Sofoc¨®n de Max Verstappen en el Gran Premio de Miami
El holand¨¦s logra su tercer triunfo en una prueba que lo deja deshidratado y en la que mantiene a raya a Charles Leclerc y Carlos Sainz, tercero

Para quienes todav¨ªa cuestionan las estrategias de Liberty Media para promover el Mundial de F¨®rmula 1 desde que lo adquiri¨® en 2016 por unos 3.800 millones de euros, un dato: las opciones del grupo se han enfilado desde entonces en un 250%. Desde aquel cambio de manos, y gracias a las nuevas pol¨ªticas de popularizaci¨®n redirigidas b¨¢sicamente a seducir la audiencia m¨¢s joven, el campeonato dispar¨® su presencia en las redes sociales y, como consecuencia de ello, se estableci¨® como el certamen deportivo a nivel planetario con mayor crecimiento en presencia digital. Entre eso y la inestimable ayuda de Netflix y su Drive to Survive, las perspectivas son destellantes.
El desembarco en Florida estuvo a la altura de lo que se espera de un promotor americano que es capaz de dibujar un circuito alrededor del estadio de los Dolphins, con una marina de juguete. A la cita no faltaron famosos del calibre de Michael Douglas, Michael Jordan, Michelle Obama o Tom Brady. Todos ellos seguramente se llevaron la misma sensaci¨®n que el resto del mundo acerca de un evento que concert¨® la atenci¨®n general en dos momentos: la salida y la aparici¨®n del coche de seguridad, en el ¨²ltimo tercio de la prueba. Ambos pasajes dejaron claras tres evidencias: que Max Verstappen es un animal competitivo sin igual, que el Red Bull corre como un demonio, y que el Ferrari trata las gomas de una forma muy particular; en seg¨²n qu¨¦ momentos a su favor, y en otros, en contra.
Esta vez, a punto estuvo de salirle cara a la Scuderia cuando parec¨ªa que en ning¨²n momento podr¨ªa discutirle el triunfo al equipo del b¨²falo rojo. En Imola, en la primera carrera al sprint del curso, qued¨® sobradamente probado que el b¨®lido rojo calienta los compuestos m¨¢s r¨¢pido que nadie, cosa que puede suponer ciertos problemas en trazados como el de Miami, donde la goma delantera derecha sufre m¨¢s que las dem¨¢s, debido a las cargas laterales de las curvas. Esta vez, Charles Leclerc volvi¨® a hacer buena su condici¨®n de pole man para ganar esos metros de ventaja que, sobre el papel, deb¨ªan alejarle de las escaramuzas. Sin embargo, al igual que ocurri¨® en Italia, su monoplaza se qued¨® sin caucho y Verstappen se tir¨® a su cuello (novena vuelta), tras haberse deshecho de Carlos Sainz en el momento de la arrancada. A partir de entonces, Mad Max sac¨® el ritmo que ten¨ªa dentro y se puso a martillear el cron¨®metro para coger un margen de seguridad con el que estar m¨¢s que tranquilo.
Siguiente parada, Montmel¨®
Lo que ocurre es que a Liberty todo le viene de cara, y tambi¨¦n las eventualidades que se dan en pista. Un choque entre Pierre Gasly y Lando Norris requiri¨® que los comisarios soltaran el safety (vuelta 41), con el alboroto que su presencia supone. El paquete se reagrup¨® y eso abri¨® una puerta para la esperanza de Ferrari y Leclerc, que en las ¨²ltimas diez vueltas someti¨® al actual campe¨®n a un acoso tremendo. A pesar de ello, a Verstappen no le entr¨® la tiritona, por m¨¢s exhausto que termin¨® el muchacho de Hasselt, completamente deshidratado al bajarse de su prototipo. Esta es la tercera victoria del neerland¨¦s, que suma tantos triunfos como pruebas ha terminado, y que a pesar de ello se encuentra a solo 19 puntos de Leclerc, el l¨ªder, que cruz¨® la meta el segundo. Sainz lo hizo el tercero y ya acumula tres podios en las cinco paradas del calendario celebradas hasta el momento. Fernando Alonso, por su parte, qued¨® relegado a la novena posici¨®n despu¨¦s de que el asturiano recibiera una penalizaci¨®n de cinco segundos por conducci¨®n irresponsable.
A las puertas del Gran Premio de Espa?a que se celebrar¨¢ dentro de dos semanas en Montmel¨®, la cita en el trazado barcelon¨¦s ser¨¢ la primera ocasi¨®n para que las estructuras revitalicen sus apuestas. Se espera que Ferrari afine su F1-75 y, sobre todo, que Mercedes encuentre la tecla que deber¨ªa hacer que el W13 empiece a ofrecer la versi¨®n que se espera de las temidas Flechas de Plata. En Miami, donde Lewis Hamilton es, de largo, el piloto m¨¢s reconocido de todos, el brit¨¢nico (sexto) volvi¨® a verse superado por George Russell (quinto) su vecino de taller. Con toda la purpurina y focos que atrae el campeonato, a este Mundial solo le falta Hamilton.
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