Regresa el aroma a caf¨¦ de la Copa de Europa

Un inconfundible aroma, el de la vieja Copa de Europa, presidi¨® el sorteo de octavos de final de la Liga de Campeones, en la ¨²ltima versi¨®n de su actual formato. La econom¨ªa manda, los grandes clubes amenazan con modelos exclusivos y la UEFA desea mantener el control absoluto de la competici¨®n m¨¢s prestigiosa del mundo. Mientras el futuro de la competici¨®n se juega con ferocidad en los despachos, reconforta esta especie de regreso sentimental a una etapa del f¨²tbol algo menos r¨ªgida.

Tres patricios del f¨²tbol europeo ¡ªReal Madrid, Bayern y Liverpool, ganadores de 25 ediciones¡ª y un lustroso nuevo rico ¡ªPar¨ªs Saint Germain¡ª dirimir¨¢n sus cuitas en febrero. O sea, en el infinito y m¨¢s all¨¢. Atravesamos las incertidumbres de un periodo donde un virus desconocido oblig¨® a disputar la final de 2020 a puerta cerrada y la invasi¨®n de Ucrania empuj¨® a celebrarla en Par¨ªs y no en San Petesburgo. Estamos en el a?o donde por vez primera se organiza el Mundial en oto?o, debido al ataque de amnesia de los prebostes de la FIFA. Eligieron a Qatar pero olvidaron que es la parrilla de San Lorenzo en verano. Poco despu¨¦s, les regres¨® la memoria y cambiaron las fechas.

Pase lo que pase en los pr¨®ximos cinco meses, y nadie en su sano juicio se atreve a pronosticarlo, algo es seguro: nada detiene al f¨²tbol. Febrero queda muy lejos, pero es incuestionable que Real Madrid y Liverpool, los dos ¨²ltimos finalistas, se enfrentar¨¢n en los octavos de final, lo mismo que el Bayern y el PSG en la otra gran eliminatoria. Dos equipos continuar¨¢n ¡ªsi la historia de la competici¨®n nos informa de algo, el Real Madrid es uno de ellos¡ª y los otros dos detestar¨¢n un sistema que les priva demasiado pronto de su objetivo predilecto y de un buen mazo de dinero.

A los aficionados este sorteo les ha devuelto a los d¨ªas donde el Real Madrid de la Quinta del Buitre se enfrentaba y eliminaba al N¨¢poles de Maradona en septiembre de 1987, o aquel mismo Madrid se med¨ªa con el Mil¨¢n de Sacchi y quedaba eliminado a mediados de octubre de 1989. Febrero no es septiembre, ni octubre, pero a los ojos del f¨²tbol actual es una fecha muy temprana para despedirse de una competici¨®n que, sin embargo, conceder¨¢ oportunidades de proseguir a equipos que nunca aparecen en las ¨²ltimas estaciones, caso del Brujas, Eintracht o el magn¨ªfico N¨¢poles actual. Hasta el Mil¨¢n, que no hab¨ªa alcanzado los octavos de final desde hace ocho a?os, puede recuperar buena parte del prestigio perdido.

En una edici¨®n donde el Bar?a y la Juve ¡ªdos de los tres mohicanos que defienden a pies juntillas la causa de la exclusivista Superliga¡ª se han estrellado en la primera fase, de la que se suele decir que no tiene inter¨¦s futbol¨ªstico alguno, y en la que el Atl¨¦tico de Madrid se ha visto arrojado de todas las competiciones europeas, permanecen rescoldos, por d¨¦biles que sean, de un pasado m¨¢s igualitario y abierto a nuevas expectativas.

No habr¨¢ cambios de favoritos. Cualquiera de los equipos que superen las eliminatorias Real Madrid-Liverpool y Bayern-PSG encabezar¨¢n las apuestas, por historia, potencial futbol¨ªstico y recursos econ¨®micos. Pero al menos este a?o regresa un leve aroma a un tiempo que se encuentra en sus ¨²ltimas boqueadas, un pasado donde los grandes pod¨ªan despe?arse en la primera curva o enfrentarse sin escapatoria en los octavos de final. A los gerentes de estos portaviones no les har¨¢ ninguna gracia ¡ªun nuevo formato se establecer¨¢ el pr¨®ximo a?o¡ª pero al aficionado com¨²n no le molestan ni una pizca las emociones fuertes, los buenos dramas y las aventuras imprevistas. Por el momento, es lo que depara esta edici¨®n de la Champions.

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