Hasta 570 euros para disfrutar de una ola perfecta: el auge de las piscinas de surf artificiales
La proliferaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas facilita la creaci¨®n de rompientes de primer nivel lejos del mar, un ejercicio que ampl¨ªa el mercado del surf y su potencial deportivo
Los avances tecnol¨®gicos pueden con todo, y al igual que unos imaginan su despegue hacia Marte, otros quieren surcar olas perfectas en medio del desierto. No es un sue?o, sino una realidad fehaciente en California, donde hoy en d¨ªa se encuentra la ola m¨¢s cara del planeta. No hay mar ni oc¨¦ano en la poblaci¨®n de Leemore, pero eso no importa dentro del rancho del estadounidense Kelly Slater, considerado el mejor deportista de todos los tiempos en esta disciplina. En ese oasis de agua cristalina, donde las olas se levantan hasta dos metros y medio con paredes y tubos de primera categor¨ªa, cada h...
Los avances tecnol¨®gicos pueden con todo, y al igual que unos imaginan su despegue hacia Marte, otros quieren surcar olas perfectas en medio del desierto. No es un sue?o, sino una realidad fehaciente en California, donde hoy en d¨ªa se encuentra la ola m¨¢s cara del planeta. No hay mar ni oc¨¦ano en la poblaci¨®n de Leemore, pero eso no importa dentro del rancho del estadounidense Kelly Slater, considerado el mejor deportista de todos los tiempos en esta disciplina. En ese oasis de agua cristalina, donde las olas se levantan hasta dos metros y medio con paredes y tubos de primera categor¨ªa, cada hora puede costarle al visitante unos 860 euros: el d¨ªa entero de piscina sale aproximadamente a 70.000 euros, 7.000 por cabeza siendo un grupo de 10 personas. Cada visitante, si tomamos como referencia la ola m¨¢s avanzada de la tecnolog¨ªa, cabalgar¨¢ un m¨¢ximo de 12 olas en un d¨ªa, a un precio unitario de 570 euros.
¡°La hemos sufrido y la hemos gozado¡±, explica Oriol Aragay, uno de los pocos espa?oles que ha probado de primera mano la ola en el Surf Ranch, a EL PA?S. Este ingeniero mec¨¢nico de 49 a?os trabaj¨® m¨¢s de cinco a?os en la creaci¨®n de la rompiente perfecta junto al equipo del 11 veces campe¨®n del mundo y cuenta con 20 a?os de experiencia en el sector: ¡°Como propuesta comercial es un desastre, pero como experimento un ¨¦xito rotundo. La tecnolog¨ªa es muy cara y el coste astron¨®mico, as¨ª que no es un proyecto pensado para el p¨²blico general¡±. Ning¨²n m¨¦todo desarrollado hasta ahora, y hay varios en el mundo, ha conseguido replicar la intensidad con la que rompe la ola ideada por Slater. ¡°Es como un tren de 200 toneladas que arrastra el agua de manera constante durante m¨¢s de un minuto¡±, resume el experto, apuntando que otras opciones en el mercado pierden hasta un 80% de la propulsi¨®n inicial en cuesti¨®n de segundos.
Esta rompiente artificial a 150 kil¨®metros del Atl¨¢ntico recibe tan solo a visitantes de excepci¨®n y bolsillos holgados. En ella han disfrutado tipos como Lewis Hamilton, heptacampe¨®n del mundo de F¨®rmula 1 ¨Cen un acto pagado por uno de sus patrocinadores¨C, y otras celebridades como el actor Chris Hemsworth, la modelo Cindy Crawford o el cantante Eddie Vedder. M¨¢s all¨¢ de los eventos privados y la parada del circuito profesional que acoge, la ola es el ejemplo m¨¢s extremo de la masificaci¨®n que est¨¢ viviendo la disciplina. Originalmente, el surf predicaba la libertad, la conexi¨®n con la naturaleza y la inclusividad como sus principales valores, pero actualmente se ve inundado por el negocio que todo lo rodea, una oportunidad que no pas¨® desapercibida por el COI cuando lo convirti¨® en deporte ol¨ªmpico. Las piscinas de olas son el siguiente paso y empiezan a brotar en varios rincones alejados del agua salada, con m¨¢s de 100 proyectos de construcci¨®n activos en el mundo. Aunque la intenci¨®n de los promotores es intentar encontrar soluciones eficientes y econ¨®micas para alcanzar a un p¨²blico menos exclusivo, no siempre es f¨¢cil mantener el equilibrio.
En Espa?a, la ¨²nica instalaci¨®n abierta de estas caracter¨ªsticas se encuentra en el Siam Park de Tenerife, en las Islas Canarias, con sesiones de una hora para grupos de hasta 10 personas a partir de 600 euros. El ayuntamiento de Sabadell, en un pleno municipal de este mes de julio, aprob¨® la construcci¨®n de la primera instalaci¨®n abierta al p¨²blico en territorio peninsular, aunque el proyecto todav¨ªa debe superar otros tr¨¢mites y ya ha recibido la oposici¨®n frontal de grupos ciudadanos y formaciones pol¨ªticas. Una sesi¨®n de una hora en el SurfCity de la ciudad catalana costar¨ªa entre 30 y 50 euros seg¨²n el promotor. Y todav¨ªa hay m¨¢s. Los ¨²ltimos en sumarse a la fiebre han sido el Atl¨¦tico de Madrid y Wavegarden, una empresa vasca pionera en este tipo de tecnolog¨ªas alrededor del mundo. Proyectan una piscina de olas en la Ciudad Deportiva del conjunto colchonero, mientras otros planes previos en Badalona, Tarragona, M¨¢laga y San Sebasti¨¢n se encuentran ahora mismo en punto muerto.
Andy Criere (San Sebasti¨¢n, 1995), uno de los principales surfistas del panorama nacional, apunta a las principales ventajas de las piscinas de olas artificiales desde la perspectiva de un profesional. ¡°Aportan esa parte de rendimiento de un deporte. La repetici¨®n, la exactitud de la ola. La capacidad de mejora constante y la de tener una estructura para entrenarse mucho¡±, valora en conversaci¨®n con este peri¨®dico. El surfista vasco, integrante de la selecci¨®n espa?ola que particip¨® en el preol¨ªmpico de Tokio 2020, asegura que ha tenido muchos debates con otros practicantes sobre lo que significa esta nueva tecnolog¨ªa para su disciplina: ¡°Estamos hablando de dos mundos diferentes. El mar es un elemento ¨²nico donde no hay dos olas iguales, donde los surfistas nos sentamos ante una incertidumbre. Es un poco como una filosof¨ªa, y es la parte m¨¢s bonita de este deporte, algo que nunca conseguir¨¢ una ola artificial¡±.
Adem¨¢s de sus beneficios deportivos, que podr¨ªan resultar al equivalente de los centros de alto rendimiento aplicados al mundo del surf, las piscinas de olas artificiales se enmarcan, sobre todo, dentro del espectro recreacional. ¡°Lo que interesa es hacer una ola que la gente pueda disfrutar¡±, apunta Aragay, ahora vicepresidente de Westlake Wave Co., la primera empresa que se centra en desarrollar olas asequibles y divertidas para el grueso de la poblaci¨®n sin disparar los costes. Despu¨¦s de probar casi todas las tecnolog¨ªas en el mercado, piropea a la espa?ola Wavegarden: ¡°Es una ola interesante y atractiva para profesionales, pero sobre todo una herramienta de aprendizaje para cualquier surfista. Sirve para practicar y mejorar m¨¢s r¨¢pido gracias a su predictibilidad, tambi¨¦n para sacarte el gusanillo si no hay condiciones en el mar o vives muy lejos de ¨¦l¡±.
La tecnolog¨ªa vasca, la que pretende usar el Atl¨¦tico en su Ciudad Deportiva, ha logrado generar hasta 1.000 olas y meter 90 surfistas en el agua cada hora, con una altura que puede alcanzar los dos metros y una duraci¨®n de unos 13 segundos. Es un tama?o y un tiempo de recorrido que equivale, a grandes rasgos, a la mayor¨ªa de rompientes naturales en territorio espa?ol cuando hay buenas condiciones meteorol¨®gicas. ¡°La ola es muy buena, muy parecida a las olas del mar¡±, valoraba el brasile?o Gabriel Medina, triple campe¨®n del mundo del circuito mundial (WSL), cuando se lanz¨® el sistema. Criere, que ha probado las olas de Wavegarden en su centro de desarrollo en el Pa¨ªs Vasco y en el resort suizo de Ala?a Bay, da m¨¢s peso a las ventajas que a los inconvenientes de esta tecnolog¨ªa: ¡°Desde mi punto de vista, es positivo para el surf. Por ejemplo, mucha gente que trabaja en grandes ciudades podr¨¢ permitirse seguir con la pr¨¢ctica del surf est¨¦n donde est¨¦n. Tambi¨¦n puede ser una herramienta de evasi¨®n del d¨ªa a d¨ªa a la vuelta de la esquina, aunque no sea en el mar y sea durante una hora¡±.
Una tecnolog¨ªa que arrastra pol¨¦mica
Aunque todas las iniciativas remarcan su uso responsable de los recursos h¨ªdricos y su vocaci¨®n respetuosa con el medioambiente, lo cierto es que la construcci¨®n y explotaci¨®n de estos equipamientos conlleva una tara clim¨¢tica inapelable. El gasto energ¨¦tico, los precios y la gesti¨®n del agua centran las principales cr¨ªticas de los grupos ecologistas y movimientos vecinales, mientras que los promotores intentan defenderse apelando al uso de energ¨ªa verde y la recirculaci¨®n del agua a trav¨¦s de complejos sistemas de filtrado. ¡°Digan lo que digan, mover agua es muy caro¡±, se sincera Aragay, que, sin embargo, apunta al desconocimiento general del p¨²blico como principal freno a estos proyectos. ¡°Hay que ser exigentes con estos proyectos, eso es bueno y entiendo la postura ciudadana de cuidar al m¨¢ximo los detalles. Creo que se frena m¨¢s por un tema de falta de aceptaci¨®n y normalizaci¨®n del surf¡±, apunta Criere.
Algo que s¨ª han demostrado las piscinas de olas artificiales, con cifras concretas, es que gastan menos recursos que otras instalaciones ampliamente desplegadas por el territorio como los campos de golf, las piscinas ol¨ªmpicas o los parques acu¨¢ticos. ¡°Pr¨¢cticamente en todas las ciudades hay una piscina ol¨ªmpica, con todo lo que eso conlleva. El planteamiento aqu¨ª es que en ciertos puntos del pa¨ªs pueda haber una ola de calidad creada por una empresa nacional pionera y que lidera el sector en el mundo, y para m¨ª la respuesta es f¨¢cil¡±, zanja el surfista donostiarra en medio de tanto debate. Seg¨²n datos de Wavegarden, sus olas gastan menos que un telesilla en una estaci¨®n de esqu¨ª, con un consumo aproximado de entre 250 y 450 KWh.
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