Espa?a destroza a Canad¨¢ en el estreno del Mundial de hockey hierba

Un hurac¨¢n. Eso fue Espa?a en el estreno del Mundial para desdicha de Canad¨¢, abrasada por el juego ofensivo y resolutivo de la selecci¨®n de Adrian Lock, tan atinada en los penalti-c¨®rners como acertada en las ofensivas. La historia dec¨ªa que las canadienses aventajaban por seis a cuatro los duelos directos, que era una selecci¨®n a tener en cuenta por m¨¢s que fuera de corte defensivo. Pero Espa?a, que juega en casa (en Terrassa y ante unos 3.000 aficionados), dict¨® lo contrario. Y lo hizo a lo grande.

Ya comenz¨® bien el duelo desde el sorteo, pues la capitana Mar¨ªa L¨®pez adivin¨® el lado de la moneda y escogi¨® campo. Bola en juego y declaraci¨®n de intenciones nada m¨¢s empezar porque durante un minuto y 20 segundos las RedSticks se repartieron la posesi¨®n, de lado a lado, aunque poco profundas. De eso, de hacer de pegamento con la delantera, se encarg¨® casi siempre la talentosa Gigi Oliva, por arriba o por abajo, pases de tiral¨ªneas que casi siempre buscaban el desmarque de Bel¨¦n Iglesias. Como en esa falta que sac¨® con un pase l¨¢tigo -arrastrando el stick por el suelo- que por los pelos no prolong¨® Bel¨¦n dentro del ¨¢rea. Pero entre poco y nada pod¨ªa replicar Canad¨¢, torpe en la confecci¨®n, est¨¦ril en la carrera y nula en el disparo. La bola era espa?ola y las ocasiones tambi¨¦n, impulsado el equipo por los sprints y quiebros de Luc¨ªa Jim¨¦nez, que sacaba oro en cada incursi¨®n que hac¨ªa, tambi¨¦n de Bel¨¦n Iglesias, un tormento para la zaga canadiense por revoltosa y habilidosa.

Una, dos y tres veces seguidas lo prob¨® Xantal Gin¨¦ con sus chutes en una sucesi¨®n de penalti-c¨®rners. Pero no se sali¨® con la suya, desviado alg¨²n disparo, acertadas la defensa y la portera. Pero a la cuarta, tambi¨¦n de carrerilla, el disparo de Xanti -como le llaman en el vestuario- fue desviado por un stick rival y recogido por Bel¨¦n Iglesias, que se tir¨® al suelo para autografiar el primer gol, para que desde la megafon¨ªa atronara Mi gran noche de Raphael, canci¨®n escogida para los festejos. No ser¨ªa, ni de lejos, la ¨²ltima vez.

Hannah Haugh, la delantera con m¨¢s mordiente de Canad¨¢ se peleaba contra molinos de viento, ¨²nica en generar peligro con sus conducciones, al menos un penalti-c¨®rner. Pero no hab¨ªa tut¨ªa ante una Espa?a entera, muy superior en todas las facetas del juego. Ninguna, en cualquier caso, como en los penalti-c¨®rners, pues as¨ª llegaron otros dos tantos. Uno fue, claro, de Xantal, que por poco no rompe y quema las redes al estilo Oliver y Benji; el otro, en su primer chut, seco y ajustado, fue de Mar¨ªa L¨®pez. Pero Espa?a ten¨ªa m¨¢s y, en una jugada en la que se juntaron las piezas -Mar¨ªa L¨®pez desde la ra¨ªz, aceleraci¨®n de Gigi y centro de Luc¨ªa Jim¨¦nez-, Bego?a Garc¨ªa puso el stick para cerrar el primer acto con una goleada tan autoritaria como expresiva.

Trat¨® de reponerse Canad¨¢ estirando un poco las l¨ªneas, pero carec¨ªa de ingenio para descomponer a Espa?a, para poner en aprietos a la (anoche an¨®nima) portera Laura Barrios. Tambi¨¦n rot¨® y reparti¨® esfuerzos y minutos el seleccionador espa?ol y el ritmo baj¨®, por m¨¢s que Xantal casi marca otro gol de penalti-c¨®rner. Solo una parada espectacular de Faiczak lo evit¨®. Y m¨¢s de lo mismo ocurri¨® en el ¨²ltimo cuarto, aunque Karli Johansen batiera a la debutante Jana Mart¨ªnez en un penalti-c¨®rner para maquillar el resultado ante una Espa?a que ya ten¨ªa la mirada puesta en el siguiente envite -este domingo a las 21.30-, en el electrizante duelo ante Las Leonas de Argentina, una de las grandes favoritas.

¡°Where legends are made [donde se hacen las leyendas]¡±, se pod¨ªa leer en el tart¨¢n que rodeaba al campo de c¨¦sped azul, estadio en el que la selecci¨®n espa?ola conquist¨®, en 1992, su ¨²nico oro en unos Juegos Ol¨ªmpicos. Ahora es el Mundial y no se sabe d¨®nde llegar¨¢ este equipo, pero en el debut se llev¨® un aperitivo de caviar y ostras a la boca, un partido que sit¨²a como una de las selecciones a tener en cuenta por la lucha de las medallas. Canad¨¢ ya lo sabe.

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