Golf por equipos y 255 millones: as¨ª es la revoluci¨®n de la liga saud¨ª
El nuevo circuito despega este jueves en Londres con una rompedora apuesta deportiva y una inyecci¨®n econ¨®mica que ha provocado un terremoto
Este jueves empieza la revoluci¨®n. Ser¨¢ a las 15.15 en el Centurion Golf Club de Londres, cuando 48 golfistas comiencen a disputar el primer torneo de LIV Golf, la liga hinchada con capital saud¨ª que ha provocado un terremoto por su colosal desaf¨ªo a los dos grandes circuitos, el estadounidense y el europeo. Desde ahora, las amenazas del PGA Tour pueden convertirse en sanciones. El circuito americano ha prohibido a sus jugadores alinearse con los nuevos inversores y algunos como Dustin Johnson y Sergio Garc¨ªa han hecho trizas el contrato: para evitar castigos, renuncian a la casa madre.
Londres no solo es el punto de partida de una batalla que se libra en todos los frentes. Tambi¨¦n es el inicio de un nuevo concepto de golf que rompe con las reglas tradicionales. Los ocho torneos de la liga saud¨ª (Portland, Bedminster, Boston, Chicago, Bangkok, Yedda y Miami son las otras paradas) se disputar¨¢n en tres jornadas, 54 hoyos, en lugar de las cuatro (72) habituales, no habr¨¢ corte, el n¨²mero de participantes se reduce a 48, entra en escena una rompedora modalidad por equipos y los partidos comenzar¨¢n todos a la misma hora, por 16 hoyos diferentes, para ofrecer una cobertura televisiva m¨¢s corta y din¨¢mica (podr¨¢ verse en la web de LIV Golf, Youtube y Facebook).
El martes por la noche, 12 capitanes, entre ellos Sergio Garc¨ªa, eligieron a tres golfistas cada uno en una ceremonia con aires de draft. Quedaron formados 12 equipos de cuatro jugadores, cada grupo con su logo, sus colores y su nombre ¡ªSergio Garc¨ªa comparte escudo con David Puig, James Piot y Jediah Morgan, y se llaman Fireballs¡ª, que competir¨¢n en esta modalidad colectiva que se une a la individual tradicional. El torneo tendr¨¢ dos clasificaciones. Una la normal, la de jugadores cada uno por su cuenta. Otra la de equipos, que funciona de una peculiar manera. En las dos primeras jornadas, jueves y viernes, contar¨¢n las dos mejores tarjetas entre los cuatro golfistas de cada equipo. La tercera y ¨²ltima ronda, el s¨¢bado, puntuar¨¢n las tres mejores tarjetas, solo un descarte, y de la suma de los resultados de los tres d¨ªas saldr¨¢ el equipo vencedor.
As¨ª se celebrar¨¢n siete de los ocho torneos de la serie. En cada uno, 25 millones de d¨®lares sobre la mesa: 20 para la clasificaci¨®n individual, en la que el primero se embolsar¨¢ cuatro y el ¨²ltimo, 120.000 d¨®lares; y cinco para premiar a los tres mejores equipos (tres millones, 1,5 y 500.000 d¨®lares respectivamente). De colof¨®n, un bono de 30 millones a repartir entre el podio global de estas siete citas: 18 millones para el m¨¢s regular, y ocho y cuatro para el segundo y tercero, siempre que todos hayan jugado al menos cuatro competiciones.
A new era of golf.
— LIV Golf (@livgolf_league) June 7, 2022
Introducing your teams for the inaugural #LIVGolf Invitational! ?#4ACESGC pic.twitter.com/0SgNpTo5rZ
El octavo y ¨²ltimo torneo, a finales de octubre en Miami, solo se jugar¨¢ por equipos y en formato match play (cuentan los hoyos y no los golpes), en cuatro d¨ªas, con eliminatorias directas y 50 millones de gordo: 16 para el conjunto campe¨®n (las ganancias se reparten al 25% entre los cuatro componentes), uno para el ¨²ltimo clasificado.
En total, LIV Golf repartir¨¢ 255 millones de d¨®lares este curso y quiere crecer a 10 torneos en 2023 y a 14 en 2024. Un pastizal que multiplica con creces los premios en los circuitos americano y europeo y que est¨¢ en el centro de una guerra mundial.
El Centurion de Londres (par 70) re¨²ne a seis ganadores de grandes y a 18 de los 100 mejores del mundo. El tailand¨¦s Chantananuwat es el m¨¢s joven con 15 a?os. Phil Mickelson, 51, el m¨¢s veterano. El estadounidense afirm¨® este mi¨¦rcoles que no quiere renunciar todav¨ªa al PGA Tour, pero se alista como uno de los soldados saud¨ªes. La apuesta de los rebeldes es clara: menos trabajo, m¨¢s dinero. Desde ahora, el PGA Tour debe mover ficha.
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