El legado mutuo entre Guardiola y el Bayern

En noviembre de 2015, Pep Guardiola y Karl-Heinz Rummenigge se citaron a cenar en un c¨¦ntrico restaurante de M¨²nich. El encuentro termin¨® entre l¨¢grimas de los dos protagonistas, tal y como revelar¨ªa despu¨¦s el dirigente del Bayern. Durante la velada, el entrenador catal¨¢n le comunic¨® a su jefe que no aceptar¨ªa la atractiva oferta de renovaci¨®n que el club b¨¢varo le ofrec¨ªa. La decisi¨®n supon¨ªa el anticipo del punto final a tres temporadas (de 2013 a 2016) que no dejaron indiferente ni al Bayern de M¨²nich ni al f¨²tbol alem¨¢n. En el debe de Guardiola se le achaca que no gan¨® la Champions, la misma sombra que le persigue ahora en el Manchester City. Este mi¨¦rcoles (21.00, Movistar Liga de Campeones), el 3-0 obtenido en la ida le tiene a un paso de disputar otra semifinal. ¡°Tuve un tiempo incre¨ªble aqu¨ª, mi familia tambi¨¦n. Tengo muchos amigos. El club es fant¨¢stico. Pero ahora estoy aqu¨ª para hacer mi trabajo y esperamos ganar¡±, asegur¨® el entrenador del City en la rueda de prensa previa al duelo.

Guardiola dej¨® una profunda huella estil¨ªstica en el Bayern por encima del mero resultadismo. Conquist¨® siete t¨ªtulos (tres Bundesligas, dos Copas de Alemania, un Mundial de Clubes y una Supercopa de Europa), disput¨® tres semifinales de la Copa de Europa y cambi¨® el paradigma de un club que nunca relacion¨® tanto la est¨¦tica con la eficacia. ¡°Siempre tuvimos ¨¦xito, pero raras veces contamos con la belleza. Bajo el mando de Pep, de repente, todos nos admiraron¡±, afirm¨® Rummenigge meses despu¨¦s de la salida del t¨¦cnico de Santpedor.

¡°Yo creo que aquello fue un intercambio entre el Bayern y ¨¦l. Pep dej¨® un legado, pero el Bayern y el f¨²tbol alem¨¢n tambi¨¦n se lo dejaron a ¨¦l. Se tuvo que acostumbrar a otro tipo de f¨²tbol y a otros jugadores. Era un equipo en el que estaban Rib¨¦ry, Robben, Schweinsteiger, Toni Kroos o Mandzukic, diferentes a los que hab¨ªa entrenado en el Barcelona¡±, advierte Dom¨¨nec Torrent, que form¨® parte del cuerpo t¨¦cnico de Guardiola durante diez a?os, incluido el trienio muniqu¨¦s.

El otro alto directivo del Bayern que empatiz¨® mucho con Guardiola fue Uli Hoeness. Tanto que cada cierto tiempo le manda 10 kilos de salchichas procedentes de la f¨¢brica de su propiedad. Tambi¨¦n han coincidido en la Oktoberfest, la fiesta de la cerveza muniquesa que Guardiola le prometi¨® visitar siempre que pudiera. Al presidente del Bayern le hubiera gustado que el t¨¦cnico catal¨¢n hubiera aceptado continuar en el club. En el libro Pep Guardiola, la metamorfosis, de Mart¨ª Perarnau, ¨¦ste hace referencia a los tres a?os que el entrenador consideraba ideales para completar un ciclo en un club. Esta norma, para desgracia de Hoeness, la ha roto Guardiola en el City, donde ya va para su s¨¦ptima temporada.

La transformaci¨®n que emprendi¨® en el Bayern marc¨® mucho a futbolistas como Philip Lahm, Manuel Neuer y Xabi Alonso. ¡°A los jugadores les hacer ver de una manera diferente el juego, pero Pep tambi¨¦n comprendi¨® que deb¨ªa practicar un f¨²tbol m¨¢s r¨¢pido para llegar antes arriba y tambi¨¦n a jugar con nueves de ¨¢rea m¨¢s cl¨¢sicos como fue Mandzukic y luego Lewandowski. Ahora le ha sucedido lo mismo con Haaland, ha tenido que adaptarse a un jugador determinado, aunque ¨¦ste tambi¨¦n debe asimilar los conceptos de Pep¡±, analiza Torrent.

Guardiola hizo ayer acto de presencia en el Allianz Arena con una sonrisa para los empleados del Bayern que se cruzaron en su camino hacia la sala de prensa. All¨ª mezcl¨® un rictus serio que conjugaba con la americana negra que luc¨ªa sobre una camiseta del mismo color. ¡°Conozco a este equipo, s¨¦ lo que es la Sabener Strasse [la calle en la que est¨¢ enclavada la ciudad deportiva del Bayern], s¨¦ que creen que pueden lograrlo. Tienen una historia en esta competici¨®n, han crecido con ella¡±, advirti¨® Guardiola.

Entre los entrenadores que m¨¢s impacto caus¨® la manera de entender el juego est¨¢ Thomas Tuchel, actual preparador del Bayern. En M¨²nich a¨²n recuerdan un encuentro entre ambos en el restaurante Schumann¡¯s. Durante cuatro horas estuvieron simulando movimientos con saleros, vasos y cuberter¨ªa con entusiasmo. El t¨¦cnico alem¨¢n debe afrontar el intento de una remontada hom¨¦rica bajo un clima incendiado por los ¨²ltimos malos resultados y el pu?etazo de Man¨¦ a San¨¦ en el vestuario del Etihad. ¡°Necesitamos una mezcla entre el realismo y la fe de que en f¨²tbol, si las cosas salen bien, todo puede pasar. Los milagros no suceden hablando, de ah¨ª que haya que adaptar el discurso a las circunstancias. No se trata de so?ar, pero s¨ª de creer en nosotros, de entusiasmar a los espectadores y darlo todo¡±. </CW>

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