El impagable ejemplo de Murray

Despu¨¦s de mantenerse durante ocho a?os seguidos en los cuatro primeros puestos del ranking junto con Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael, Andy Murray alcanz¨® su apogeo ten¨ªstico en 2016, cuando cerr¨® esa temporada como n¨²mero uno. Hab¨ªa ganado Wimbledon, la Copa Davis, se hab¨ªa colgado el oro en los Juegos de R¨ªo y disputado, adem¨¢s, las finales en el Open de Australia y en Roland Garros.

Pero quiso la mala suerte que, solo un a?o despu¨¦s, empezara su calvario por una lesi¨®n de cadera que estuvo a punto de retirarle en 2019. Fue, precisamente, durante el Grand Slam australiano, que se celebra en enero, cuando anunci¨® con incontenible tristeza, su retirada del tenis profesional. La artroscopia de cadera a la que se hab¨ªa sometido no le estaba dando resultados y, seg¨²n manifest¨® en aquel momento, solo una segunda operaci¨®n pod¨ªa devolverle un poco de esperanza.

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Pero tanto ¨¦l, como sus compa?eros de profesi¨®n que le mandaron innumerables mensajes de ¨¢nimo, sab¨ªan que la cadera es una sentencia fatal en el deporte del tenis. Sin embargo, desde aquel momento el tenista escoc¨¦s no ha dejado de dar muestras de fuerza de voluntad, de compromiso y de humildad.

Medio a?o despu¨¦s de una segunda operaci¨®n en la que se le implant¨® una pr¨®tesis, y mientras sus antiguos compa?eros de circuito estaban disputando el US Open, Andy vino a Manacor a jugar un torneo de la categor¨ªa Challenger (la antesala del circuito ATP). Me ense?¨® las impactantes im¨¢genes de la operaci¨®n ¡ªyo solo puede mirar de refil¨®n, eran espeluznantes¡ª y me manifest¨® su voluntad de hacer todo lo que estuviera en sus manos por recuperarse y volver al circuito profesional. En estos dos ¨²ltimos a?os, ha seguido teniendo problemas, lo hemos visto competir de manera m¨¢s bien intermitente, y con las dificultades m¨¢s que comprensibles a la hora de moverse con soltura en los partidos.

Es por esto que siento una gran alegr¨ªa y, por supuesto, gran admiraci¨®n al verlo estos d¨ªas compitiendo, de nuevo, en el torneo de Wimbledon. Es cierto que, en algunos momentos, se pueden percibir ciertas limitaciones en sus desplazamientos, pero tambi¨¦n lo es que sorprende la intensidad con la que juega y la voluntad y predisposici¨®n que tiene para seguir siendo un gran jugador.

Pero lo que eleva m¨¢s la buena consideraci¨®n que yo ya ten¨ªa por ¨¦l es lo que han mostrado las im¨¢genes que hemos visto durante sus dos ¨²ltimos partidos en la Centre Court. Cuando los realizadores han enfocado el box con Jill Murray y todo el equipo de su hijo y he visto c¨®mo se emocionaban, con Andy a la cabeza, por ganar una primera ronda contra Basilashvili y luego una segunda contra el alem¨¢n Otte, he comprendido no solo el suplicio que han vivido todos ellos sino tambi¨¦n el enorme coraje, la capacidad de superaci¨®n y la humildad que acompa?an, sin duda, al gran jugador escoc¨¦s.

El partido de hoy contra Denis Shapovalov conlleva, evidentemente, gran dificultad. Pese a la enorme motivaci¨®n que Andy ha demostrado, est¨¢ por ver si en un enfrentamiento contra uno de los mejores del mundo sus desplazamientos son lo suficientemente r¨¢pidos.

En cualquier caso, para los que como yo, el deporte significa algo m¨¢s que pasar una pelota por encima de una red o marcar un gol, para los que el deporte es, sobre todo, compromiso y esp¨ªritu de superaci¨®n, quedamos agradecidos por el inmenso esfuerzo que esta haciendo el gran jugador escoc¨¦s y del impagable ejemplo que est¨¢ dando a todos los j¨®venes que pretenden seguir su mismo camino.

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