?Racismo, y ahora qu¨¦?

¡±Vinicius eres un mono, eres un mono, Vinicius eres un mono¡±, es el vergonzoso c¨¢ntico que centenares de aficionados cantaron el domingo antes del derbi en las inmediaciones del Civitas Metropolitano. Dentro del estadio el c¨¢ntico fue: ¡°Vinicius mu¨¦rete¡±. Cuando la megafon¨ªa solicit¨® parar, el fondo sur respondi¨® lanzando mecheros y objetos al campo. LaLiga ha denunciado los c¨¢nticos racistas ante la Comisi¨®n Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte (que se re¨²ne este jueves).

El Congreso, por su parte, present¨® el martes una declaraci¨®n institucional firmada por todos los grupos en la que condena los insultos racistas al jugador brasile?o del Real Madrid y en la que insta a la Liga, UEFA, FIFA, equipos y futbolistas a seguir comprometi¨¦ndose con la erradicaci¨®n del racismo y la intolerancia. Eso, junto a las declaraciones del presidente del Gobierno Pedro S¨¢nchez ¡ª¡±como seguidor del Atl¨¦tico esperaba un mensaje fuerte del club rojiblanco¡±¡ª forz¨® al Atl¨¦tico a sacar un comunicado 48 horas despu¨¦s de los hechos. Tarde y forzado.

?Y ahora qu¨¦? ?Este todos a una acabar¨¢ con los episodios racistas en el f¨²tbol? ?Los clubes que todav¨ªa no lo han hecho tomar¨¢n partido para denunciar p¨²blicamente estas conductas todas y cada una de las veces que se produzcan? ?Har¨¢n llamamientos preventivos para concienciar a los hinchas y para que se comporten? ?Se atrever¨¢n a echar a los ultras de sus estadios como hicieron Florentino P¨¦rez y Joan Laporta?

Esteban Ibarra es presidente del Movimiento contra la Intolerancia, el Racismo y la Xenofobia y no es muy optimista al respecto. Y habla con conocimiento de causa. Cita el largo historial de episodios de los ultras rojiblancos y dice que, aunque no le consta que todos los que estuvieron grit¨¢ndole ¡°mono¡± a Vinicius fuera del estadio eran ultras, tienen un ¡°nido ah¨ª enquistado¡± que ejerce de arrastre sobre los dem¨¢s, dentro y fuera del campo y en las redes sociales.

¡°Era evidente que esto acabar¨ªa estallando tarde o temprano, pero llueve sobre mojado. El problema de los ultras del Atl¨¦tico es cr¨®nico desde hace much¨ªsimos a?os, desde antes del crimen de Aitor Zabaleta, el seguidor de la Real Sociedad asesinado en los alrededores del Vicente Calder¨®n en 1998. Y yo recuerdo incluso haberlo discutido con Jes¨²s Gil que un debate televisivo me dio la raz¨®n diciendo que esa gente \[los ultras\] son unos canallas y unos delincuentes... Pero bueno, han seguido ah¨ª ubicados incluso despu¨¦s de la muerte de Jimmy [un aficionado del Deportivo de La Coru?a muerto en 2014 tras una pelea con radicales del Atl¨¦tico] y este mismo a?o ha habido varios episodios¡±, dice. Se refiere a los ultras rojiblancos con el brazo estirado en el campo del Manchester City en la Champions y a la sanci¨®n de un partido a puerta cerrada por insultos racistas a un jugador del Real Madrid en el derbi de la Youth League el pasado mes de marzo.

Todo sigue igual. Por eso Ibarra ¡ªque recuerda que el 1 de diciembre empezar¨¢ el juicio a 82 ultras del Atl¨¦tico y del Deportivo que organizaron la ri?a multitudinaria en los aleda?os del Calder¨®n que acab¨® con la muerte de Jimmy¡ª cree que as¨ª seguir¨¢ siendo. ¡°A ver si esta va la vencida... Pero para que cambie algo, todos los responsables que tienen autoridad [sancionadora] sobre el hecho tienen que aplicar la ley con rigor y no se est¨¢ haciendo. Por un lado, la Fiscal¨ªa de delitos de odio tiene que intervenir. La Comisi¨®n estatal antiviolencia tiene que intervenir, pero lo que se ha demostrado en todo este tiempo es que hay mucha laxitud. Se abren expedientes que acaban no concret¨¢ndose, se dilatan en el tiempo y las sanciones no llegan. Los clubes, por otra parte, tienen su propia responsabilidad que no est¨¢n cumpliendo¡±.

Lo que esta vez s¨ª ha cambiado y que Ibarra celebra es que el Congreso se haya posicionado ¡ªcree que tarde¡ª y haya condenado de forma un¨¢nime los insultos racistas. Y eso puede ser una medida de presi¨®n que haga que no haya vuelta atr¨¢s. De ello est¨¢ convencido I?igo Errej¨®n, diputado de M¨¢s Pa¨ªs, que promovi¨® el martes la declaraci¨®n institucional en el Congreso. Errej¨®n cuenta en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico que esa declaraci¨®n marcar¨¢ un ¡°antes y un despu¨¦s¡±. As¨ª lo explica: ¡°Me han llegado a decir que me preocupa Vinicius porque soy del Madrid. Y no, lo que me preocupa es que al f¨²tbol juega much¨ªsima gente, chavales que ma?ana bajan a jugar al parque o a las canchas del patio del colegio y cuando no le pasan el bal¨®n a uno, o fallan un gol, o se enfadan con otro, resulta que como lo han visto en la tele han entendido que es normal decirle a alguien que es un puto negro o un mono. Y no. Tenemos que poner el foco en ello, fue simb¨®lico lo del martes, pero marca un antes y un despu¨¦s porque no vamos a hacer como si esto no sucediera. No vamos a mirar para otro lado y a normalizar cosas que no lo son¡±.

Considera Errej¨®n que eso ha contribuido a aumentar la presi¨®n hacia los clubes que toleran esos comportamientos. ¡°A ver ahora qui¨¦n se cansa antes...¡±. Pide que todos los estamentos se involucren. ¡°Hay que instar a las autoridades al respecto, Liga, Comisi¨®n Antiviolencia, clubes¡­ a que tomen medidas. Si la Liga, imag¨ªnate, aplicara una sanci¨®n de cierre de campo y econ¨®mica, estoy convencido de que algunos clubes se lo tomar¨ªan m¨¢s en serio. Hay que empujarles a esos clubes, porque est¨¢n m¨¢s c¨®modos mirando a otro lado. Si se adoptan medidas m¨¢s duras que les aprieten, van a tener todo el inter¨¦s en poner l¨ªmites a una buena parte de grupos que vive de que tengan facilidades del club para desplazarse, de que tengan cuartos para guardar material dentro de los estadios, de que se financien vendiendo entradas que les regalan los clubes porque durante mucho tiempo les era conveniente tener un grupo que siempre estuviera animando. Pero eso no puede ser a cualquier precio¡±.

Lo que no pod¨ªa ser a cualquier precio lo tuvieron muy claro Joan Laporta y Florentino P¨¦rez, por ejemplo, que expulsaron a los ultras del Camp Nou (2003) y el Bernab¨¦u (2014). En ambos casos el coste personal fue importante: en el caso del presidente del Madrid hubo lemas pidiendo su dimisi¨®n en varios puentes de la M-30 e incluso la profanaci¨®n con pintadas en la tumba de su esposa. Y en el caso de Laporta, hubo amenazas de muerte a sus hijos. No dieron su brazo a torcer.

La Comisi¨®n antiviolencia, que es la que propone las sanciones administrativas, se re¨²ne este jueves. Pero, matizan desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) que sin im¨¢genes grabadas que identifiquen a los autores de los insultos es imposible sancionar.

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