Discreci¨®n y recato

¡°Por otro lado, el periodo globalizador ha modificado algunos ambientes de influencia directa (familia, educaci¨®n, relaciones personales¡­) que nos inducen a una serie de cambios (epigen¨¦ticos), empuj¨¢ndonos a expresarnos de maneras muy diferentes del modo en el que lo hac¨ªan nuestros antepasados, reconfigurando los mecanismos de la verg¨¹enza y eliminando de nuestro acervo la palabra discreci¨®n. Para el sujeto hipermoderno el ser no se limita al hacer, sino que precisa mostrarse sin reserva alguna. Carece de la elegancia que ofrece el recato¡±.

Ya se imaginar¨¢n que lo anterior no se me ha ocurrido a m¨ª sino que es un p¨¢rrafo de la introducci¨®n al cap¨ªtulo sobre la indigencia mental de Jos¨¦ Luis Ruiz en su libro, muy recomendable libro, Incompletos.

Hay veces en que lo que est¨¢s leyendo, ?les pasa tambi¨¦n a ustedes?, se ve reflejado en la actualidad m¨¢s pr¨®xima. Vamos, dicho de otra forma, de repente el f¨²tbol me ofrece un escenario en el que poder visualizar ejemplos que materialicen conceptos como el que Jos¨¦ Luis Ruiz tan bien describe en su libro. Vamos, dicho de otra forma, cuando ve¨ªa a la Real Sociedad y a Osasuna jugar y batirse en la eliminatoria de Copa, uno sin premio y el otro feliz y clasificado para semifinales, pensaba en sus entrenadores, Imanol Alguacil y Jagoba Arrasate, dos profesionales que llevan a sus equipos de forma ejemplar, eficaz, razonable y perfectamente integrados en la estrategia deportiva de sus clubes sin levantar la voz, sin declaraciones altisonantes, sin necesidad del apoyo en unas redes sociales hiperdesarrolladas o sin una presencia medi¨¢tica impactante. Seguramente responde al perfil de sus respectivos directores deportivos, Roberto Olabe en la Real y Braulio V¨¢zquez en Osasuna, excelentes profesionales, tipos sabios en esto del futbol y de la gesti¨®n, ejecutivos que saben cu¨¢l es su lugar en la organizaci¨®n y c¨®mo llevar adelante sus tareas y objetivos, alineados en la misma discreci¨®n y saber hacer de sus presidentes Jokin Aperribay, txuri urdin y Luis Sabalza, rojillo.

Viendo jugar a la Real y a Osasuna, viendo su competitividad y c¨®mo afrontan cada partido, cada uno con sus armas, cada uno con su juego, elaborado, trabajado desde el bal¨®n para los donostiarras; intenso, vertical para los osasunistas si tuviera que resumirlos, que es demasiado resumir, pensaba qu¨¦ ser¨ªa de sus entrenadores si estuvieran trabajando, digamos, en la Bundesliga y sus equipos nos ofrecieran partidos tan interesantes, tan vibrantes, tan din¨¢micos y divertidos. Y mi mente se respond¨ªa, es la inmediatez que tiene hablar con uno mismo, que seguro que aparecer¨ªan en las quinielas para los mejores banquillos del f¨²tbol mundial, ya en formato clubes, ya en estructura de selecciones. Seguro que ya estar¨ªan en las agendas de los mejores proyectos futbol¨ªsticos m¨¢s all¨¢ de que su presencia medi¨¢tica, sus agendas de comunicaci¨®n o la capacidad de influencia de sus agentes. Es m¨¢s, quiero pensar, no es por querer crearos problemas Roberto y Braulio, que ya deben estar en esas listas privilegiadas de aquellos que gestionan la parte deportiva de los clubes m¨¢s potentes, aunque cuando se mantiene un perfil bajo, discreto y recatado siempre hay quien la asimila con que son entrenadores que est¨¢n en su proyecto justo y que no estar¨ªan capacitados para llevar proyectos no m¨¢s grandes, porque grandes como recordaba Imanol en la sala de prensa del Camp Nou son tambi¨¦n la Real, yo le sumo de mi cosecha Osasuna, sino proyectos m¨¢s medi¨¢ticos, m¨¢s hipermodernos y, por tanto, menos discretos e ¨ªntimos, m¨¢s expuestos a los vientos de la felicidad inmediata.

Pero entrenadores como Imanol y Jagoba deber¨ªan estar siempre marcados en rojo para cualquier club y condici¨®n.

Si los del histrionismo prefieren, un rojo suave, nada chill¨®n¡­ pero rojo.

Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.