La final de Champions en Par¨ªs y los manes familiares
El Liverpool es superior en poder¨ªo f¨ªsico, pero donde el f¨²tbol ajusta las cuentas es en las dos ¨¢reas, y en ellas el Madrid gana
Pase lo que pase en Par¨ªs, esta Champions 2021-22 ser¨¢ recordada por las extraordinarias remontadas del Madrid, por esas alteraciones ambientales que sacudieron el Bernab¨¦u en momentos extremadamente cr¨ªticos ante PSG, Chelsea y City. Lo que yo he llamado el auxilio de los manes, los esp¨ªritus de los antepasados.
Esos manes familiares solo acuden en condiciones determinadas, lo tengo muy comprobado. Ha de ser noche europea, caso de necesidad extrema, la afici¨®n debe hacer amplia profesi¨®n de fe y el equipo ha de poner por su propia cuenta el primer gol. Cuando esos factores concurren se descarga esa energ¨ªa c¨®smica que la F¨ªsica no sabe describir y que altera bruscamente la relaci¨®n de fuerzas. Un Madrid al borde del precipicio se reactiva, cada jugador adquiere, como los locos, la fuerza de diez hombres y el rival se ve de repente jugando contra el M¨¢s All¨¢. Equipos grandes entregan su ventaja sin resistencia.
En los ochenta, cuando las remontadas insistentes de la Quinta en la Copa de la UEFA, los jugadores elaboraron un ritual para invocarlos: gritaban a los rivales en el t¨²nel (Juanito llegaba a trepar la reja que separaba ambas filas), los tres primeros ataques culminaban en disparo potente, los tres primeros rivales que cogieran el bal¨®n eran entrados con dureza y acusados de fingir, a la primera falta de un rival, cinco le amenazar¨ªan y cinco protestar¨ªan al ¨¢rbitro, todo con grandes aspavientos¡ Concentradas en pocos minutos, esas pr¨¢cticas hac¨ªan del estadio una caldera que coc¨ªa a los rivales en miedo esc¨¦nico.
La expresi¨®n miedo esc¨¦nico fue lanzada por Valdano al t¨¦rmino de una de aquellas remontadas y prendi¨® de inmediato. Valdano aclar¨® que tom¨® la expresi¨®n de Garc¨ªa M¨¢rquez, que defini¨® as¨ª su miedo a hablar en p¨²blico. La Revista de Occidente le invit¨® a escribir un art¨ªculo sobre la cuesti¨®n, dotando de notoriedad al jugador en c¨ªrculos intelectuales. Aquello se apag¨® cuando la Quinta perdi¨® a sus hermanos mayores, los Camacho, Juanito, Santillana, el propio Valdano, inductores del fen¨®meno. Los quintos, chicos de colegio de pago, si se admite la expresi¨®n, no supieron mantener esa din¨¢mica sin aquella cobertura.
Era un ritual un poco gamberro y pagano. El pacto actual con los manes es otro: un gol, os ofrecemos un gol y vosotros desencaden¨¢is ese fuego blanco que trastoca todo. Y pasa. Pas¨® tres veces en siete semanas ante la flor y nata de ese nuevo f¨²tbol europeo que tira con p¨®lvora del rey, sin atenerse a gastos. Par¨ªs, Londres y Manchester lo han sufrido, es la noticia del momento en el mundo del f¨²tbol. A base de cuidar sus s¨ªmbolos (empezando por tener un entrenador respetuoso con ellos), el Madrid consigui¨® voltear tres eliminatorias que ten¨ªa perdidas ante equipos considerados por la c¨¢tedra superiores a ¨¦l. La Fe venciendo a la Raz¨®n.
La pregunta ahora es si lo que tan bien ha funcionado en el Bernab¨¦u funcionar¨¢ tambi¨¦n en Par¨ªs. All¨ª gan¨® el Madrid la primera copa europea, un a?o despu¨¦s de haber conquistado en el mismo escenario la Copa Latina, ambas veces ante el Stade de Reims. Tambi¨¦n en Par¨ªs gan¨® la octava ante el Valencia, ya en a?os de Casillas y Ra¨²l. Pero, ?ay!, all¨ª perdieron su final, en 1981, precisamente ante el Liverpool. Por si acaso, yo prefiero aferrarme a una idea m¨¢s pedestre: el Madrid gana en portero y en delantero centro. El Liverpool es superior en poder¨ªo f¨ªsico, pero donde el f¨²tbol ajusta las cuentas es en las dos ¨¢reas, y en ellas pongo mi confianza. Pero tambi¨¦n pienso que si el Liverpool va por delante, pero encaja un gol, un espinazo recorrer¨¢ su espalda.
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