El Liverpool, sobre el fog¨®n; el Madrid, en Baden-Baden
Un debate empieza a asomar en el horizonte, ?Qu¨¦ beneficia m¨¢s, llegar absorbido, y quiz¨¢ consumido, por la exigencia del calendario o aprovecharse del descanso, con una latente posibilidad de desconexi¨®n?

La final de la Copa de Europa cierra una temporada que comenz¨® en agosto, con todas las prevenciones que dictaba la pandemia, y termina en Par¨ªs al borde de un nuevo verano. Se avecinan d¨ªas de fragorosas discusiones sobre el estado futbol¨ªstico del Real Madrid y el Liverpool, que a?aden un debate que empieza a asomar por el horizonte. ?Qu¨¦ beneficia m¨¢s, llegar absorbido, y quiz¨¢ consumido, por la exigencia del calendario o aprovecharse del descanso, con una latente posibilidad de desconexi¨®n?
Los dos equipos disputaron partidos opuestos en el fin de semana. El Liverpool, que pretende ganar todos los t¨ªtulos de la temporada, derrot¨® al Chelsea en la final de la Copa inglesa, que requiri¨® de pr¨®rroga y lanzamiento de penaltis para proclamar al campe¨®n. Por el camino perdi¨® a Salah, sustituido en el primer tiempo, y Van Dijk, que no disput¨® la pr¨®rroga. Perdi¨®, en definitiva, a sus dos jugadores bandera a menos de dos semanas para jugar la final de Par¨ªs. Es m¨¢s que probable la presencia de los dos en el partido del a?o, pero la historia es terca en estos casos: futbolistas que fuerzan sus l¨ªmites corren el riesgo de abandonarlo pronto o de rendir por debajo de sus capacidades.
El Liverpool se distingue por varias cualidades, y su en¨¦rgica propuesta no es la menor de ellos. Es un equipo que parece instalado sobre un fog¨®n. En la pr¨®rroga de Wembley, pas¨® de dominador a dominado. La ausencia de Van Dijk pes¨® m¨¢s que la de Salah, como si le hubieran retirado un manto protector. El conjunto de J¨¹rgen Klopp se volvi¨® m¨¢s pedestre y, sobre todo, m¨¢s fatigado. No le queda tiempo para la recuperaci¨®n. Este martes (20.45, DAZN) se enfrenta al Southampton con la obligaci¨®n de ganar o perder la Liga.
A este consumo casi ilimitado de vatios se agrega el desgaste emocional en el equipo, que no cesa de perseguir objetivos. Alcanz¨® dos ¡ªla Copa y la Copa Carabao¡ª y en pocos d¨ªas conocer¨¢ su destino en los dos que le restan, los m¨¢s importantes, sin la menor duda. Su persecuci¨®n del Manchester City en la Premier League es ¨¦pica. Para ellos, un buen empate se ha convertido en un m¨ªsero resultado. O ganan, o se acercan al precipicio. El City lo comprob¨® en el 2-2 con el West Ham.
Si alguna ventaja tiene el frenes¨ª del Liverpool es la imposibilidad de distraerse. Vive un d¨ªa a d¨ªa agotador, sin descanso, ni concesiones festivas. No dispone de tiempo. Una peculiaridad inglesa, como si no hubiera suficientes, radica en el n¨²mero de cambios en los partidos, tres ¨²nicamente en la Premier League, frente a los cinco que se permiten en el resto de Europa. Despu¨¦s de 38 partidos, existe una diferencia sustancial en el margen de maniobra de los entrenadores del continente con respecto a los t¨¦cnicos de la Premier, desequilibrio que se corregir¨¢ la pr¨®xima temporada. La Liga inglesa ha aceptado por fin el modelo com¨²n.
A este Liverpool consumido por el fragor de las competiciones, pero enfocado hasta la m¨¦dula, se opondr¨¢ un Real Madrid que hizo muy pronto sus deberes y ahora parece que disfruta de su Baden-Baden particular. Ancelotti gestiona al mil¨ªmetro los minutos de sus jugadores, liberados de estresantes obligaciones. Si disfruta y el rival lo permite, caso del Levante, el Madrid golea que es un primor. Si encuentran una resistencia encarnizada, como la que ofreci¨® el C¨¢diz, el equipo se acomoda y se cuida. Despu¨¦s de cuatro semanas de ba?o y masaje, el Real Madrid llegar¨¢ a la final como un pincel. Es lo bueno de estos d¨ªas en Baden-Baden, que, a cambio, avisan del riesgo de ablandamiento.
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