?Cu¨¢nto tiempo puede vivir un futbolista sin cabeza?
Hay muchos agentes y directivos y hasta familiares que prefieren fijarse en el primer par de botas de su ni?o antes de que en el ¨²ltimo, y por ah¨ª se empiezan salvando las conciencias y se acaban salvando los partidos
Al entrar en Google para preguntar por Pollos sin cabeza, la serie de HBO Max estrenada por Pokeepsie, la productora de Carolina Bang y ?lex de la Iglesia, lo primero que uno se encuentra es una cuesti¨®n inquietante: ?cu¨¢nto puede durar un pollo sin cabeza? De esta manera, me entero de que 29 segundos. Durante 29 segundos un pollo puede andar por la vida sin cabeza. 29 segundos, en realidad, es tiempo hasta suficiente para engendrar otro pollo, arrancarle la cabeza y que engendre uno m¨¢s: los pollos son animales que podr¨ªan sobrevivir sin cabeza durante siglos, como los humanos. Para ello s¨®lo necesitan salvajes que se las arranquen, y de esos no faltan.
Precisamente un pollo, pero de coca¨ªna, termina con la carrera futbol¨ªstica de Beto Mart¨ªn (Hugo Silva), que ahora es un agente de jugadores destinado, a veces literalmente, a bajarle las erecciones a sus clientes. La serie, divertid¨ªsima con sus cosas disparatadas de serie, va del f¨²tbol y sus circunstancias, o sea las pollas, con perd¨®n, de sus estrellas. Pero es que un jugador brasile?o tiene hasta el pimentero con la forma de su pene en una mansi¨®n repleta de ese icono sagrado, y un atleta espa?ol de 23 a?os necesita dos viagras para satisfacer a las mujeres. La vida es complicada. La vida, como dijo Julio Iglesias, ¡°ha sido generos¨ªsima conmigo y la luz me ha dado en los ojos como a los conejos en las carreteras¡±.
¡°El f¨²tbol es una puta mierda¡±, dice en alg¨²n momento el agente Beto. ?Lo es? No. El f¨²tbol tiene la ambiciosa virtud de ser una mierda para la mayor¨ªa de quien se mueve detr¨¢s del decorado, que por ello son los que viven de que sea una mierda (intermediarios, directivos oportunistas, agentes, comisionistas, conseguidores, familiares ¡ªfamiliares, muchos familiares¡ª). Esa mierda consiste en poner los pies en un mundo que mueve tanto dinero que apenas hay compromisos, palabra, lealtades: todo est¨¢ corrompido, hasta la m¨¢s sagrada de las amistades, en el universo de chicos de veinte a?os cuya ambici¨®n son los goles porque les garantizan coches y chicas; el f¨²tbol al final es Camino escrito por un Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer canchero.
Y sin embargo, en la serie y en la vida, el p¨²blico pone la mirada en lo que pasa en el campo. Mejor ejemplo que el Mundial de Qatar, imposible: la porquer¨ªa que se acumulaba en las afueras del estadio no enturbi¨® un segundo el oro que desprendi¨® dentro. Pollos sin cabeza (escrita entre otros por Jorge Valdano S¨¢enz, hijo del campe¨®n del mundo, que aparece en un cameo) ense?a la vida tremenda y caprichosa del f¨²tbol bajo una mirada ins¨®litamente tierna, que es la de Beto. Esto es lo interesante. Hay muchos Betos en el f¨²tbol, hay muchos agentes y directivos y hasta familiares que prefieren fijarse en el primer par de botas de su ni?o antes de que en el ¨²ltimo, y por ah¨ª se empiezan salvando las conciencias y se acaban salvando los partidos.
Esa es la gracia ¡ªmucha (afortunados somos por Kira Mir¨®)¡ª de la serie y tambi¨¦n de la calle. Que el f¨²tbol, siendo esa ¡°mierda¡± que borracho perdido Beto confiesa que es, sobrevive por la afici¨®n popular y por un pu?ado de tipos como ¨¦l capaces de emocionarse del mismo modo en el campo que fuera de ¨¦l. Y de esa capacidad depende todo. De la capacidad que tienen los pollos sin cabeza por hacer, en 29 segundos, la jugada que ate un siglo m¨¢s el p¨²blico al campo. Al Diego le bastaron 10 para quitarse la cabeza ¨¦l mismo como si fuese un sombrero y sac¨¢rsela a tanto ingl¨¦s.
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