Y a los 508 d¨ªas, Tiger Woods resucit¨®
El campe¨®n de 15 grandes regresa a los 46 a?os a la competici¨®n oficial con una vuelta de uno bajo par
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
El resucitado. El mito que siempre vuelve. Ha habido muchos regresos de Tiger Woods. Cinco operaciones de espalda, otras cinco de rodilla, una dependencia de los opi¨¢ceos y un esc¨¢ndalo matrimonial que acab¨® en divorcio han dado para muchas resurrecciones en casi 26 a?os de carrera profesional. Pero ning¨²n regreso ha sido como este. El Tigre volvi¨® este jueves a jugar una ronda oficial de golf despu¨¦s de 508 d¨ªas, el tiempo de baja m¨¢s prolongado de toda su imperial trayectoria (no compiti¨® durante 469 d¨ªas entre agosto de 2015 y diciembre de 2016), a los 14 meses de destrozarse la pierna derecha en un accidente de tr¨¢fico en Los ?ngeles. Que lo haya conseguido a los 46 a?os, con un cuerpo molido por las lesiones y los golpes, solo es propiedad de quien rivaliza con quien sea por ser el competidor m¨¢s duro mentalmente en la historia del deporte.
Un gigante con pies de barro (o de metal, ser¨ªa mejor decir, por las varillas, placas y tornillos que cubren su pierna derecha), pero un gigante al fin y al cabo. Tiger firm¨® 71 golpes, uno bajo par, en el d¨ªa de su ¨²ltima resurrecci¨®n. Deb¨ªa ser en el Masters de Augusta, all¨ª donde inaugur¨® una era con su victoria hace un cuarto de siglo, el primer grande que jugaba, el primero que ganaba, el n¨²mero uno de su colecci¨®n de 15. All¨ª donde hab¨ªa dado su ¨²ltimo golpe oficial, un 15 de noviembre de 2020 en el Masters de la pandemia que Dustin Johnson hizo suyo con -20, batiendo el r¨¦cord de -18 de Tiger en el 97. Woods le visti¨® con la chaqueta verde que un curso antes le hab¨ªa devuelto al cielo, un grande conquistado 11 a?os despu¨¦s del anterior, 14 desde su ¨²ltimo bingo en Augusta. Entonces subi¨® ¡°el Everest¡± superando otra operaci¨®n de espalda. Nadie pensaba que soportar¨ªa otra tortura igual.
Hay que ser un robot para evadirse de una atm¨®sfera as¨ª. La electricidad pod¨ªa sentirse en el aire cuando Tiger, camiseta rosa chill¨®n, un t¨¦mpano bajo todas las miradas (qui¨¦n pensar¨ªa que es el n¨²mero 973 de la clasificaci¨®n mundial) avanz¨® desde la casa club hasta el tee del uno atravesando un pasillo humano. Ah¨ª sobrevolaban de nuevo los entrenamientos militares de su padre, Earl, el aprendizaje de que en esos momentos solo existe la bola, la calle, el hoyo, el palo, ¨¦l. Todo lo dem¨¢s es invisible. Un vac¨ªo en su mente. Tambi¨¦n pod¨ªa recordar la meditaci¨®n que cultiv¨® con su madre, Kultida, la paz interior en medio de la tormenta.
El grande que gan¨® cojo
508 d¨ªas despu¨¦s volv¨ªa a situarse sobre la bola en un torneo oficial. Era el mismo devorador de siempre, pero el cuerpo ten¨ªa una cicatriz todav¨ªa mayor que las anteriores, un costur¨®n que le obliga a realizar un swing diferente, condicionado por una movilidad reducida. Su gesto es sufriente. El campe¨®n se mueve lento, con dificultad, como rompi¨¦ndose por dentro, soportando el dolor en la pierna y tambi¨¦n en el alma, porque Tiger ha llevado al l¨ªmite la resistencia f¨ªsica pero nada le duele m¨¢s que no ser Tiger.
Esa primera bola aterriz¨® antes de un bunker. Salv¨® el par con un buen putt, y pate¨® sin ¨¦xito para birdie en el par cinco del siguiente hoyo. As¨ª viaj¨® de par en par hasta que en el quinto lleg¨® un punto de inflexi¨®n. Tiger vio la bola dentro cuando impact¨® para descontar un golpe a la tarjeta, y tan dentro la vio que hasta hizo el gesto de ir a por ella para sacarla del hoyo, pero en el ¨²ltimo giro burl¨® su destino y dibuj¨® una corbata que hizo darse la vuelta a Woods con cara de cabreo. ?Eso hab¨ªa enfadado al campe¨®n? Un Tigre hambriento y al que le quitan la comida de la boca... En el par tres del seis, la siguiente parada, la dej¨® dada. Birdie.
Tiger hab¨ªa encendido los motores pero hoy funciona como un di¨¦sel. Esa marcha de m¨¢s parece ahora oxidada. En el ocho, otro par cinco, le toc¨® dar un paso atr¨¢s despu¨¦s de una sucesi¨®n de malos golpes: un segundo corto, un approach largo, un putt fallado y bogey. Vuelta a la casilla de salida con la segunda vuelta por delante. Superado el tri¨¢ngulo de Amen Corner, Woods resisti¨® hasta alcanzar otro oasis, el par cinco del 13, y ah¨ª s¨ª ara?ar el birdie tras patear para eagle. Se aferraba ya al campo con u?as: al putt fallado en el 14 (bogey) le sigui¨® el par en el 15 y por fin un putt marca de la casa en el 16 para regresar a los n¨²meros rojos y conservar esa renta (-1). ¡°Estoy tan dolorido como esperaba, pero me he preparado para resistir¡±, explic¨®.
Tiger ya sabe lo que es ganar cojo un grande. Fue en el US Open de 2008, en Torrey Pines, cuando cometi¨® la barbaridad de disputar las dos ¨²ltimas jornadas, y un desempate con Rocco Mediate, con el ligamento cruzado anterior roto y dos fracturas por estr¨¦s en la tibia. Woods golpeaba y ca¨ªa al suelo de rodillas, fulminado por el dolor. Utilizaba el palo para apoyarse como si fuera el bast¨®n de un anciano. Romperse fue el precio que estuvo dispuesto a pagar por ganar otro grande, siempre a la caza de los 18 de Jack Nicklaus. No volvi¨® a coronarse hasta 2019.
Saber si Tiger jugar¨ªa el Masters ha sido la gran pregunta en el mundo del golf en los ¨²ltimos d¨ªas. Qu¨¦ ser¨¢ capaz de hacer, si la pierna le aguanta, es la siguiente gran duda. En cualquier caso este Masters de Augusta es el Masters de Tiger.
Clasificaci¨®n del Masters de Augusta.
TV: Movistar Golf. Viernes, de 18.30 a 1.30. S¨¢bado, de 18.00 a 1.00. Domingo, de 18.00 a 0.30.
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