¡®Rapidviertelstunde¡¯
En los ¨²ltimos minutos de los partidos en el Bernab¨¦u se concentran todas las necesidades y todas las emociones
Quiso la vida que antes del Madrid-Atl¨¦tico de Copa del Rey me encontrase leyendo Grada popular (Panenka, 2022), de Ignacio Pato: muchas y variadas y fascinantes historias alrededor del fen¨®meno emocional que despierta el f¨²tbol en clubes como Liverpool, N¨¢poles, V¨¦lez Mostar, Olympique de Marsella, Rayo Vallecano, Besiktas y R¨¢pid de Viena. Todo ello bajo un ojo privilegiado, el de Pato, que conjuga la pasi¨®n desbordante del f¨²tbol, tan ajena a etiquetas en el momento del partido ¡ªy especialmente del gol: he visto abrazarse a gente que no dudar¨ªa en matarse¡ª, con relatos hist¨®ricos y pol¨ªticos de cada escudo; antifascismo, resistencia, clase. Romanticismo, sentencia la editorial. Como dice una fan del Rapid de Viena, Hannah: ¡°Para m¨ª va todo va m¨¢s all¨¢ del estadio. Es un sentido de pertenencia que me da energ¨ªa para afrontar la semana laboral¡±.
Quiso la vida, dec¨ªa, porque antes del encuentro, en esas horas mustias que anteceden al partido de tu equipo (no sabes qu¨¦ hacer: ya no bebes entre semana, ?pero una cerveza?; ?unos v¨ªdeos en Youtube de alegres victorias?; ?bici est¨¢tica para sacarte los nervios?) yo me puse a leer hasta llegar a un t¨¦rmino que apunt¨¦ con euforia: Rapidviertelstunde. Faltaba media hora para que empezasen los cuartos de final de la Copa. Segu¨ª leyendo. El cuarto de hora final de cada partido la afici¨®n del Rapid de Viena aplaude de un modo coordinado, cuenta Pato: ¡°El ambiente se electriza en el estadio del Rapid a medida que se aproxima el minuto 75. Justo el momento en el que el cron¨®metro lo marca, la afici¨®n aplaude al comp¨¢s. Es el Rapidviertelstunde, el cuarto de hora del Rapid, el arre¨®n final¡±. En 1916 ya hay referencias a ese arre¨®n en la prensa: con los mejores o sin ellos, se lucha hasta el final. Spitaler, fan del equipo vien¨¦s, le dice al autor de Grada popular: ¡°Es algo m¨ªstico y hace referencia a esa especie de componente religioso, es parte de la cultura m¨¢s genuina del Rapid¡±.
El libro, en definitiva, es un regalo. Profundiza en la historia y agita la militancia m¨¢s pura: el f¨²tbol es del pueblo. Leerlo desde el amor a otros colores ayuda. ¡°No te pega que te guste el f¨²tbol¡±, cuenta Pato que le han dicho varias veces, sabiendo ¨¦l y sabiendo los dem¨¢s a qu¨¦ se refieren; algo que por desgracia yo nunca entiendo cuando escucho, de vez en cuando: ¡°Pareces buena persona, ?c¨®mo es que eres del Madrid?¡±. Dejo en al aire mi respuesta de tal manera que el interlocutor la entienda sin que yo tenga que pronunciar la frase: ¡°Prefiero ser mala persona a ser de tu equipo¡±.
Marqu¨¦ la p¨¢gina del Rapidviertelstunde, los quince minutos feroces del Rapid, para ver el derby madrile?o. All¨ª pas¨® una cosa que pasa mucho en el Bernab¨¦u: el equipo, o un jugador concreto, enloquece despu¨¦s del minuto 75 y gana una eliminatoria. Pero, aunque lo estaba viendo en casa, pod¨ªa apreciar esa mezcla de pasotismo e indiferencia del p¨²blico, una mitad cagada y la otra mitad plet¨®rica de soberbia (¡°est¨¢ hecho¡±, dijo una se?ora una vez con el partido 0-2 abajo).
No, el Bernab¨¦u no va a aplaudir nunca a coro en el 75, aunque he visto cosas absolutamente alucinantes: con el marcador en contra y necesitando m¨¢s de dos goles, esperar a volverse loco en el minuto 90. Como si el final del partido urgiese rematarlo, como si s¨®lo entonces, en esos dos o tres minutos restantes, se concentrasen todas las necesidades y todas las emociones. Eso, vivirlo una vez al menos, celebrar los 6 minutos de descuento del City en Champions como el gol de Lisboa, darlo por hecho de esa manera, merece hacer un mal acto de vez en cuando, ser mala persona un rato, el m¨¢s feliz de tu vida.
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