Altas y bajas pasiones
Siendo el f¨²tbol parte tan importante de la cultura popular, es inevitable volver a preguntarse: ?por qu¨¦ no hablamos m¨¢s del honor y de la ¨¦tica?
El del f¨²tbol es un campo tan abierto a la grandeza como a la miseria. Pero las pasiones que exageran y las rivalidades que crispan, nos hacen estar mucho m¨¢s atentos a las pol¨¦micas que a las lecciones de honestidad. Cualquier semana sirve como ejemplo de que todo nos vale para encender debates, desde las diferencias de estilos hasta las sospechas arbitrales, por no salir de temas cl¨¢sicos. ?Por qu¨¦ nos cuesta tanto reconocer el honor y la ¨¦tica? Suele estar en las peque?as cosas y como todo ejercicio de dignidad, provoca emoci¨®n. El ¨²ltimo domingo se enfrentaron el C¨¢diz, en lucha encarnizada por evitar el descenso, y el Madrid, ya campe¨®n. El todo y la nada en juego. Los capitanes del C¨¢diz (Alex Fern¨¢ndez) y el del Madrid (Nacho), son hermanos. Una linda historia, si no la inflamos con las habituales desconfianzas.
Foto bonita, partido feo
El partido nos mostr¨® a un C¨¢diz ambicioso, que atacaba con mucha gente y creaba ocasiones claras. En algunas ocasiones chocaba contra sus limitaciones y en otras con el acierto defensivo del Madrid, muy particularmente de Nacho, que estaba siempre donde deb¨ªa, con un alto nivel de concentraci¨®n y acierto. El Madrid marc¨®, de manera que el C¨¢diz le agreg¨® necesidad a la ambici¨®n. Pero ah¨ª sigui¨® Nacho, impasible, cerrando l¨ªneas de pases, protagonizando acciones defensivas de valor gol. Finalmente, el C¨¢diz empat¨®, marcador insuficiente que le pone en descenso directo ante la ¨²ltima jornada. A Nacho le quedaba faena. Se puso ante el micr¨®fono de Movistar+, despej¨® una pol¨¦mica como si fuera un bal¨®n m¨¢s y habl¨® de su partido. ¡°La foto con mi hermano fue muy bonita, pero luego hay que jugar el partido. A nivel personal, enfrentarme a mi hermano en un d¨ªa en el que su equipo se jugaba algo tan importante como quedarse en Primera me puso ante uno de los partidos m¨¢s complicados de mi vida¡±.
La ¨¦tica siempre es grande
Nacho termin¨® su discurso de un modo decente y discreto: ¡°Pero esto es f¨²tbol y cada uno debe luchar por lo suyo¡±. No significa que quiera m¨¢s al Madrid que a su hermano, ni que respete m¨¢s al f¨²tbol que a su hermano. Significa que cuando uno se pone la camiseta de un club, tiene que honrar ese compromiso jugando con responsabilidad, dignidad y valent¨ªa. As¨ª se le devuelve el precio de la entrada a la gente, que paga para ver un partido limpio y no para ser estafado por quienes deben defender el escudo de su club. Nacho no necesitaba de este episodio para ense?arnos que la primera condici¨®n de un profesional es ser una persona ¨ªntegra. Lo demuestra con su cotidiano sentido del deber. Pero conviene destacar estos peque?os ejercicios de dignidad para que limpien con su ejemplo la mierda que baja de algunos despachos.
La lupa en el sitio justo
Llegados a final de la temporada el f¨²tbol es mirado con lupa. ?Qu¨¦ hubiera ocurrido con la credibilidad de Nacho si hubiera cometido un error grosero y salvador para el C¨¢diz? Sin embargo, su impecable partido no provoc¨® mayores comentarios. Claro que el f¨²tbol mueve pasiones, dinero y tentaciones de todo tipo, pero debo decir que son excepcionales los casos de corrupci¨®n de futbolistas que he visto en los cincuenta a?os que estoy alrededor del f¨²tbol. En los vestuarios hay ingenuidad y astucia, pero tambi¨¦n c¨®digos y relaciones de afecto que no autorizan traiciones tan miserables como vender un partido. Siendo el f¨²tbol parte tan importante de la cultura popular y uno de los sitios a los que m¨¢s miran los ni?os para imitar, es inevitable volver a preguntarse: ?por qu¨¦ no hablamos m¨¢s del honor y de la ¨¦tica?
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