El Atl¨¦tico resiste al City
El equipo de Simeone cae por la m¨ªnima ante el de Guardiola en un partido en el que los ingleses solo pudieron batir a Oblak con un tanto de De Bruyne a falta de 20 minutos
Dominado por un rival que abus¨® con la pelota m¨¢s que hacer da?o, el Atl¨¦tico sali¨® vivo del Etihad Stadium. El 1-0 deja la eliminatoria abierta tras un encuentro en el que el bal¨®n fue del City y el arte de defender lo gan¨® el equipo de Simeone. S¨®lo dobl¨® la rodilla cuando Foden se invent¨® un magn¨ªfico pase para De Bruyne pasada la hora de juego. Hasta entonces, los rojiblancos ejecutaron un ejercicio defensivo notable que lleg¨® a desesperar a los jugadores de Guardiola. No encontraban c¨®mo meterle mano a un rival que no perdonaba un cent¨ªmetro en su defensa de los espacios. En el debe del Atl¨¦tico estuvo su negaci¨®n con la pelota, sobre todo en el primer tiempo. No acertaban en los pases cortos y en los largos, o los erraba o los futbolistas del City ganaban los duelos en las segundas jugadas. As¨ª que el partido tuvo mucho de volver a empezar por las veces que el equipo de Simeone perd¨ªa la pelota y el City ten¨ªan que reiniciar las jugadas una y otra vez contra un rival amurallado.
El duelo de estilos que rebajaron los entrenadores en la previa se erigi¨® incuestionable y meridiano desde el primer toque de bal¨®n. Uno, el City, quer¨ªa jugar con la pelota y el otro defender su porter¨ªa por su incapacidad para dar dos pases seguidos. Para el City, el duelo iba a ser un picar y repicar hasta lograr abrir una puerta hacia Oblak. Para el Atl¨¦tico, el encuentro se iba a convertir en un ejercicio de supervivencia.
El f¨²tbol es tan grande como que el exhaustivo dominio del bal¨®n del City no produjera ni un solo disparo a puerta en todo el primer tiempo. Ni la posici¨®n de Bernardo Silva como nueve mentiroso, ni los laterales jugando por dentro, ni Mahrez y Sterling pegados a la cal le dio resultado a Guardiola. No tuvo que hacer ni una sola para de m¨¦rito Oblak en los primeros 45 minutos.
El atrincheramiento por acumulaci¨®n de jugadores del Atl¨¦tico fue excelso y desesperante para su rival. No tuvo ning¨²n rubor Simeone en ordenar una doble l¨ªnea de cinco hombres por delante de Oblak para cerrar cualquier rendija. No las encontr¨® el City, como tampoco el Atl¨¦tico para tirar contragolpes. M¨¢s de veinte minutos tard¨® en ligar una jugada entre Koke y Jo?o F¨¦lix que propici¨® que los rojiblancos cruzaran por primera vez el centro del campo insinuando algo de peligro.
Frente al mon¨®logo insulso del City, el Atl¨¦tico se sinti¨® hasta c¨®modo por momentos. Termin¨® por minar a los futbolistas de Guardiola, inmersos en un bucle de pases y jugadas con el mismo inicio y final. Iniciaban Stones y Laporte, conectaban con Rodri, este con los interiores y ah¨ª se encog¨ªa su ofensiva. Casi siempre con centros laterales que no encontraban rematador. Le falt¨® una velocidad m¨¢s a los atacantes del City y m¨¢s atrevimiento para el desborde para derribar la doble muralla del Atl¨¦tico. La imagen que dej¨® el silbido del colegiado para se?alar el final del primer acto fue significativa. Pill¨® a los jugadores del equipo ingl¨¦s manoseando la pelota de bota a bota en el centro del campo, sin saber qu¨¦ hacer con ella.
Desesperaci¨®n local
El hast¨ªo por tanta insistencia frustrada pareci¨® hacer mella en los futbolistas de Guardiola en el arranque del segundo tiempo. Y eso que Gundogan hab¨ªa encontrado un espacio en el ¨¢rea para girarse y soltar una rosca cruzada que se fue por dos palmos. Hasta sufri¨® dos contras consecutivas conducidas Griezmann y Marcos Llorente que no fueron bien ejecutadas en sus ¨²ltimos pases. Incluso Simeone percibi¨® cierta debilidad en su rival y orden¨® un triple cambio que elevara las revoluciones metiendo a Correa, Cunha y De Paul por Griezmann, Llorente y Koke, respectivamente. Se agrand¨® el t¨¦cnico argentino, aunque no encontr¨® el resultado buscado.
Guardiola tambi¨¦n interpret¨® que los suyos necesitaban m¨¢s frescura de piernas y cabeza, as¨ª que dio paso a Grealish, Gabriel Jes¨²s y Phil Foden. Y nadie como este, cuya suplencia sorprendi¨®, para agitar defensas e inventarse agujeros. Recibi¨® entre l¨ªneas un pase de Rodri y le dio continuidad deslizando la pelota entre los centrales atl¨¦ticos para De Bruyne. El belga, definitivo, ejecut¨® a Oblak con un toque suave y cruzado.
Setenta minutos le cost¨® al City poder ligar una jugada de ese trazo. No se descoloc¨® el Atl¨¦tico con el tanto. Sigui¨® jugando con la cabeza puesta en el Metropolitano. Un tanto de diferencia es salvable, aunque deber¨¢ mejorar en la salida de la presi¨®n porque el City juega igual en cualquier escenario.
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