El keniano Kelvin Kiptum (2h 1m 25s) se queda en el marat¨®n de Londres a 16 segundos del r¨¦cord mundial de Eliud Kipchoge

Escribe Jenaro Talens de la soledad de un mundo inexplicable, de vivirla sin sobresaltos, y describe la ma?ana de lluvia en Londres un domingo de abril y el ¨²ltimo paseo a ritmo de marat¨®n, tres minutos por kil¨®metro, unos segundos m¨¢s, de Mo Farah, un atleta inexplicable, como el mundo, solo, que dice adi¨®s nada m¨¢s cumplir los 40 a?os. De Greenwich y sus jardines al Mall por el puente de la Torre, el Big Ben, Buckingham Palace, el paseo favorito de los turistas. Un viaje de la soledad a la soledad para Mo Farah, un ni?o somal¨ª vendido a una familia de Londres cuando ten¨ªa nueve a?os, trabajo infantil esclavo, redenci¨®n, grandeza, a trav¨¦s del deporte.

Seis veces campe¨®n del mundo, cuatro veces campe¨®n ol¨ªmpico en 5.000m y 10.000m, plusmarquista europeo de todas las distancias, de los 1.500m al marat¨®n, ning¨²n atleta brit¨¢nico ha ganado tanto, rey de los Juegos de Londres 2012, y all¨ª le hac¨ªa sombra a Usain Bolt en la cima, el m¨¢s querido de su afici¨®n brit¨¢nica y, en el momento de la despedida, casi olvidado, y cuando hablan o escriben de ¨¦l lo hacen para recordarle sus malas amistades, el entrenador cubano-estadounidense Alberto Salazar, condenado y suspendido por malas artes y acoso, el entrenador somal¨ª Jama Aden, investigado por los Mossos d¡¯Esquadra por dopaje cuando entrenaba con su grupo en Sabadell, sus desapariciones misteriosas de Font Romeu¡­ El sexto marat¨®n que termina Mo Farah, orgulloso con la camiseta del equipo brit¨¢nico, es el primero en el que supera las 2h y 10m (2h 10m 27s).

El olvido es r¨¢pido y lo aceleran la misma ma?ana de San Jorge los ganadores del marat¨®n, extraordinarios. Todo el poder para ellos, para la neerlandesa de origen et¨ªope Sifan Hassan, que podr¨ªa ser la versi¨®n femenina de Mo Farah: nacida en ?frica, educada en Europa, reina de la pista, entrenada tambi¨¦n por Salazar, doble campeona ol¨ªmpica de 5.000m y 10.000m, doble campeona mundial, que a los 30 a?os debuta en el marat¨®n. Lo hace en uno de los seis grandes, el de Londres. Lo hace ganando despu¨¦s de que en el kil¨®metro 20 estuviera a punto de pararse con lo que parec¨ªan dolores insoportables en la cadera izquierda. Dos veces se detuvo para estirar el m¨²sculo, cruzando la pierna izquierda sobre la rodilla derecha, dos veces enlaz¨® con las mejores, que eran extraordinarias, la campeona ol¨ªmpica en Tokio 2020 (Sapporo 2021), la keniana Peres Jepchirchir, y la ¨²ltima ganadora en Londres, la et¨ªope Yelamzerf Yehualaw. Como se impuso en los 1.500m de Tokio despu¨¦s de haber tropezado y ca¨ªdo, y haber vuelto, as¨ª derrot¨® a la et¨ªope Alemu Megertu y a Jepchirchir en el Mall, y su sprint de 500 metros podr¨ªa verse desde el palacio de Buckingham, a sus espaldas. Su tiempo, 2h 18m 33s.

Quien pocos minutos despu¨¦s se asomara al balc¨®n para ver el final de la carrera masculina apenas si tendr¨ªa tiempo de ver fugaz, acelerada, un rayo en la ma?ana gris y sobre el asfalto empapado, la figura incre¨ªble de Kelvin Kiptum, un keniano de 23 a?os, nacido con el siglo. Vista su llegada, visto su tiempo (2h 1m 25s), r¨¦cord de Londres que arrebata a Eliud Kipchoge (2h 2m 37s), segunda mejor marca de la historia tras el r¨¦cord del mundo (2h 1m 9s) de Kipchoge tambi¨¦n, adquiere valor prof¨¦tico casi la derrota del mismo Kipchoge, el m¨¢s grande maratoniano de la historia, el lunes en el marat¨®n de Boston, y, m¨¢s a¨²n, la presencia del mismo Kipchoge y su chubasquero naranja en la salida de Londres, en un p¨²lpito ante un pulsador con forma de seta que aprieta con intensidad para dar el bocinazo de salida a Kiptum y miles de maratonianos m¨¢s, que se desperezan al sonido de la sirena. Da la salida al futuro, al nuevo Kipchoge que heredar¨¢ sus tesoros. Y, testigo especial, Kenenisa Bekele, otro de los grandes fondistas de la historia, tambi¨¦n 40 a?os, est¨¢ entre los competidores, y tambi¨¦n uno de los ¨²nicos tres, con Kiptum y Kipchoge, que ha bajado de 2h 2m.

Kiptum se revel¨® en diciembre en el marat¨®n de Valencia, en una carrera disputada en condiciones ideales en las que, ¨¦l, un debutante en la distancia, gan¨® con un tiempo de 2h 1m 53s. Y los que entienden de atletismo no sab¨ªan qu¨¦ les hab¨ªa impresionado m¨¢s del atleta espigado y ligero, su zancada clara sin esfuerzo aparente, el escaso movimiento de sus brazos, la econom¨ªa de gestos, si la marca final o el hecho de que fuera m¨¢s r¨¢pido en la segunda parte. Una segunda media marat¨®n de 60m 15s (con el 10.000m entre los kil¨®metros 30 y 40 en 28m 5s), y nadie hab¨ªa corrido m¨¢s que ¨¦l esa segunda media nunca. Si aquella marca quit¨® el hipo y oblig¨® a muchos a frotarse los ojos, lo que hizo en Londres dej¨® en blanco a todos, y a los estad¨ªsticos hechos un l¨ªo. Acompa?ado de Geoffrey Kamworor y Amos Kipruto y tras las liebres, Kiptum cubri¨® los primeros 21.098m en 1h 1m 40s, lo que significa que baj¨® de la hora, exactamente 59m 45s, en la segunda media marat¨®n, un tiempo que comenz¨® a labrar con un ataque feroz en el kil¨®metro 30 (28m 5s, el 10.000m del 30 a 40; 13m 49s, el 5.000m del 35 al 40¡­), la misma medicina de Valencia corregida y aumentada en uno de los maratones de m¨¢s prestigio. Kamworor lleg¨® casi tres minutos m¨¢s tarde (un kil¨®metro de distancia), en 2h 4m 23s, y, el tercero, Kipruto, tard¨® 2h 4m 59s.

Y Kiptum, que se entrena solo en Chepkorio, a las afueras de Eldoret, la capital mundial de la carrera de fondo en el Rift Valley keniano, a¨²n lleg¨® esprintando al Mall, levantando murmullos de expectaci¨®n porque, por unos ag¨®nicos hect¨®metros, incluso parec¨ªa que pod¨ªa batir un r¨¦cord del mundo que se considera imposible, el del gran Kipchoge, y se qued¨® a 16 segundos, a no m¨¢s de 100 metros despu¨¦s de recorrer 42.195...

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