La presi¨®n de un Grand Slam
Las primeras rondas de los cuatro ¡®grandes¡¯ son un terreno abonado para las sorpresas por la ¡®obligaci¨®n¡¯ de los favoritos a ganar
Competir en un Grand Slam es la cima del deporte. Desde que coges una raqueta sue?as con llegar a formar parte de estos torneos, participar en eventos que has visto por televisi¨®n desde la infancia. El tenis es un deporte repleto de historia, con ciertos aspectos inamovibles, y los cuatro ¡®grandes¡¯ son unos cimientos que siempre hemos conocido. Llegar a uno de estos templos es una satisfacci¨®n y tambi¨¦n una responsabilidad.
Los partidos de un tenista empiezan mucho antes de saltar a la pista. Tampoco terminan en el match point. Son invisibles ante las c¨¢maras. La gesti¨®n que conl...
Competir en un Grand Slam es la cima del deporte. Desde que coges una raqueta sue?as con llegar a formar parte de estos torneos, participar en eventos que has visto por televisi¨®n desde la infancia. El tenis es un deporte repleto de historia, con ciertos aspectos inamovibles, y los cuatro ¡®grandes¡¯ son unos cimientos que siempre hemos conocido. Llegar a uno de estos templos es una satisfacci¨®n y tambi¨¦n una responsabilidad.
Los partidos de un tenista empiezan mucho antes de saltar a la pista. Tampoco terminan en el match point. Son invisibles ante las c¨¢maras. La gesti¨®n que conlleva este nivel deportivo tiene su exponente principal en los torneos del Grand Slam. Lugares donde todos desean ganar, torneos donde la presi¨®n sale a relucir y aprender a controlarla es tan vital como el mejor golpe.
Las primeras rondas de los Grand Slam son un terreno abonado para esta realidad. Los grandes favoritos est¨¢n ¡®obligados¡¯ a ganar, cargan una expectativa grande sobre sus hombros y afrontan partidos donde hay mucho m¨¢s que perder. En este US Open ya hemos visto un reguero de nombres en el primer d¨ªa: Simona Halep o Stefanos Tsitsipas, enormes figuras, como ejemplos m¨¢s claros.
La magnitud del escenario hace que todos tengan una inmensa motivaci¨®n, y esto termina igualando el nivel entre cabezas de serie y jugadores no preclasificados. En el tenis profesional, la calidad del tenis est¨¢ muy pareja. Los golpes no marcan la diferencia como la capacidad de mantener un nivel de juego. Si vi¨¦semos durante cinco minutos a un jugador, ser¨ªa dif¨ªcil saber qu¨¦ posici¨®n ocupa en el vestuario. Si le vi¨¦semos dos horas, su actitud, su gesti¨®n de los momentos, tendr¨ªamos un panorama m¨¢s claro. La adrenalina que generan los Grand Slam pueden equilibrar las fuerzas en esos primeros d¨ªas.
Un torneo de este calibre tiene aspectos particulares. Tener un d¨ªa de descanso hace que todos tengan los mismos plazos de preparaci¨®n, a diferencia de los torneos en temporada regular. Es una ventana para recuperar, para analizar, pero tambi¨¦n para darle vueltas a la cabeza. Es un detalle que, por experiencia propia, creo que ayuda a que la competici¨®n est¨¦ m¨¢s pareja.
La competici¨®n masculina tiene un condicionante por el formato. Al jugar a cinco sets, el riesgo de disputar un partido muy largo puede dejar en una posici¨®n vulnerable a un gran favorito. Jugar un marat¨®n y enfrentar despu¨¦s a un rival fresco puede romper los planes, una situaci¨®n que en los torneos del resto de la temporada, al mejor de tres mangas, no sucede de una forma tan clara.
Y el papel del p¨²blico es fundamental. Nueva York es uno de los eventos donde la grada tiene un mayor peso. El espect¨¢culo es constante, ese culto por el silencio que vemos en otros lugares desaparece por completo y es parte del esp¨ªritu que hace del US Open un torneo especial. Muchas veces animan al aspirante si el marcador es adverso, buscando estirar un partido que sea dram¨¢tico para el favorito.
El tenis va m¨¢s all¨¢ de golpear a la pelota. Intentar no golpearte a ti mismo, con todo lo que rodea al tenista en un Grand Slam, puede que sea uno de los mayores retos de todos.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.