Leclerc se queda sin rival en Melbourne
El monegasco de Ferrari logra su segundo triunfo en tres carreras y ampl¨ªa la ventaja al frente del Mundial tras los abandonos de Sainz y Verstappen
Cualquiera que tenga la suerte de poder visitar Melbourne deber¨¢ tener en cuenta que la temperatura ambiente oscila una aut¨¦ntica barbaridad a lo largo de las 24 horas, por lo que se la conoce popularmente como la ciudad de las cuatro estaciones en un d¨ªa. Parte de culpa de esa imprevisibilidad la tiene el viento que llega procedente de la Ant¨¢rtida, que obliga al turista a cargar con varias piezas de ropa, simplemente por si acaso. Esas r¨¢fagas simbolizan de maravilla la contundencia con la que Charles Leclerc se ha paseado este domingo por el Albert Park, en el regreso del Mundial de F¨®rmula...
Cualquiera que tenga la suerte de poder visitar Melbourne deber¨¢ tener en cuenta que la temperatura ambiente oscila una aut¨¦ntica barbaridad a lo largo de las 24 horas, por lo que se la conoce popularmente como la ciudad de las cuatro estaciones en un d¨ªa. Parte de culpa de esa imprevisibilidad la tiene el viento que llega procedente de la Ant¨¢rtida, que obliga al turista a cargar con varias piezas de ropa, simplemente por si acaso. Esas r¨¢fagas simbolizan de maravilla la contundencia con la que Charles Leclerc se ha paseado este domingo por el Albert Park, en el regreso del Mundial de F¨®rmula 1 a Australia despu¨¦s de tres a?os. La ligereza de esas corrientes es la misma que la del Ferrari del monegasco, l¨ªder destacado del campeonato tras sumar su segundo triunfo en los tres grandes premios disputados, este de forma inapelable. ?l solito se las ha apa?ado para abrir un hueco de m¨¢s de seis segundos antes del apag¨®n del Red Bull de Max Verstappen en la vuelta 39, cuando el holand¨¦s circulaba el segundo pero sin poder ni siquiera so?ar en la posibilidad de echarle el lazo al incuestionable dominador de este arranque de temporada.
L¨®gicamente, el actual campe¨®n quiere volver a acabar primero, pero para conseguirlo antes debe terminar. Y eso es dif¨ªcil si tenemos en cuenta que acumula ya dos roscos en su casillero, ambos por aver¨ªa. Checo P¨¦rez sac¨® tajada de las miserias de su vecino de taller para cruzar la meta el segundo. George Russell complet¨® el podio, justo por delante de Lewis Hamilton, su compa?ero en Mercedes. En uno de sus fines de semana m¨¢s prometedores desde que viste los colores de Alpine, Fernando Alonso (concluy¨® el 17?) nad¨® a contracorriente desde la cronometrada, cuando un fallo en el sistema hidr¨¢ulico le impidi¨® bajar una marcha en su intento de vuelta r¨¢pida y le empotr¨® contra el muro, releg¨¢ndole a la d¨¦cima plaza de la parrilla. Carlos Sainz, por su parte, no pudo darle la vuelta a uno de sus peores grandes premios vestido de rojo y termin¨® de la peor forma posible: varado en la gravilla a los pocos kil¨®metros de comenzar.
La reciente sacudida que se le ha dado al reglamento t¨¦cnico ha tenido el efecto esperado y por la puerta que se ha abierto se ha colado Ferrari, que este invierno proyect¨® un b¨®lido completamente distinto al resto, extremo que se aprecia perfectamente en sus prominentes pontones. Uno de los aspectos cruciales de la reforma ha sido el peso de los coches, determinante en estos primeros compases del curso. Con la revisi¨®n de la normativa, el l¨ªmite por abajo pas¨® de los 752 kilos establecidos en 2021, a los 795 kilos. Sin embargo, esa barrera se ampli¨® en otros tres kilos y lleg¨® hasta los 798 a petici¨®n de Red Bull, que iba un poco pasado en este sentido. Seg¨²n los datos que manejan varias escuder¨ªas, y a los que ha tenido acceso EL PA?S, el F1-75 de Leclerc y Sainz roza esa cifra, el RB18 de Red Bull est¨¢ unos ocho kilos por encima de ella y las Flechas de Plata andan con un sobrepeso de m¨¢s de 15 kilos respecto del prototipo del Cavallino Rampante.
Eso explica perfectamente c¨®mo se han ido dando los acontecimientos en estos primeros episodios del calendario, sobre todo la ligereza de Ferrari y la falta de pegada de la marca de la estrella. Y tambi¨¦n la comodidad con la que Leclerc camp¨® por Melbourne, desde que se apagaron los sem¨¢foros hasta que pas¨® por debajo de la bandera de cuadros. Ni siquiera la irrupci¨®n del coche de seguridad a mitad de la prueba (vuelta 24), que reagrup¨® el pelot¨®n, le dio una opci¨®n de ataque a Verstappen. Esa superioridad del monoplaza de Maranello queda perfectamente reflejada en la estad¨ªstica, e incluso tiene un nombre. Leclerc logr¨® en Melbourne su primer Grand Chelem, el t¨¦rmino que se emplea para reconocer a quien se impone tras partir desde la pole, comandar todas las vueltas y, adem¨¢s, adjudicarse la vuelta r¨¢pida. Una combinaci¨®n que Ferrari no encadenaba desde que lo hizo Alonso en el Gran Premio de Singapur de hace 12 a?os (2010).
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