Vinicius y Pedri, el capital de la Liga
El mercado cierra esta semana rompiendo las costuras del control econ¨®mico, pero ambos j¨®venes brillan en Real Madrid y Barcelona
Dos a?os antes. Generalmente, los clubes jubilan a sus figuras dos a?os m¨¢s tarde de lo que deben. El respeto a la gloria pasada se termina pagando deportiva y econ¨®micamente. El Madrid aprendi¨® la lecci¨®n y, antes de la jubilaci¨®n, vende a sus figuras con un riesgo futbol¨ªstico calculado y un beneficio econ¨®mico indiscutible. Aunque perder a Casemiro es renunciar a la viga maestra de su estructura, el madridismo permanece tranquilo. Es la personalidad de un club al que acompa?a una imagen de solidez. Tanto es as¨ª, que a sus enemigos solo se les ocurre acusarlo de ganar.
Lo encontrar¨¢. Es curioso que a la imagen de solidez contribuya Vinicius, un delantero que siembra el caos por donde pasa, pero que ya aprendi¨® a terminar lo que empieza. Los rivales convierten cada duelo en un campo de batalla cuando para Vinicius no es m¨¢s que un juego entretenido. Una timba en la que apuesta la pelota. Me la quitas y hasta, si puedes, me pegas, o te supero y hasta luego. Para defender la pelota Vinicus emplea la velocidad f¨ªsica, t¨¦cnica y mental, pero nada es m¨¢s importante que esa obsesi¨®n que tiene un ¨²nico objetivo: el ¨¢rea. Este chico se olvid¨® ah¨ª algo muy importante cuando era peque?o y va a buscarlo con una obsesi¨®n lun¨¢tica. Algo tendr¨¢ que decir la ciencia de la mente al respecto. Lo cierto es que la batalla, que empieza en cualquier parte, dirime en el ¨¢rea el combate decisivo. A lo mejor no a la primera ni a la tercera ni a la d¨¦cima, pero es tanta la fe que, tarde o temprano, gana el combate y el partido. Empiezo a creer que lo que busca es un Bal¨®n de oro.
El distinto. Pedri asombra por otros medios. Es un jugador contra tendencia y, por eso, fascinante. Parece domar el f¨²tbol brioso y arisco de estos tiempos, al que somete con suavidad y sabidur¨ªa. Es uno de esos milagros, cada vez m¨¢s extra?os, que produce el f¨²tbol para maravillarnos. El entrenamiento es sabio. Con sus continuas repeticiones va creando h¨¢bitos que, finalmente, se instalan en el instinto y permiten responder a los imprevistos con la velocidad de un reflejo. A Pedri esa sabidur¨ªa le vino dada. Sus respuestas futbol¨ªsticas no encuentran soluciones por la fuerza de los h¨¢bitos, sino por el don natural de un talento superior al que el f¨²tbol le cont¨® todos sus secretos. En todo partido habita un loco suelto que se llama ¡°bal¨®n¡±, al que Pedri llama al orden y pone juicio con un toque, como si el siguiente paso de una jugada fuera siempre algo obvio. Pero la l¨®gica de cada respuesta solo la conoce ¨¦l. Si la tendencia es jugar de memoria, Pedri inventa; si esto es cada vez m¨¢s f¨ªsico, su ant¨ªdoto es pensar r¨¢pido; si la t¨¢ctica se ha apoderado del juego, ¨¦l se escapa de la pizarra para mejorar al equipo. Vinicius y Pedri son el gran capital de esta Liga.
El mercado es un chiste. El mercado cierra esta semana rompiendo las costuras del control econ¨®mico. Unos pocos traspasos por cifras disparatadas en la Premier, pero sobre todo operaciones de supervivencia en donde hay que activar la imaginaci¨®n hasta el l¨ªmite del sentido com¨²n. Me hace recordar aquella historia que escuch¨¦ de peque?o en la que un tipo contaba que hab¨ªa vendido una oveja por diez millones de d¨®lares. ¡°Qu¨¦ gran negocio¡±, le contestaba su interlocutor. Y el vendedor cerraba la conversaci¨®n: ¡°S¨ª, me la pagaron con dos gallinas de cinco millones¡±.
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