La triple preparaci¨®n de Mat¨ªas Dituro
El guardameta del Celta abraz¨® la madurez cuando a?adi¨® el trabajo mental a su planificaci¨®n t¨¦cnica y espec¨ªfica de los partidos
¡±Es un tipo especial, con mucha sustancia¡±, advierten en el Celta de Vigo sobre Mat¨ªas Dituro (Bigand, Santa Fe, 1987), el primer guardameta que busc¨® en los ¨²ltimos nueve a?os fuera de su cantera, un dato que lleva asterisco porque hace diez a?os hab¨ªa pasado una campa?a en el filial.
El f¨²tbol entrega en ocasiones un pasaporte a la madurez y este argentino de pueblo ya hace tiempo que le puso el sello. El viaje empez¨® en Bigand, a 70 kil¨®metros de Rosario. ¡°6.000 habitantes, mi infancia, el equipo de mi pueblo, Independiente, la familia, los amigos, mi mujer es de all¨ª y llevamos toda la vida juntos¡ Tomarme unos mates al amanecer con mi pap¨¢, que tiene un peque?o supermercado. Son 12 cuadras por 15 y alrededor todo campo, pero all¨ª soy Mati. Para m¨ª volver a Bigand es como ir a Par¨ªs¡±, repasa el guardameta del Celta.
Esa ra¨ªz se despeg¨® con 16 a?os y un exilio a Buenos Aires tras la pelota. Cuando le ofrecieron un destino fuera del pa¨ªs dijo que s¨ª antes de consultar el mapa y acab¨® en Iquitos, en la selva amaz¨®nica peruana. ¡°Y fui feliz all¨ª¡±, apunta. No se estabiliz¨® en una breve aventura espa?ola en los filiales de Alav¨¦s y Celta y recorri¨® varios destinos en Bolivia, Argentina y Chile antes de regresar este verano a Vigo sin muchos focos. A estas alturas de la Liga, el Celta recibe en Bala¨ªdos al Real Madrid (18.30, Movistar) con 12 goles menos encajados respecto al ejercicio anterior, un tesoro para un equipo que desde hace a?os tiene su rendimiento defensivo bajo sospecha. Dituro alude a una labor colectiva. ¡°Quiero reivindicar que somos un equipo muy intenso cuando perdemos la pelota¡±, apunta.
El Celta debe decidir si paga 1,8 millones de euros por su pase, que pertenece al club chileno Universidad Cat¨®lica. ¡°No hemos conversado sobre ese tema¡±, desliza Dituro. Pagar ese dinero por alguien que est¨¢ a punto de cumplir 35 a?os podr¨ªa parecer descabellado, pero hay prevenciones que se desmienten con el rendimiento. ¡°La carrera de los futbolistas se extiende con la atenci¨®n a los detalles en la preparaci¨®n y tengo un desaf¨ªo conmigo mismo para ir m¨¢s all¨¢ de los 40 a?os al m¨¢s alto nivel. Me veo preparado porque me apasiona el f¨²tbol, entrenar, corregir los detalles t¨¦cnicos, el d¨ªa a d¨ªa, los viajes y las concentraciones¡±, explica.
Ese goce, matiza, llega como consecuencia de un proceso. Dituro disfrut¨® del f¨²tbol de chico y lo hace ahora, quiz¨¢s como nunca. Pero entre medias debi¨® de resolver algunos asuntos. ¡°Me cargu¨¦ de responsabilidad y recibir goles me dol¨ªa mucho, me quedaba enganchado con algunas situaciones que se daban en los partidos y mi cabeza se iba al pasado o al futuro, no enfocaba el presente¡±. Surgi¨® ah¨ª un modelo de triple preparaci¨®n para poner en valor el trabajo de campo y que se articula en las horas previas a los partidos. Dituro se apasiona cuando lo describe: ¡°Por un lado est¨¢ la charla t¨¦cnica con los compa?eros, luego la espec¨ªfica con el grupo de porteros y nuestro preparador en la que vamos m¨¢s a lo concreto de las acciones a bal¨®n parado y matices de los delanteros rivales¡±, desarrolla. Pero antes de todo eso hay un trabajo previo con un psic¨®logo personal.
Son ya cuatro a?os de bagaje en ese terreno, un tiempo que lo identifica como un ¡°clic¡± para aprender a convivir con el error, tolerarlo, gestionarlo y crecer para evitarlo. ¡°Fue ah¨ª, quiz¨¢s incluso un poco antes, cuando empec¨¦ a disfrutar de los partidos. Hablamos una vez entre semana y luego unas cuatro horas antes del partido. Son conversaciones distendidas que tratan sobre el trabajo semanal, el rival a enfrentar, la informaci¨®n que tengo sobre ¨¦l o sobre mis compa?eros. Y as¨ª me voy metiendo en lo que voy a encontrar en el campo¡±, detalla.
En ese proceso imagina el partido que est¨¢ por llegar, por ejemplo el de esta jornada. ¡°Espero un duelo abierto, con un Madrid que aprovecha muy bien los espacios, como ya nos pas¨® en la ida. Nos adelantamos dos veces y de pronto fueron un martillo. Luego, con campo para correr, fueron letales. Sabemos c¨®mo nos pueden lastimar¡±, cuenta antes de concluir: ¡°Y tenemos a Iago [Aspas], que piensa distinto y ejecuta diferente. Tenerlo en el campo me genera la tranquilidad de que en alg¨²n momento esa zurda generar¨¢ una ocasi¨®n a nuestro favor¡±.
Bajo palos estar¨¢ ¨¦l, s¨®lido en suertes como la de los penaltis, en la que ha detenido tres de los cinco que le lanzaron. En su primer a?o en Bolivia hizo historia al atajar siete de ocho intentos. Ah¨ª expone las bondades de su querencia por el an¨¢lisis del rival. Y nunca deja de disfrutarlo en su campo de sue?os. ¡°Ten¨ªa la ilusi¨®n de ser futbolista de Primera en Argentina, el camino fue duro y abr¨ª la mente para ir a otros lugares, pero eso me convirti¨® en una persona aut¨®noma¡±. El sue?o, a punto de cumplir los 35, sigue vivo y se reactiva. ¡°La selecci¨®n, aunque sea un amistoso¡ Ser¨ªa un premio al esfuerzo y quiz¨¢s ayude a que si alguien est¨¢ recorriendo el camino que yo hice antes pueda entender que, a veces, las cosas llegan¡ Y a veces no. Pero lo intentaste¡±. Y sino, siempre quedar¨¢ Bigand.
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