Roglic y Evenepoel no se cogen fiesta ni en la primera etapa de la Volta

Amaneci¨® Sant Feliu de Gu¨ªxols con el mar sosegado y sin picar, revoloteando las gaviotas sobre la costa, un remanso de paz que explicaba que por un d¨ªa la bravura se dar¨ªa en la carretera. Nadie como Roglic y Evenepoel, los dos gallos m¨¢s fuertes del corral de la Volta, ciclistas que no entienden de d¨ªas de asueto ni por equivocaci¨®n. Se?alados como los grandes favoritos para el triunfo final, ambos expresaron que no est¨¢n en Catalu?a de paso, sensacionales en el sprint final, primero el esloveno de Jumbo-Visma y segundo el belga de Quick-Step. Un aperitivo rom¨¢ntico y po¨¦tico para abrir boca, ahora que restan tres etapas de monta?a y una semana con curvas. ¡°Ha sido inesperado. Los chicos han hecho un gran trabajo¡±, resumi¨® Roglic tras vencer. Pero no fue tan sorprendente porque ya gan¨® tres etapas y la general de la Tirreno en la semana anterior, cuatro triunfos de carrerilla. Y Sant Feliu de Gu¨ªxols, escenario donde en el curso anterior le dio un paro card¨ªaco al ya exciclista Sonny Colbrelli, se puso en pie.

Aunque laboral, era d¨ªa de fiesta y gozo en el pueblo costero, donde los aficionados se arremolinaban alrededor de los autocares antes de que comenzara el desfile de los equipos. Todos ten¨ªan su cuota de protagonismo, pero los aplausos y los v¨ªtores se concentraron sobre Roglic y un Evenepoel que apenas pod¨ªa caminar entre aut¨®grafos y selfis. Pero tambi¨¦n se remarcaban los diez catalanes participantes en la Volta ¡ªm¨¢xima participaci¨®n desde 1990¡ª, como Pau Miquel (Kern Pharma): ¡°Si pudiera elegir dos carreras a ganar ser¨ªa el Mundial y la Volta¡±, resolv¨ªa el ciclista, que estaba junto a su familia y que apuntaba que el jueves, en Sabadell, cerca de su Sant Quirze del Vall¨¨s, quer¨ªa estar en el grupeto de escapada. Pero no esper¨®; porque ¨¦l, junto con otros cuatro corredores ¡ªRune Herregodts (Intermarch¨¦), Oscar Onley (DSM), Jetse Bol (Burgos-BH) y Alessandro de Marchi (Jayco)¡ª fueron los primeros en fraguar la fuga.

Liderado el pelot¨®n por Cofidis, que se hab¨ªa marcado la etapa en rojo porque Coquard era el gran favorito ¡ªm¨¢s que nada porque en la Volta, siempre de sinuoso y escarpado recorrido, no se citan apenas sprinters¡ª, la distancia con los escapados siempre estuvo controlada, con un m¨¢ximo de cuatro minutos y engullidos todos a falta de seis kil¨®metros. Poco le import¨® al siempre batallador Bol, que se engalan¨® con el maillot rojo de la monta?a despu¨¦s de superar los altos de Santa Pellaia, de los ?ngeles, Ganga y Romany¨¤. Momento en el que se electrific¨® la carrera y tension¨® el pelot¨®n.

Tanto, tanto, que a falta de cinco kil¨®metros hubo un topetazo colectivo ¡ªlos peores parados fueron Cataldo (Trek), Christopher Hamilton (DSM) y Anthony Delaplace (Ark¨¦a), que fueron trasladados al hospital¡ª que parti¨® a la serpiente multicolor en dos. Situaci¨®n que no desaprovecharon Jumbo ni Quick-Step, preocupados en posicionar a sus l¨ªderes al frente para que no perdieran puntos y evitaran posibles enredos. Pero Roglic quer¨ªa m¨¢s, potente como pocos en su arrancada y sprint, solo incordiado por un Evenepoel que, desde atr¨¢s, motorazo el suyo, le disput¨® el triunfo hasta el final. Enrabietado, el belga golpe¨® a la bici por quedar segundo, despu¨¦s deportivo y con una sonrisa en la boca al estrecharle la mano a su rival. Ese al que venci¨® en la Vuelta ¡ªRoglic se retir¨® por una ca¨ªda¡ª; ese con el que, presumiblemente, volver¨¢ a encontrarse en las pr¨®ximas etapas.

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