Piqu¨¦, el anti-Iniesta de Espa?a

Solo Piqu¨¦ ha podido ser Piqu¨¦. Y eso que hay muchos Piqu¨¦s, hasta una trinidad: el personal, el empresario y el futbolista. Los tres han tenido un nexo: antes muertos que sencillos. Ah¨ª est¨¢ la clave de su retirada prematura y a toda prisa. Piqu¨¦ ya no sal¨ªa en m¨¢s fotos que en alguna en el banquillo. Un anonimato insoportable para alguien que se agigantaba charco a charco, los que pisaba minuto a minuto. No era brasile?o, pero le iba la marcha como a ninguno, ya fuera con Riqui Puig o con Kevin Rold¨¢n. No hab¨ªa fiesta que regateara, incluso cruzaba el Bernab¨¦u para dejar su huella con el gol terminal del 2-6. Pero llegado el final, hasta para Piqu¨¦ result¨® insufrible el Piqu¨¦ futbolista. De hecho, ya se hab¨ªa marchado antes de irse. ?C¨®mo interpretar si no el cante de Mestalla de hace unos d¨ªas? Toda una met¨¢fora: Busquets desanudando sus botas en el banquillo para que saltara al campo lo antes posible. Su cabeza era tan ajena al f¨²tbol como las botas que ya no calzaba a tiempo. Ya nada remit¨ªa a ese estupendo central, magn¨ªfico cabeceador, gran articulador del juego desde la trinchera y hasta capaz de ganar una carrera al mejor Cristiano Ronaldo.

Al Piqu¨¦ en plenitud ¡ªsi no invent¨® las redes sociales siempre lo pareci¨®¡ª no le callaba ni Dios. Ni Puyol, que le daba colleja tras colleja. Tampoco la hinchada espa?ola, que durante una eternidad le abronc¨® jugara donde jugara por falta de espa?ol¨ªa. Porque Piqu¨¦, al que tanto le iba la chufla madridista, no jugaba por Espa?a, se dec¨ªa en las gradas y en buena parte de la mediosfera castellana. Piqu¨¦, por muy provocador que fuera, era algo m¨¢s que futbolista, pero futbolista. Y bueno, muy bueno. Tan bueno como para ser campe¨®n del mundo y de Europa. Jam¨¢s se arrug¨® con los pitos, todo lo contrario. Era consecuente con su tolerancia con las chiflas al Rey en aquellas finales coperas entre Bar?a y Athletic: ¡°La gente expresa su malestar. Yo tambi¨¦n me har¨ªa la pregunta desde el otro lado: ?Por qu¨¦ pitan? Pitar el himno no es la mejor decisi¨®n, pero no soy yo el que est¨¢ en la grada¡±.

Que si una foto con su hijo en la Diada, que si un dedo que parec¨ªa una peineta con la camiseta roja mientras sonaba el himno en un partido de la Eurocopa de 2016... Que si se hab¨ªa rajado las mangas de la roja para que no se viera la bandera patria... De manera inequ¨ªvoca, sus mensajes al Real Madrid ten¨ªan todo el eco del mundo en la selecci¨®n: ¡°Espa?olitos, ya os hemos ganado vuestra Liga espa?ola y ahora os vamos a ganar la Copa de vuestro Rey¡±.

No han sido pocas las burricies que han acechado a la selecci¨®n, ya fueran las medias de Arconada o las de Xavi Hern¨¢ndez. Mucha carga patriotera sobre un grupo de j¨®venes unidos en equipo para hacer feliz a la gente de cualquier rinc¨®n y condici¨®n. Siempre hubo quien ten¨ªa el espa?ol¨ªmetro a punto. Y m¨¢s con Piqu¨¦, un bocazas que al contrario que Arconada, Xavi y otros, nunca quiso desviar los tiros salvo cuando apel¨® a que uno de sus hijos estaba en la grada de Toulouse, durante la Eurocopa de 2016, luciendo la camiseta de Espa?a. La misma que el demonizado Piqu¨¦ luci¨® ni m¨¢s ni menos que 102 veces (cinco goles). Demasiadas para alguien tachado, como poco, de intruso y conspirador.

Tan agria lleg¨® a ser la convivencia Piqu¨¦-Espa?a que hasta hubo debates en las redes sobre si la hinchada se alegrar¨ªa de ganar un partido con un gol del central catal¨¢n. Tan hilarante como cierto. No faltaron los que acentuaban su antiespa?olismo por su poca empat¨ªa con Sergio Ramos. Muchos de esos participantes en congresos de patriotas eran los mismos que catalanizaban a Casillas por su buen rollo con Xavi, el m¨¢quina.

Poco a poco, con Sergio Ramos las cosas se fueron apa?ando. No llegaron a coleguear, pero se dieron una tregua, por su bien y el de esa Espa?a que supuestamente tanto denostaba el azulgrana. ¡°Supongo que no hace falta decir nada m¨¢s... Somos un magn¨ªfico equipo¡±, escribi¨® el defensa catal¨¢n en Twitter, junto a la foto que ilustra este art¨ªculo con Sergio Ramos colgado, tras la victoria de la Roja ante la Rep¨²blica Checa en el estreno de la Eurocopa de Francia de 2016 (1-0). Un triunfo con gol de Piqu¨¦ en el minuto 87. ¡°Geri, te lo digo en andaluz: ?que te quiten ¡®lo bailao¡¯, crack! ?Disfruta de la vida!¡±, escribi¨® el sevillano estos d¨ªas en su cuenta de Twitter al enterarse de la retirada de su excompa?ero.

Vicente del Bosque, el seleccionador que m¨¢s le dirigi¨®, jam¨¢s tuvo un reproche para Piqu¨¦, ni en p¨²blico ni en la intimidad. En 2015, en los festejos de la quinta Copa de Europa del Bar?a, Piqu¨¦ se mostr¨® agradecido con Kevin Rold¨¢n, el cantante colombiano contratado en un cumplea?os de Cristiano tras un 4-0 del Atl¨¦tico al Real Madrid. El revuelo fue considerable. Tanto que terci¨® el mism¨ªsimo Del Bosque, una persona tan paciente y tolerante a un paso del hartazgo: ¡°No ha dicho nada grave, pero hay una incitaci¨®n grande por parte de algunos medios al odio. Qu¨¦ mejor que meterse con un jugador catal¨¢n. El patriotismo hay que demostrarlo. Y me enerva y me pone de mala leche porque quien pita a un jugador espa?ol, que lleva 70 partidos internacionales, pita a la selecci¨®n espa?ola¡±. Del Bosque record¨® que, a fin de cuentas, Piqu¨¦ estaba celebrando el triunfo ¡°de un equipo espa?ol¡± en la Copa de Europa.

Ni la mediaci¨®n de Del Bosque aplac¨® los ¨¢nimos. Piqu¨¦ finalmente se rindi¨® tras el Mundial de Rusia. Sostuvo que el asunto de las mangas y la bandera fue la gota que colm¨® su vaso. El vaso de alguien que debut¨® como titular con Espa?a el 11 de febrero de 2009, en un partido amistoso ante Inglaterra en el S¨¢nchez Pizju¨¢n de Sevilla. En su segundo encuentro, ante Turqu¨ªa (1-0) en la fase de clasificaci¨®n para el Mundial de 2010, anot¨® su primer tanto como internacional. Era el 28 de marzo de 2009. Tan pu?etero y perturbador ha sido siempre Piqu¨¦ que ese gol de estreno ante los turcos lo marc¨®... en el Santiago Bernab¨¦u. Un reflejo de Piqu¨¦, chulapo como pocos, crecido como nadie en las grandes ocasiones. Abroncado como nadie por los campos de esa Espa?a que le reclut¨® con su bendici¨®n m¨¢s de un centenar de veces. Algunas menos que el adorado Iniesta.

Piqu¨¦, por su gracia y desgracia, el anti-Iniesta de Espa?a.

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