El Bar?a salta por fin de la teor¨ªa a la cancha
A partir de ahora, el Barcelona tendr¨¢ que medirse con el Barcelona, con la impresi¨®n que dej¨® en un partido que le perseguir¨¢ hasta el final de la temporada y m¨¢s all¨¢
Le faltan innumerables pasos por dar al Bar?a, que ha tropezado por donde ha ido en los ¨²ltimos a?os, pero en la final de la Supercopa pis¨® por fin con la seguridad y ambici¨®n que tardaba en demostrar. Ha ascendido el pelda?o m¨¢s dif¨ªcil: exteriorizar todo su potencial, con brillantez y goles, frente al Real Madrid, el equipo que le mide en Espa?a y en el mundo. El valor del torneo dice muy poco en comparaci¨®n con el efecto que ha producido la victoria. Por primera vez, sabemos que el Bar?a no es una conjetura, un voluntarioso ejercicio te¨®rico que no se concretaba en el equipo, quiz¨¢ porque su techo real era m¨¢s bajo que el imaginado.
Se establecen comparaciones con otro ¨¦xito resonante, su victoria en el Bernab¨¦u en la anterior temporada, cuatro meses despu¨¦s de la contrataci¨®n de Xavi Hern¨¢ndez. En t¨¦rminos aparentes, aquel partido fue mucho m¨¢s importante que el de Riad. El Bar?a escalaba por la clasificaci¨®n y aquel 0-4 le instal¨® en la segunda posici¨®n. Se asegur¨® sin problemas la participaci¨®n en la Liga de Campeones, objetivo ineludible de un club atropellado por toda clase de dramas.
En abril, el Madrid se dirig¨ªa sin oposici¨®n a la conquista de la Liga y estaba enfrascado en las eliminatorias de la Copa de Europa, las m¨¢s sinuosas que se recuerdan. Ten¨ªa la cabeza en otro sitio. Le doli¨® la derrota, pero fue una herida tan leve como enorme la incapacidad del Bar?a para aprovechar su goleada. Le arras¨® el Eintracht d¨ªas despu¨¦s. Termin¨® la Liga en medio del desaliento y comenz¨® a buscar dinero desesperadamente. No le alcanzaba con aquella plantilla.
Las palancas ¡ªinyecci¨®n de dinero a corto plazo a cambio de largas participaciones empresariales en derechos propios del club¡ª hicieron su trabajo en el mercado y crearon unas expectativas que han tardado en confirmarse, si es que se han confirmado. S¨ª ha proclamado, en cambio, su verdadera magnitud como equipo. El Bar?a jug¨® contra el Madrid el mejor partido del periodo Xavi y el m¨¢s brillante en unos cuantos a?os, anunciante del impagable valor de su jovenc¨ªsima generaci¨®n de jugadores.
Esta Supercopa ocupar¨¢ su sitio en las vitrinas, donde pasar¨¢ inadvertida m¨¢s pronto que tarde en la mullida colecci¨®n de trofeos del club. Su importancia es de otra naturaleza. Es una palanca aut¨¦ntica de impulso al futuro. En Riad, se acabaron las especulaciones. Si el Bar?a juega mal y pierde, o juega mal y gana, no ser¨¢ porque le faltan fenomenales recursos futbol¨ªsticos y capacidad competitiva, suceder¨¢ por la incapacidad para sostenerse en el nivel que alcanz¨® frente al Real Madrid.
En su resistencia a descender de ese pelda?o, tanto tiempo inalcanzable, consistir¨¢ el pr¨®ximo desaf¨ªo de Xavi y el equipo. Atr¨¢s qued¨® el discurso te¨®rico, las especulaciones sobre la calidad real del Bar?a y el debate sobre el entrenador. Un equipo que es capaz de funcionar como lo hizo en la final de la Supercopa s¨®lo lo consigue si acredita unas condiciones indiscutibles, no imaginarias.
A partir de ahora, el Bar?a tendr¨¢ que medirse con el Bar?a, con la impresi¨®n que dej¨® en un partido que le perseguir¨¢ hasta el final de la temporada y m¨¢s all¨¢. Ha tardado mucho en romper y no le faltan asuntos que remediar ¡ªalgunos de sus fichajes no rinden ni la cuarta parte de lo que se supon¨ªa por su precio¡ª, pero ya ha dado el paso m¨¢s dif¨ªcil, el de su nueva credibilidad, plasmada de una forma tan rotunda y brillante ante el Real Madrid que resultar¨ªa in¨²til justificar si regresa a la mediocridad. Es el complicado partido que le espera de aqu¨ª en adelante: Bar?a frente a Bar?a. El ya acreditado, no el te¨®rico habitual.
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