Murray ruge a las 4.05 de la madrugada
El incombustible escoc¨¦s levanta el duelo ante Kokkinakis despu¨¦s de 5h 45m, en el segundo partido m¨¢s largo en la historia del torneo y el tercero m¨¢s tard¨ªo del tenis
¡°Es fant¨¢stico, fant¨¢stico. Pero tambi¨¦n quiero dormir¡¡±.
Son las 4.15 de la madrugada en Melbourne y el escoc¨¦s Andy Murray, un desaf¨ªo a la l¨®gica y triunfador ante Thanasi Kokkinakis, reflexiona ante los periodistas en la zona mixta que el departamento de Comunicaci¨®n de la ATP ha improvisado en una de las galer¨ªas de la pista Margaret Court para que el h¨¦roe del d¨ªa, o m¨¢s bien de la noche, se exprese. Diez minutos antes, a las 4.05, el tenista de Dunblane, de 35 a?os, ha firmado una de esas remontadas (4-7, 6-7(4), 7-6(5), 6-3 y 7-5) que dejan huella para siempre; no tanto por el nivel de tenis como por el trasfondo. En una velada que aparentemente no deb¨ªa tener mayor trascendencia, Australia jalea a un guerrillero imperecedero. Inmortal, deportivamente hablando.
Murray, el chico que sobrevivi¨® a la mayor masacre infantil en la historia de Reino Unido, el intruso que se atrevi¨® a discutir la hegemon¨ªa a tres bandas de Nadal, Federer y Djokovic, es una especie de superhombre. Pese a pasar dos veces por el quir¨®fano y jugar con una cadera de titanio; pese a haber anunciado hace cuatro a?os que ya no pod¨ªa m¨¢s, que el dolor pesaba demasiado y que el viaje ten¨ªa que terminar ya; pese a los expertos que vaticinan que en un momento u otro puede partirse (literalmente) la estructura que sujeta su cintura; pese a que los mejores tiempos hayan pasado y no figure ni entre los 50 mejores del ranking. Pese a todo, el brit¨¢nico ya es uno de los personajes de este Open de Australia, independientemente de lo que ocurra en la tercera ronda o de en qu¨¦ estaci¨®n encuentre el l¨ªmite. Tal vez lo marque Roberto Bautista el s¨¢bado. Pero poco importa. Murray fue, es y ser¨¢ Murray. Historia viva de su deporte.
¡°Es el partido m¨¢s largo que he jugado [5h 45m]. De largo, el m¨¢s extenso¡ Las condiciones, eso es lo que ha ocurrido¡±, matiza. ¡°Hace fr¨ªo, jugando a estas horas y con bolas como estas¡ Los puntos iban a ser largos¡±, prolonga el escoc¨¦s, quien hace no mucho trataba de reengancharse al circuito prob¨¢ndose en challengers y que en 2019, visto que lo de su cadera parec¨ªa no tener remedio, se desped¨ªa del tenis en un duelo precisamente con Bautista, tambi¨¦n en Melbourne. Llantos, emoci¨®n, abrazos, un sentido v¨ªdeo de los compa?eros. Era su adi¨®s, pero le picaba demasiado el gusanillo. As¨ª que Murray, el Sir, pele¨® con todo, continu¨® desmintiendo a todas aquellas teor¨ªas que dec¨ªan que no aguantar¨ªa m¨¢s all¨¢ de tres o cuatro partidos y volvi¨®.
Ya no es el tenista que alcanz¨® la c¨²spide, el que gan¨® tres grandes, metales ol¨ªmpicos, la Copa Davis y distinciones varias. Sin embargo, conserva todo el aroma y todav¨ªa es capaz de seguir dejando muescas. Esta ¨²ltima queda grabada como el segundo partido m¨¢s extenso en la historia del torneo ¨Cpor detr¨¢s de la final entre Nadal y Djokovic de 2012, resuelta tras 5h 53m¨C y el tercero m¨¢s tard¨ªo de la historia ¨Csuperado solo por los trasnoches que protagonizaron Alexander Zverev y Jenson Brooksby el curso pasado en Acapulco, sellado a las 4.54, y el Lleyton Hewitt-Marcos Baghdatis en el Open de Australia de 2008, concluido a las 4.34¨C.
El rey de las grandes remontadas
Es Murray, el escoc¨¦s orgulloso que vot¨® a favor de la independencia de su pa¨ªs en 2014, comprometido con el medio ambiente ¨C¡±antes iba en vuelo privado, ahora en coche el¨¦ctrico¡±, contaba en mayo a EL PA?S durante un encuentro en Madrid¨C y tambi¨¦n padre de familia, cuatro ni?os. ¡°En lugar de ser un Murray-Kokinnakis ¨¦pico, m¨¢s bien queda como una farsa¡±, lamenta por las horas; ¡°si mi hijo fuera un recogepelotas y volviera a casa a las cinco de la ma?ana, no me gustar¨ªa nada; no es bueno para ellos, ni para los ¨¢rbitros ni para los aficionados ni para nosotros, los jugadores. Llevamos tiempo hablando de ello, pero cuando se empieza tan tarde y se dan estas condiciones¡¡±.
Have you ever seen anything like that?@wwos ? @espn ? @eurosport ? @wowowtennis ? #AusOpen ? #AO2023 pic.twitter.com/PSIXFMIFcl
— #AusOpen (@AustralianOpen) January 19, 2023
Es Murray, 250 partidos ya en los majors, el superviviente que m¨¢s veces ha sido capaz de remontar dos parciales en contra, 11 en total por las 10 de Federer, Boris Becker y Aaron Krickstein. Un animal nocturno que en 2009, junto con Wawrinka, firm¨® el primer encuentro con luz artificial en Wimbledon, donde en 2012 rompi¨® por tres minutos, ante Baghdatis, el tope horario de las 23.00 en el torneo londinense. Es Murray el maratoniano, 4h 49m en la escala previa ante Matteo Berrettini y en pie tras otras cinco; 10h 34m entre pecho y espalda en solo dos partidos. Es Murray, espejo y apasionado como pocos, ardor absoluto en la veteran¨ªa. As¨ª lo atestigua Bautista, que responde a pregunta de este peri¨®dico.
¡°La pasi¨®n y el amor por el tenis le llevan a hacer todo lo que hace y a conseguir todo lo que ha conseguido. A ¨¦l le encanta el tenis y hace todo lo que sea para seguir estando aqu¨ª, en el circuito; disfruta compitiendo y jugando; hay gente que lo comparte y otra que no, pero tiene una entrega a su deporte y una capacidad de superaci¨®n ejemplar y digna de admirar. No todo el mundo ser¨ªa capaz de hacer lo que ¨¦l ha hecho¡±. Efectivamente, Andy Murray est¨¢ hecho de otra pasta.
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