Lesi¨®n de Mbapp¨¦, apoteosis de Benzema, y derrota de Francia ante Dinamarca
El delantero del PSG se retira con problemas de rodilla y el madridista hace un gol antol¨®gico, pero ganan los daneses (1-2) con dos goles de Cornelius
La historia, que nunca se repite pero a veces rima, reuni¨® de nuevo a Benzema con Mbapp¨¦ antes de separarlos por razones de fuerza mayor en la noche de Saint-Denis, escenario reciente de la final de Champions, causa de la Decimocuarta. La velada, que fue dram¨¢tica, acab¨® como suelen acabar los partidos cada vez que estos dos figurones coinciden en el mismo equipo: pasa inadvertido Mbapp¨¦, deslumbra Benzema, y pierde Francia.
Francia decepcion¨® mientras sus dos estrellas lucieron estampa en el frente del ataque. Bloqueada y sin f¨²tbol, la selecci¨®n con m¨¢s potencial de Europa revivi¨® la desventura de la ¨²ltima Eurocopa y se vio sometida por los din¨¢micos jugadores escandinavos hasta que sucedi¨® lo impensable: Kylian Mbapp¨¦ se llev¨® la mano a la rodilla izquierda y pidi¨® el cambio. Sobre la hierba que hace una semana consagr¨® al Real Madrid como campe¨®n de Europa, el destino emiti¨® unas se?al sombr¨ªa para el muchacho de Bondy.
Con la salida del jugador mejor pagado de la historia, en el descanso, Francia comenz¨® a jugar mejor y Dinamarca se sinti¨®, al menos, amenazada. Bast¨® con Nkunku, el sustituto, mucho m¨¢s competente como asistente de Benzema, que se mostr¨® entusiasmado y preciso como pocas veces con la camiseta de la selecci¨®n. Solo mejor que acompa?ado por su amigo del PSG, el madridista despleg¨® todo su arsenal de conducci¨®n, desborde y creatividad en el primer gol del partido. Probablemente, el mejor gol de su temporada y el mejor que hizo jam¨¢s con Francia.
Corr¨ªa el minuto 50 cuando Coman se retras¨® y le pas¨® el bal¨®n junto a la banda, en la posici¨®n del extremo derecha. Benzema acompas¨® su carrera con el toque y se fue de Nelsson antes de combinar con Nkunku en el ¨¢rea de penalti. El delantero del Leipzig se la devolvi¨® con la espuela y Benzema emprendi¨® una danza de dos segundos y cinco pasos: le gan¨® medio metro a Nelsson antes de burlar a Delaney, a Andersen y a Wass, y luego defini¨® acariciando la pelota con el pie izquierdo hacia el ¨¢ngulo imposible de Schmeichel. La apoteosis se produjo en la misma porter¨ªa en la que hace una semana meti¨® el gol Vinicius. Ll¨¢menle magia, milagro, o Decimocuarta.
Las banderas tricolores ondearon en el viento caliente de Par¨ªs y las pancartas serigrafiadas con el rostro del delantero barbudo se agitaron en la curva m¨¢s populosa. Puesta en pie, la multitud del Stade de France le dedic¨® la ovaci¨®n de su vida. El reconocimiento que le negaron a lo largo de los 13 partidos que transcurrieron desde su regreso al equipo nacional, tras permanecer marginado por su implicaci¨®n (y condena) en un caso de chantaje a un compa?ero.
Manda el marcapasos de Eriksen
La noche present¨® a los jugadores de Francia cansados frente a los de Dinamarca hiperactivos en la primera jornada del Grupo A de la Liga de las Naciones. Durante la primera parte, los franceses resistieron amontonados alrededor de Kant¨¦ y se mostraron err¨¢ticos cada vez que avanzaron, intentando dividir con Kound¨¦, obstinados por recibir al pie entre los centrales y los pivotes rivales, y casi siempre entre tinieblas hasta que no apareci¨® Benzema embarcado en empresas solitarias. Durante la segunda parte Francia avanz¨® para ir a buscar el partido y en el proceso se desorganiz¨® en defensa y solo penetr¨® las l¨ªneas rivales con el arrebato heroico de Benzema. En la medida en que el encuentro se agit¨®, prevaleci¨® el criterio de Christian Eriksen. El renacido, recuperado del paro card¨ªaco que le tumb¨® hace un a?o, desaf¨ªa a su coraz¨®n armado de un desfibrilador de quita y pon. En su tercer partido con Dinamarca tras regresar de su convalecencia, Eriksen se las ingeni¨® para iluminar la voluntad esforzad¨ªsima de sus compa?eros, generosos para todo, especialmente para cerrar y desmarcarse.
Fue en esas instancias, a la remontada, cuando apareci¨® el rubio Andreas Cornelius, delantero de 29 a?os del Trabzonspor de la Superliga Turca. Sali¨® del banquillo en la segunda mitad y en senadas acciones de contragolpe consigui¨® romper el fuera de juego de la pesada l¨ªnea francesa antes de rematar a un toque el 1-1 y a tres 1-2 definitivo.
Mbapp¨¦ lo mir¨® sentado en el banquillo con incredulidad. Benzema no pudo ocultar su amargura. En la noche que le consagrar¨ªa como un ¨ªdolo, el ¨ªdolo fue un tal Cornelius, de profesi¨®n rematador en Trebisonda.
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