Vinicius es indestructible
Despu¨¦s de amanecer viendo un mu?eco suyo ahorcado en un puente, el brasile?o despach¨® un buen partido que cerr¨® con un gol al final de la pr¨®rroga
En Vinicius conviven en un equilibrio misterioso un n¨²cleo indestructible y un fuego perenne. Y esas llamas no alteran la convicci¨®n ni el equilibrio en la tormenta. En la pr¨®rroga del derbi, despu¨¦s de pelear con Savic y ver sendas amarillas, despu¨¦s de despedirlo expulsado un par de minutos m¨¢s tarde, despu¨¦s de recibir una ovaci¨®n fantasma cuando el estadio pens¨® que iban a cambiarlo, porque estaba fundido; despu¨¦s de todo eso, en el minuto 120 corri¨®, corri¨® y marc¨® el primer gol de su carrera al Atl¨¦tico.
Vinicius regres¨® al Bernab¨¦u despu¨¦s de algo m¨¢s dos meses a trav¨¦s de un camino largu¨ªsimo y tortuoso. Y sin embargo, cuando apareci¨® sobre la hierba dio toda la impresi¨®n de no llevar ni un rasgu?o encima. Ni el hartazgo por la acumulaci¨®n de patadas, ni el des¨¢nimo por la escasa protecci¨®n arbitral que siente, ni el enfado por el mu?eco con su camiseta que apareci¨® horas antes del encuentro colgado de un puente cercano a Valdebebas, como los cad¨¢veres de las guerras de narcos mexicanos. En el caso del brasile?o, bajo una pancarta de fondo rojo y letras blancas en la que se le¨ªa: ¡°Madrid odia al Real¡±. Para Carlo Ancelotti, algo ¡°muy lamentable¡±.
Vinicius en la diana en otro derbi, despu¨¦s del mono paseado entre insultos por aficionados del Atl¨¦tico en el Metropolitano el pasado septiembre. Entonces, el club rojiblanco tard¨® dos d¨ªas en condenar el ¡°Vinicius, eres un mono¡± que se cant¨® a las puertas de su estadio. Esta vez, antes del derbi copero, emiti¨® un comunicado pocas horas despu¨¦s de que circularan las im¨¢genes del mu?eco, aunque sin hacer referencia a lo que aparec¨ªa en ellas, ni mencionar al futbolista.
Tambi¨¦n condenaron el ataque, sobre el que la Polic¨ªa Nacional abri¨® una investigaci¨®n, el Real Madrid, la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, LaLiga, AFE y el Consejo Superior de Deportes. El CSD promovi¨® adem¨¢s que el lunes se re¨²na ¡°de manera extraordinaria¡± la Comisi¨®n Permanente de la Comisi¨®n Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
As¨ª que ah¨ª estaba Vinicius, de vuelta a casa despu¨¦s de recorrer una peque?a colecci¨®n de campos hostiles, un Mundial en Qatar, una Supercopa en Arabia Saud¨ª y un mu?eco ahorcado. Y ah¨ª estaba el Bernab¨¦u, esperando para darle cari?o. En los proleg¨®menos, el brasile?o despleg¨® sus rituales de siempre, unos segundos de oraci¨®n y un saludo a la grada. Pero la grada se hab¨ªa preparado para que no fuera lo de siempre, y le devolvi¨® el saludo deconstruido en una salva de aplausos. La zona de animaci¨®n tom¨® entonces la iniciativa con el primer ¡°Vinicius, Vinicius...¡± de la noche. Para seguir con un ¡°Es de los nuestros, Vinicius es de los nuestros¡±.
El entusiasmo de la peque?a tropa blanca del fondo no terminaba de prender en el resto del estadio, que lo segu¨ªa brevemente. De Vinicius, al Bernab¨¦u lo que lo enciende son sus jugadas. Y ah¨ª el brasile?o no arrastraba ni l¨¢stima ni disgusto. Para empezar intent¨® devolver a Mendy una pared de tac¨®n, y como no logr¨® culminarla, la repiti¨® un par de minutos m¨¢s adelante. Esa s¨ª. Funcion¨® y cuaj¨® el aplauso por todo el per¨ªmetro de butacas.
Como cuando empez¨® con los pasos de baile de los regates, lanzado a la carrera en combinaciones con Benzema. As¨ª se plant¨® en una zona del ¨¢rea bastante despejada despu¨¦s del pase del franc¨¦s, pero los defensas llegaron antes que su disparo.
El brasile?o roz¨® el gol en un par de balones cruzados que atravesaron el ¨¢rea de lado a lado, y entonces es cuando espabilaba el Bernab¨¦u, que poco a poco fue olvid¨¢ndose del cari?o de desagravio para fijarse en el f¨²tbol. Lo que hab¨ªa hecho Vinicius desde el principio, desde que salud¨® a la grada y empez¨® a mirar la pelota. Como cuando en sus primeros d¨ªas, cuando no atinaba con un regate, o con la puerta, y siempre volv¨ªa, siempre insist¨ªa. El bal¨®n como refugio. Tambi¨¦n como salida del laberinto, y de los torbellinos. ¡°Vinicius, lo de siempre¡±, explic¨® Ancelotti. ¡°Ha preparado bien el partido. Estaba con mucha ilusi¨®n, con muchas ganas de volver a jugar ante su afici¨®n¡±.
Ese n¨²cleo indestructible y resistente a su apasionado fuego interior. En el descanso de la pr¨®rroga, el italiano tuvo que ir a buscarlo al otro campo, donde se hab¨ªa quedado enganchado charlando con un par de rivales. Y despu¨¦s de eso, y de todo, marc¨®. ¡°El gol que ha hecho ha sido el premio a su gran trabajo¡±, dijo Ancelotti.
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