Brizuela destrona al Bar?a en la Copa

Copa del Rey - cuartos - jornada 1

Bar?a

87 89

Finalizado

Unicaja

Acabado el encuentro del Madrid y antes de que comenzara el del Bar?a, varios hinchas del Baskonia sacaron las trompetas en los vomitorios del Ol¨ªmpic para que se descorchara una improvisada verbena a la que pronto se unieron aficionados de todos los equipos, al punto de que ah¨ª ondeaban en fraternidad las bufandas del Joventut, Tenerife, Gran Canaria y Unicaja, todos abrazados al concluir las alegres notas. Esto es la Copa, esta es la fiesta del bal¨®n naranja ¡ªnegro y blanco para la ocasi¨®n¡ª; y esta era tambi¨¦n la competici¨®n del Bar?a, ganador en cuatro de las ¨²ltimas cinco ocasiones (las dos postreras en el buche). Ya no. Brizuela (27 puntos) se encarg¨® de explicar lo contrario, de aupar al Unicaja en cuartos tras una pr¨®rroga. A la vuelta de la esquina, el Madrid.

No le result¨® sencillo al Barcelona hacerle cosquillas de inicio a un Unicaja fiero en defensa, ejercicio tan intenso como f¨ªsico. A Laprovittola le costaba dar con la rampa hacia la canasta, poco pod¨ªa hacer en la pintura Vesely y Satoransky no se encontraba. Incluso Mirotic tirit¨® con el primer lanzamiento de triple, agua, ni aro. Eso, en alguien con esa mu?eca de oro, fue un espejismo porque en el segundo lo clav¨® limpi¨® y pidi¨® el bal¨®n para ser el primer viol¨ªn en una orquesta que no estaba del todo afinada. Tampoco protegiendo su guarida, incapaz de detener las incursiones del el¨¦ctrico Perry. Ni de Brizuela, que cogi¨® el relevo y ya no lo solt¨®, espectacular con las fintas y el tiro. Momentos de incertezas para el Bar?a y de enfado morrocutodo de Jasikevicius, molinillo en movimiento, el aspaviento hecho t¨¦cnico.

Aunque en el desorden siempre aparece Jokubaitis, c¨®modo con el contacto y los trompicones, gallardo por naturaleza. Tanto que sus cinco puntos antes de cerrar el cuarto pusieron por delante a un Bar?a que reemprendi¨® el duelo con mucho m¨¢s vigor, acertado desde el triple (Abrines) y omnipresente el equipo en la pintura, al fin volc¨¢nicos los azulgrana para recordar al rival que les faltaba el p¨ªvot Sima (lesionado) y que a ellos les sobraban cromos, un fondo de armario con Nnaji, Higgins, Tobey, Jokubaitis... Pero ninguno era Brizuela y la defensa segu¨ªa mandando sobre el ataque, puntuaci¨®n raqu¨ªtica al entreacto (41-34).

Resulta que Brizuela se resist¨ªa a torcer el brazo, en combusti¨®n y tan excelente de nuevo con sus tiros como bravuc¨®n con sus festejos, el Rocky Balboa del Unicaja como reclamaba con su m¨²sica de Eye of the Tiger los aficionados malague?os. Aunque no le desmerecieron Kravish ni sobre todo Perry, de nuevo los mejores escuderos. Nada que ver con el Bar?a, que repart¨ªa los minutos, los esfuerzos y los puntos. Pocos, en cualquier caso, porque el luminoso explicaba antes del ¨²ltimo round (55-50) que la cremallera primaba sobre la metralleta.

Ocurre que Higgins no entiende de normas o contextos porque parece vivir en su mundo, jugador de inspiraciones pasajeras. Como la que tuvo ante el Unicaja para abrir brecha, de nuevo secundado por un triple de Abrines. Nada que descosiera a Perry o Brizuela, de nuevo batalladores, capaces de poner el choque a dos puntos (67-65) a falta de tres minutos. Y de empatarlo a falta de uno con un triple de Osetkowski. Suficiente para llevar el partido a la pr¨®rroga, para que Brizuela volviera a explicar que si hab¨ªa una figura en el Ol¨ªmpic era ¨¦l.

Nuevo triple, nueva bandeja, nueva conversaci¨®n con los colegiados pasada de revoluciones y nuevos festejos que le se?alaban como el azote azulgrana y como el h¨¦roe del Unicaja, un Batman del bal¨®n. Con su Robin Perry de la mano, que encest¨® la ¨²ltima canasta a falta de 10 segundos. Laprovittola trat¨® de responder con dos tiros libres cuando restaba menos de un segundo. Fall¨® el primero y sanseacab¨®. El Bar?a ya no reinar¨¢ esta Copa porque no pudo con un Brizuela con capa.

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