Nairo Quintana ense?a a los ni?os en la subida a Bo¨ª Ta¨¹ll, donde alcanza el liderato de la Volta a Catalunya
Triunfo en la etapa reina de la ronda catalana del portugu¨¦s Joao Almeida, empatado a tiempo con el colombiano en la general
Se mueve Nairo. Los ni?os abren los ojos, y tambi¨¦n la boca, admirados, asfixiados. Aprenden. Tambi¨¦n toman nota del c¨¢lculo de Higuita, de la energ¨ªa permanente de Almeida, lusitano ligero y veloz que ha tirado de todos los ¨²ltimos tres kil¨®metros y ha r...
Se mueve Nairo. Los ni?os abren los ojos, y tambi¨¦n la boca, admirados, asfixiados. Aprenden. Tambi¨¦n toman nota del c¨¢lculo de Higuita, de la energ¨ªa permanente de Almeida, lusitano ligero y veloz que ha tirado de todos los ¨²ltimos tres kil¨®metros y ha roto las esperanzas del l¨ªder O¡¯Connor y las ansias de los ni?os, que llega con Nairo, in gamba, con Higuita, dinamita en los ¨²ltimos metros, y a los dos les somete en un largo sprint, 200 metros de tierra empinada, la cima de la Volta. Por el juego de bonificaciones y puntos, empatados a tiempo, el l¨ªder es Nairo, 32 a?os, que se acerca a su segunda victoria en la carrera catalana, la m¨¢s antigua del calendario espa?ol.
Agotado en la etapa m¨¢s acad¨¦mica, la que m¨¢s claramente muestra la cara de los deseos de los corredores y los juegos de los equipos, el valor de los viejos justamente, Valverde se aparta a un lado, pierde casi seis minutos, ya no cuenta.
Juan Ayuso, Carlos Rodr¨ªguez, 19 a?os, 21 a?os, los espa?oles que llegan, se mueven en el patio de los grandes, se sienten ya parte de ellos, es su club. Es la subida a Bo¨ª Ta¨¹ll, larga, tendida, viento. Son piezas en los engranajes de sus equipos, que funcionan como una cooperativa. Castroviejo, del Ineos de Carlos Rodr¨ªguez, es el metr¨®nomo del pelot¨®n. En su cr¨¢neo privilegiado manojos y haces de neuronas y terminaciones nerviosas computan todos los impulsos, frenan las pulsiones, los transforman en pedaladas medidas, ritmo uniforme que agradecen los supervivientes tanto como la rueda de quien delante de ellos le protege del viento. As¨ª llev¨® a Egan a ganar el Giro; as¨ª lleva en la Volta al ni?o de Almu?¨¦car, y a su rueda, atento, Ayuso, y tambi¨¦n al ecuatoriano Carapaz, quien intenta asustar a todos a falta de 3,7 kil¨®metros y se asusta ¨¦l solo, pues desfallece. Y su ataque fallido es la se?al para Almeida, quien da un paso al frente. Y Nairo, Higuita, siempre escondidos, al acecho. Esperando su momento. Maestros.
En el cerebro del portugu¨¦s de Caldas da Rainha, y del UAE de Ayuso, el heredero de Agostinho que se revel¨® en el Giro del 20, no palpita regular un metr¨®nomo sino, acelerada, la ambici¨®n. Tiene 23 a?os. Se cans¨® del Quick Step. No pedalea tan r¨¢pido, tan insoportable, para ayudar, sino para herir, para hacer da?o, para reventar a quienes intentan seguirle. Para lograr su primera victoria con su nuevo equipo. En el Giro del 20 sucumbi¨® en el Stelvio. Bo¨ª Ta¨¹ll le conviene m¨¢s. Menos desniveles, m¨¢s amistad para su potencia rodadora de contrarrelojista, para su punch de velocista. No trabaja para que gane un compa?ero, trabaja para ¨¦l mismo desde la cabeza del grupo de los buenos que cada vez son menos en n¨²mero, m¨¢s en veteran¨ªa, experiencia. Los ni?os, su compa?ero Ayuso, su amigo Rodr¨ªguez, se abren. Resiste O¡¯Connor, el australiano que lleva el maillot de l¨ªder, blanco y las rayas verdes de la US Sants, centenaria, despu¨¦s de su victoria del mi¨¦rcoles en La Molina. Nairo, Higuita, afilan el cuchillo y lo intentan clavar a un kil¨®metro de la desoladora meta. O¡¯Connor no les aguanta. S¨ª, Almeida, que les remata.
De Nairo, de su magisterio, se habla en la Volta, de sus posibilidades de ganar la carrera el domingo en las cuestas de Montju?c que tan bien conoce, como ya la gan¨® hace seis a?os, pero tambi¨¦n se habla, con m¨¢s excitaci¨®n, con la impaciencia que reclama la novedad, del gran poder del UAE, el equipo que controla la etapa con la fuga de Marc Soler, sacrificado; con el ataque lejano, a 12 kil¨®metros, hacia la cima de su escalador neozeland¨¦s George Bennett; con la resistencia entre los mejores de su Ayuso, con la claridad y el instinto ganador de Almeida, y el pelot¨®n se pregunta si el s¨¢bado, de la playa de Salou a la de Cambrils, tan vecinas, con excursi¨®n entre medias por la sierra de Montsant y las monta?as de Prades, tan abiertas a las emboscadas, y se esperan lluvias, y sus descensos, no ser¨¢ m¨¢s importante el valor de un equipo ofensivo, Soler, Almeida, Ayuso, Bennett, que la capacidad defensiva, tantas veces probada, del colombiano de Tunja, el que ense?a a los ni?os.
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