Pero los llevo desde que jugaba en el juvenil del Athletic. Alg¨²n ¨¢rbitro me los hizo quitar, y no pas¨® nada. No suelo decir por qu¨¦ los llevo en unos dedos y no en otros. Son historias que tengo en mi cabeza. Cosas que quiero recordar.
P. Los esparadrapos son como una se?al de vulnerabilidad. Es extra?o porque los entrenadores suelen incurrir en la fantas¨ªa de que lo pueden controlar todo.
R. Lo que marca la diferencia es la calidad de los futbolistas, y normalmente eso viene determinado por los presupuestos. Coges la Liga y al final todos los a?os los cuatro primeros son los mismos y los cuatro siguientes, en un orden o en otro, son los que corresponden con unos presupuestos concretos. Si haces bien las cosas puedes mejorar unos porcentajes que te hagan avanzar dentro de tu rango econ¨®mico. Pero aqu¨ª no hay un mago. En el f¨²tbol, nuestro gremio es de personajes secundarios y as¨ª debe ser.
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