Serena Williams, una revolucionaria que transform¨® el juego
Su adi¨®s cierra una ¨¦poca y dejar¨¢ al mundo del tenis, en general, con un comprensible sentimiento de orfandad
Llego a esta edici¨®n del US Open con el mismo ambiente bullicioso de antes de la pandemia en Nueva York, despu¨¦s de que el a?o pasado no pudieran asistir turistas ni espectadores procedentes del extranjero.
Los aficionados espa?oles tenemos por delante dos semanas de indiscutible atractivo. Paula Badosa, Carlos Alcaraz y Rafael, sin desmerecer a ninguno de los otros jugadores espa?oles, son nuestras principales bazas. Sabemos que tanto la tenista catalana como el murciano pueden optar a levantar su primer t¨ªtulo de Grand Slam. Y, en el caso de mi sobrino, puede optar a su vig¨¦simo tercer gran t¨ªtulo, alej¨¢ndose de manera importante de su inmediato perseguidor, Novak Djokovic, y optar tambi¨¦n a ser el jugador de la historia que alcanza el n¨²mero uno con la edad m¨¢s avanzada.
Sin embargo, hay un hecho que, pase lo que pase los d¨ªas de las grandes finales masculina y femenina, marcar¨¢ el US Open 2022 como ha marcado la historia de este deporte: la despedida del mundo del tenis de Serena Williams.
La carrera de esta brillant¨ªsima deportista americana ha sido una de las m¨¢s exitosas y longevas de nuestro deporte. Gan¨® su primer torneo del Grand Slam en 1999 (el US Open) y el ¨²ltimo de ellos (el Open de Australia) en 2017, veintitr¨¦s de ellos en total.
Serena ha sido, sin lugar a dudas, la jugadora m¨¢s determinante de los ¨²ltimos 18 a?os. La irrupci¨®n de las dos hermanas Williams (con resultado menos abultado en el caso de Venus) supuso un cambio radical en la manera de entender el juego en el circuito femenino. Ellas dos fueron las que desbancaron una manera de jugar y a la tenista que en aquel momento era la n¨²mero 1 del mundo, Martina Hingis, con unos usos inauditos.
La jugadora suiza despertaba en m¨ª gran admiraci¨®n por su inteligencia en la pista y por una capacidad t¨¢ctica y creativa en el desarrollo de los puntos como solo ha estado al alcance de las mejores. Y, sin embargo, no fue capaz de hacer frente y de resistir la gran potencia y velocidad de los golpes de las americanas.
Serena no ha pose¨ªdo una gran calidad t¨¦cnica ni ha sido de una gran exquisitez en la ejecuci¨®n pero, aun as¨ª, ha resultado ser casi siempre imparable para el resto de las jugadoras.
Desde que ella dej¨® de ser la duradera lideresa del ranking, no parece haber ninguna tenista con la suficiente estabilidad como para mantenerse en el primer puesto. Hemos visto, m¨¢s bien, una alternancia de distintos nombres que no acaban de establecerse en el c¨ªrculo m¨¢s elevado. Si no se produce r¨¢pidamente un cambio, en este sentido, ella va a cerrar tambi¨¦n una ¨¦poca en la que nombres como los de Sharapova, Azarenka, Klijsters o Henin, por nombrar a unas cuantas de las m¨¢s recientes, eran due?as de una solidez y de una permanencia que las convert¨ªa en figuras muy medi¨¢ticas y muy admiradas.
Las im¨¢genes de ese ¨²ltimo partido que Serena jugar¨¢ un d¨ªa de estos en la impresionante Arthur Ashe dar¨¢n la vuelta al mundo y emocionar¨¢n profundamente a los muchos seguidores que tiene esta gran tenista en Estados Unidos y en el resto del mundo. Y dejar¨¢, adem¨¢s, al mundo del tenis en general con un comprensible sentimiento de orfandad. Yo creo que se cierra una ¨¦poca y que sentiremos un hueco que, inevitablemente, se ir¨¢ llenando con los nombres de las sucesivas ganadoras de los pr¨®ximos Grand Slams.
En lo que dif¨ªcilmente van a sustituir a Serena, sin embargo, es en su capacidad para escribir uno de los mejores tomos del gran libro de la historia del tenis.
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