Solde, un socio cul¨¦ y canterano de La Masia, acongoja al Barcelona
El rey de copas pasa un calvario ante el Intercity, un equipo con apenas seis a?os de historia y que le puso contra las cuerdas hasta exigirle la pr¨®rroga, merced a un triplete de un exjuvenil azulgrana
La Copa mola, dicen los marketinianos de la Federaci¨®n. Ya va siendo hora de que no haya dudas sobre una competici¨®n ¨²nica y m¨¢s en el formato fet¨¦n, el todo o nada que es su esencia, esa que puso a la par al hist¨®rico y grand¨ªsimo Barcelona con el novel Intercity, un equipo de la tercera categor¨ªa del f¨²tbol espa?ol con seis a?os de trayectoria y una afici¨®n que no acaba de nacer, que quiz¨¢s ya est¨¦ en gestaci¨®n despu¨¦s de epopeyas como la vivida en el vetusto Rico P¨¦rez, un campo de prestado para quienes ejerc¨ªan de locales. Tres veces se adelant¨® el Barcelona, tres le empat¨® el Intercity, indomable cuando fue valiente, derrotado al fin (3-4) por un oportunista. El aguardado Ansu Fati volvi¨® a aparecer en un momento decisivo, en la pr¨®rroga, para sacar al Bar?a de un apret¨®n.
La Copa triunfa porque se sale de la pauta y ofrece inesperados relatos como el de Oriol Soldevila, un joven socio del Barcelona que se forj¨® en el vivero del Cornell¨¢ y jug¨® dos campa?as en el juvenil azulgrana antes de emigrar al segundo equipo del Birmingham con la carta de libertad bajo el brazo. Este verano acept¨® una oferta del Intercity para crecer desde Primera RFEF con apenas 21 a?os. Ni en sus mejores sue?os podr¨ªa imaginar que tres goles al Barcelona iban a ponerle en todo tipo de radares.
Todo fue inesperado en una noche alicantina que abona la ¨¦pica copera. El Barcelona hizo lo que parec¨ªa aconsejable para no desgastar el sistema nervioso de sus futbolistas: marc¨® de inicio y pareci¨® tomar distancia respecto a las urgencias. No fue as¨ª. Nada cambi¨® ese gol tempranero respecto al plan de uno y otro equipo, pero s¨ª que matiz¨® las necesidades, sobre todo las del Barcelona, que se adocen¨®. Para el Intercity la derrota m¨ªnima supon¨ªa un contratiempo, pero no dej¨® de esforzarse para seguir en el partido y esperar su momento, que lleg¨®.
El vaiv¨¦n inicial del partido no se explica sin la figura de Ronald Ara¨²jo, lesionado hace tres meses y medio. El portentoso central charr¨²a volvi¨® con la exuberancia que es se?a de identidad. La mostr¨® al tercer minuto con un testarazo en el primer palo a saque de c¨®rner. A esa altura ya era notorio que el partido se envolv¨ªa en una atm¨®sfera particular. Sin un grupo de animaci¨®n en la grada que sostuviese su esfuerzo, el Intercity jug¨® durante bastantes minutos como si fuese un invitado ante una bancada atestada de seguidores del Barcelona... y del H¨¦rcules. Hasta que el orgullo del c¨¦sped se contagi¨® al grader¨ªo.
Sin apreturas fuera del verde, con un gol a favor casi desde el vestuario, el combo que adiestra Xavi puso los cimientos para una noche pl¨¢cida. Pero no supo edificar el sosiego. Se atasc¨® ante un rival amurallado y con recursos para golpear a la contra con el excelente Aar¨®n Pi?¨¢n, una bala. Ese fue el plan del Intercity antes del descanso y as¨ª pudo llegar al empate tras un pase de Soldevila en el que a Pi?¨¢n se le abri¨® un latifundio entre los centrales. Una excelente conducci¨®n le situ¨® ante I?aki Pe?a, que reemplazaba bajo palos a Ter Stegen. Le regate¨® y empal¨® un remate a la red. Pero entonces apareci¨® Ara¨²jo de la nada para sacar la pelota a c¨®rner. En realidad fue el segundo gol del uruguayo.
El Barcelona tuvo el control, pero el Intercity trabaj¨® tras la pelota, bascul¨® y se tap¨®, apenas concedi¨® un par de opciones, una de Memphis que se envenen¨® hacia el larguero tras tropezar en un zaguero y un remate cruzado de Ferr¨¢n al filo del receso. Se qued¨® en pie el Intercity y tuvo la audacia de tomar el volante y girarlo tras el descanso. Subi¨® l¨ªneas el equipo que dirige Gustavo Siviero, aquel central argentino de la escuela de H¨¦ctor C¨²per. Y se fue a mirar a los ojos al Barcelona. Tard¨® un cuarto de hora en empatar porque Kound¨¦ y Ara¨²jo midieron mal para despejar un saque de esquina y el central Vadik toc¨® de cabeza para darle un remate en boca de gol a Soldevila. ¡°Marcar uno ya era un sue?o¡±, dijo al final.
El Intercity no cay¨® en la tentaci¨®n del enroque. Sigui¨® con el plan B, mantuvo la l¨ªnea defensiva lejos de su portero y se fue al combate. Le marc¨® Dembel¨¦ porque ya hab¨ªa espacios tras la zaga local y Gavi los detect¨® con un pase magistral, pero volvi¨® la paridad con Soldevila de nuevo protagonista para desnudar la rigidez de la zaga blaugrana. El eterno Jordi Alba volvi¨® a aparecer para habilitar ante el gol a Raphinha. Y volvi¨® a marcar, por tercera vez, Soldevila despu¨¦s de que Gaizka Campos mantuviese con vida al Intercity con una monumental parada a remate del extremo brasile?o.
Sin Lewandowski, al que Xavi dej¨® en casa por decisi¨®n t¨¦cnica a pesar de que la sanci¨®n ratificada de tres partidos s¨®lo le impide jugar en la Liga, sin Pedri, que tampoco se desplaz¨®, pero con muchos de sus millonarios recursos, el Barcelona se aprest¨® a solucionar el problema en la pr¨®rroga. Le auxiliaron sus extremos, punzantes. Demb¨¦l¨¦ tuvo filo y acab¨® desfondado; Raphinha se enchuf¨® tan pronto como sali¨® al partido. Al equipo alicantino le castigaron por los costados. Por el derecho teji¨® el Barcelona el gol de la victoria, con un centro raso de Raphinha al punto de penalti, a la zona de los goles, all¨ª donde todav¨ªa vive Ansu Fati. ¡°La Copa es as¨ª¡±, resumi¨® Ara¨²jo.
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