La segunda unidad del Madrid funciona
El conjunto blanco se acerca a cuatro puntos del t¨ªtulo con un gran partido de Rodrygo y Camavinga ante un Osasuna al que Herrera dio vida deteniendo dos penaltis
En lugar de desplomarse agotado por una sucesi¨®n de remontadas desesperadas, el Real Madrid encuentra cada vez m¨¢s alternativas cuando mira al fondo del armario, y en El Sadar se acerc¨® un poco m¨¢s al t¨ªtulo de Liga, del que solo le separan ya cuatro puntos, con una exhibici¨®n de la segunda unidad. Con la semifinal de la Champions a la vista, Ancelotti dio descanso a Kroos, Modric y Vinicius, y no pudo utilizar al tocado Casemiro. No import¨®. Descollaron Camavinga y Rodrygo y los blancos rozan ya el campeonato, aunque regresaron a casa con la sombra de la lesi¨®n muscular de Alaba.
Sin la CMK sobre el campo, una rareza de car¨¢cter casi hist¨®rico, Camavinga volvi¨® al lugar clave de mediocentro, esa posici¨®n de la que Casemiro ha fabricado un molde que casi solo puede rellenar ¨¦l. Y como en el partido contra el Sevilla, las primeras se?ales que emiti¨® el franc¨¦s desde el puesto de vig¨ªa no resultaron demasiado tranquilizadoras. Tard¨® en encontrar espacio por donde expandirse, pero sobre todo alarm¨® con un lance a los cuatro minutos. Alarg¨® la pierna para barrer un bal¨®n, y lo hizo, pero el ¨¢rbitro crey¨® que hab¨ªa tocado con la zurda al contrario. Nada m¨¢s empezar, al Madrid ya le tiritaba el coraz¨®n de la maquinaria.
El fin de semana en Sevilla, tambi¨¦n con una tarjeta, Camavinga se fue tras la pelota que se llevaba Martial a la carrera, y lo derrib¨®. No se hab¨ªa alcanzado el descanso y ya podr¨ªa haber sido expulsado. Se salv¨®, pero no regres¨® del intermedio. Ancelotti quer¨ªa terminar con once.
En El Sadar, reconocido antes de empezar como mejor estadio del mundo de 2021, los acontecimientos evolucionaron de manera muy diferente. Camavinga control¨® su efusividad y fue encontrando peque?os claros en el bosque de Osasuna para moverse y repartir aire al equipo. Crec¨ªa el franc¨¦s y se desinflaba Osasuna, que hab¨ªa salido bravo y punzante, y manten¨ªa bloqueado atr¨¢s al Madrid.
El tenor de la amenaza, de doble sentido, lo resum¨ªa el Chimy ?vila, entregado a la defensa y desaforado en ataque. Un peligro instalado en la banda derecha, desde donde disparaba centros rasantes que atravesaban el ¨¢rea peque?a. El primero no lo alcanz¨® Brasanac. El segundo lo empuj¨® dentro Budimir. El gol, con el que el croata alarg¨® a cinco la secuencia de partidos seguidos en los que ha anotado, fue la respuesta inmediata de Osasuna a la ventaja que acababa de anotarse el Madrid.
Para entonces, el equipo de Ancelotti todav¨ªa no hab¨ªa conseguido destrabar las ataduras que le hab¨ªa dise?ado Arrasate. El 0-1 no sali¨® del juego, sino de la pizarra. El Madrid escenific¨® que enviar¨ªa a la olla una falta lateral, pero la pelota termin¨® lleg¨¢ndole algo m¨¢s atr¨¢s a Ceballos, mientras Benzema se alejaba de la zona de remate y hallaba un p¨¢ramo en el segundo palo, donde le lleg¨® la pelota, que cedi¨® a Alaba. El remate del austriaco lo repeli¨® Herrera, pero el rechace acab¨® en la rodilla del central madridista, y as¨ª se la emboc¨® entre las piernas.
Con el empate, el Madrid empez¨® a aplacar a Osasuna con el bal¨®n. Lo acun¨® y durmi¨® a la bestia que hab¨ªa estado mordi¨¦ndole. Camavinga aparec¨ªa m¨¢s para engrasar las conexiones, cada vez m¨¢s en sinton¨ªa con Ceballos, y siempre con un Rodrygo desencadenado por delante.
El brasile?o, fundamental en las remontadas contra el Chelsea y el Sevilla, encontr¨® en Pamplona un hueco en el reparto inicial que lo sac¨® de esa funci¨®n de revulsivo en la que parec¨ªa encasillarse. Ancelotti dio descanso a Vinicius, e instal¨® a Rodrygo en el ala izquierda, mientras Asensio ocup¨® la derecha. Todo sucedi¨® por el costado del brasile?o, el mismo en el que se educ¨® en las categor¨ªas inferiores del Santos. Despu¨¦s de a?os de contenci¨®n, en su partido n¨²mero 100 con la camiseta del Madrid, Rodrygo fue una amenaza permanente, osado en el regate, profundo en los movimientos, exquisito en un control de una pelota que volaba desde muy alto y que durmi¨® a su espalda para girarse y dejar atr¨¢s un defensa en la misma maniobra. Son las dos semanas de eclosi¨®n estruendosa del brasile?o.
Aunque la ventaja en el marcador naci¨® de la crecida de otro miembro de la camada joven. Camavinga vio una carrera de Ceballos hacia la porter¨ªa, y all¨ª le envi¨® un pase. El remate lo rechaz¨® otra vez Herrera, pero Asensio anot¨® con la escoba.
A partir de ah¨ª, casi todo fue ya cosa de Rodrygo y del portero de Osasuna. El brasile?o provoc¨® dos penaltis, y los dos se los par¨® Herrera a Benzema, que en ambas ocasiones eligi¨® la misma esquina, abajo a la derecha del guardameta. Ni siquiera as¨ª se le escap¨® el triunfo al Madrid, en el que funcion¨® hasta el desterrado Isco.
Todo de cara para los de Ancelotti ante los d¨ªas decisivos del curso, salvo la duda muscular de Alaba y la incertidumbre sobre la recuperaci¨®n de Casemiro.
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