Hugo Silva: ¡°Yo no puedo estar un a?o parado. Tengo dos ni?os y una hipoteca¡±
El actor estrena suficientes proyectos como para hablar de punto ¨¢lgido en su carrera. Pero, en una carrera de fondo como la suya, ?realmente hay momentos bajos?
Tras terminar el colegio, Hugo Silva (Madrid, 44 an?os) se apunto? a una FP de electricidad porque le pillaba al lado de casa. Por las tardes haci?a de pu?blico en programas de televisio?n y, una de esas tardes, un hombre abrio? las puertas de Telecinco donde e?l esperaba entrar al plato?: ¡°?Quie?n quiere ganar 30.000 pesetas?¡±. Silva levanto? la mano. Y asi? fue como aquel joven nacido en el barrio de San Blas tuvo su primer momento de protagonismo en televisio?n, en un desfile de ban?adores.
¡°San Blas era como cualquier otro barrio de extrarradio en el Madrid de los ochenta, que era un Madrid muy punki, muy bestia y muy duro, pero tambie?n muy divertido, desenfadado, cercano y familiar¡±, recuerda hoy el actor, que en una ocasio?n conto? en una entrevista que de pequen?o soli?a ver atracos perpetrados por yonquis y desde entonces su infancia se ha pintado como una peli?cula de cine quinqui. Aclara que le encantaba su vida de pequen?o, pero que fantaseaba con vivir otras distintas. Queri?a ser Burt Lancaster en El halco?n y la flecha (1950). Queri?a irse a Nueva York porque por lo visto alli? la gente se poni?a a cantar y bailar por la calle. Entonces, su madre le explico? lo que era una peli?cula y lo que era actuar: una profesio?n en la que te pagan por vivir otras vidas. ¡°Desde aquel momento, lo que siempre me ha fascinado de este trabajo es que vives extra. Dicen ¡®accio?n¡¯ y hay una realidad paralela que te llevas. Son vivencias¡±, afirma.
Lo cierto es que su debut arti?stico, m¨¢s que de una peli?cula quinqui, parece sacado de Manolito Gafotas. Su madre, delegada sindical en la fa?brica donde trabajaba, estaba representando Las amistades peligrosas en la asociacio?n cultural del sindicato y cuando un actor se cayo? del elenco le pidio? a Silva que lo reemplazase. Al terminar la funcio?n el chaval, que entonces teni?a 14 an?os, se sento? a comer una napolitana y decidio? que no queri?a volver a actuar en su vida. ¡°Era muy jovencito, senti? mucha responsabilidad de golpe y fue muy intenso. Pero el susto me duro? dos di?as¡±, recuerda.
Hoy esa presio?n le sigue asaltando, pero la utiliza como combustible. Silva no es de los que se encontro? con la interpretacio?n por casualidad. Fue a buscarla. Un di?a de los an?os noventa le conto? una milonga a su jefe para poder ir como figurante a Cro?nicas marcianas, pero pero dicho jefe, como media Espan?a entonces, vei?a Cro?nicas marcianas y lo despidio? al di?a siguiente. En aquella ocasio?n, Silva interpreto? a una estrella de rock, porque para entonces ese era el personaje que habi?a adoptado para su vida: era vocalista de un grupo de metal llamado Inordem.
¡°El personaje que ma?s me gustaba de todos los posibles era el de estrella del rock y me gustaba tanti?simo que directamente me construi? a mi? mismo para serlo. Cuando me subi?a a un escenario de un bar cutre de Ciudad Lineal o en las fiestas de un pueblo crei?a que estaba en Wembley, jugaba a eso y el pu?blico entraba. Eso me engancho? muchi?simo¡±, confiesa. Pero cuando consiguio? entrar en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Drama?tico), en una convocatoria excepcional, de dos seleccionados entre 150 aspirantes, retomo? su suen?o infantil y en cuestio?n de meses estaba viviendo otras vidas. ?El u?nico inconveniente? Que dejo? de gustarle la suya.
La televisio?n (Al salir de clase entre 2000 y 2002, Paco y Veva en 2004 y, sobre todo, Los hombres de Paco entre 2005 y 2010) convertiri?a a Hugo Silva en un sex symbol generacional durante unos an?os en los que las revistas proclamaban un nuevo sex symbol generacional cada septiembre. ¡°Todos somos lo que vemos en el reflejo de los ojos de los dema?s. Tu? te comportas y te haces una idea de ti mismo acorde con lo que los dema?s ven en ti. Cuando empieza la fama, esa gui?a se distorsiona totalmente: la gente te esta? dando un reflejo falso de lo que tu? eres¡±, asegura. Y en aquellos an?os lo que las miradas de la gente le devolvi?an no era a Hugo Silva sino a Lucas, su personaje en Los hombres de Paco.
La carrera de Hugo Silva est¨¢ asentada en dos pautas: saber c¨®mo llegar y saber cu¨¢ndo irse. Tras cumplir los 30 decidi¨® que quer¨ªa aprovechar su fama para hacer pel¨ªculas y dej¨® Los hombres de Paco. ¡°Conf¨ªo en que en un par de a?os las adolescentes se olviden de m¨ª¡±, confesaba entonces. No ocurri¨®. Sus siguientes apariciones en televisi¨®n (Karabudjan, La princesa de ?boli, Los nuestros) impidieron que el p¨²blico adolescente olvidase a Hugo Silva, pero permitieron que madurase con ¨¦l.
Y para el actor hacerse mayor pasaba por aceptar que era famoso. ¡°Me tir¨¦ bastantes a?os neg¨¢ndolo. Me pon¨ªa a la defensiva, me empe?aba en que yo no tengo nada que ver con esto. No pod¨ªa salir a la calle a veces, hab¨ªa d¨ªas que no ten¨ªa la energ¨ªa suficiente para enfrentarme a lo que me esperaba. Reconozco que al principio no entend¨ª la fama, no entend¨ªa qu¨¦ pasaba, no entend¨ªa por qu¨¦ la gente se volv¨ªa loca cuando yo sal¨ªa a la calle. Se creaban unas expectativas que a m¨ª me pesaban mucho, no es que quisiesen que fuese cari?oso o simp¨¢tico, es que quer¨ªan que yo fuese Lucas¡±, lamenta.
Dos rodajes consecutivos en Colombia, las miniseries de Antena 3 Karabudjan y El coraz¨®n del oc¨¦ano, le ayudaron a recordar c¨®mo se siente al ser mirado con ojos nuevos. ¡°All¨ª no me conoc¨ªa nadie, volv¨ª a descubrir qui¨¦n era yo y c¨®mo me ve¨ªan los dem¨¢s. Me encant¨® ese reflejo, me refresc¨® much¨ªsimo y decid¨ª hacerme cargo de lo que era aqu¨ª en Espa?a. Tienes que hacerte cargo, reconocer que eres una persona famosa y que la gente te reconoce y te va a hablar. Tienes que aceptarte a ti mismo, tienes que reconocerte en esas circunstancias. Y cuando pasa el tiempo te saludan m¨¢s como a un viejo amigo. Y es mucho m¨¢s bonito¡±, celebra.
Tras decidir que no iba a quitarse la camiseta m¨¢s (el equivalente en los ¨ªdolos adolescentes a cortarse la coleta) rod¨® con Pedro Almod¨®var y ?lex de la Iglesia. Aunque teme que parezca que va ¡°de flipado¡±, confiesa que cuando se ve a s¨ª mismo en situaciones tan excepcionales una parte de ¨¦l alucina, pero tambi¨¦n hay una parte cerebral que lo percibe como un paso l¨®gico: ¡°Esto es lo que deseabas, es normal que lo hayas conseguido¡±. Si uno de los fetiches de De La Iglesia es experimentar con la imagen de exgalanes en transici¨®n (Mario Casas, Miguel ?ngel Silvestre), Mi gran noche fantaseaba con una realidad alternativa en la que Hugo Silva nunca abandon¨® Telecinco y acababa convertido en presentador de variedades con chaqueta de lentejuelas. Pero el actor asegura que no hay estrategia alguna en su filmograf¨ªa.
¡°Hace mucho tiempo que mi carrera me la tomo como un currante. Quiero trabajar con gente maja y pas¨¢rmelo bien y si hago un personaje que mole pues mejor, pero tengo dos hijos y tengo que trabajar. No puedo estar un a?o parado, tengo que currar. Yo no encaro mi carrera como si fuese Tom Hardy, sino siendo yo mismo y con mis circunstancias. Y mis circunstancias son una hipoteca y dos ni?os para los que quiero lo mejor¡±, afirma.
Cuando Silva dijo de su personaje en Brigada Costa del Sol que ¡°si no fuese polic¨ªa probablemente ser¨ªa un delincuente¡± estaba, sin querer, resumiendo su trayectoria. Su energ¨ªa callejera le ha dado muchos papeles de tipos que tienen que esforzarse para caer en el lado bueno de la trama porque la inclinaci¨®n de su barrio era cuesta abajo. En la serie de Antena 3 La cocinera de Castamar, el estreno m¨¢s visto de la temporada, Silva evoca Las amistades peligrosas, pero ya no es el Danceny con el que debut¨® el d¨ªa de la napolitana, sino el maquiav¨¦lico Valmont. Tambi¨¦n acaba de rodar en Bulgaria la segunda temporada de la comedia negra de Movistar+ Nasdrovia, que est¨¢ basada en la novela El hombre que odiaba a Paulo Coelho y ¨¦l, que acaba de cumplir 44 a?os, tiene edad para recordar cuando el escritor brasile?o inspiraba a millones de lectores a abrazar el pensamiento m¨¢gico.
¡°Es que la gente de mi generaci¨®n le guardamos mucho rencor a Paulo Coelho. Todos le¨ªmos El alquimista, todos pensamos que realmente el universo conspira a nuestro favor si lo deseamos con todas nuestras fuerzas y la mayor¨ªa de la gente se ha dado una hostia con eso que te cagas. Entonces yo creo que hoy por supervivencia necesitamos re¨ªrnos de nosotros mismos y de esas pseudoterapias de los 2000. Creo que hoy hay que leer a Coelho como f¨¢bula, pero como libro de autoayuda me parece una estafa¡±, analiza.
Este a?o tambi¨¦n ha participado en el regreso de Los hombres de Paco. En el tsunami de nostalgia que vive la cultura popular actual, aquel proverbio de ¡°no debes volver al lugar donde fuiste feliz¡± no parece aplicarse a las televisiones. Para Hugo es importante saber c¨®mo llegar y saber cu¨¢ndo irse, pero tambi¨¦n saber d¨®nde merece la pena volver. ¡°Los hombres de Paco es uno de los sitios donde m¨¢s he aprendido. Aprend¨ª a hacer comedia, aprend¨ª a trabajar con una c¨¢mara, a actuar para una c¨¢mara. Hay algo m¨¢gico en devolverle a esa serie todo lo que me ha dado porque yo he hecho mi carrera gracias a Los hombres de Paco. Nunca he renegado y siempre he estado muy agradecido, pero uno tiene que experimentar, buscarse la vida y hacer su camino. ?Que no hay que volver al lugar donde fuiste feliz? Pues yo creo que s¨ª, que de vez en cuando hay que darse un homenaje. Hay que disfrutar¡±, se?ala.
Participar en un reencuentro en calidad de fetiche nost¨¢lgico tiene que darle a uno un bofet¨®n de madurez. Pero aunque vuelva a interpretar a Lucas, hoy Hugo Silva es principalmente conocido por ser Hugo Silva y ese es un personaje en el que sigue trabajando cada d¨ªa. ¡°Estoy casi a mitad de los 40, mis h¨¢bitos han cambiado, mis hijos han crecido... estoy mucho m¨¢s tranquilo¡±, asegura. ¡°Para m¨ª, el lujo est¨¢ ahora mismo en la sencillez, en el chancleteo. Antes estaba mucho m¨¢s social, mucho m¨¢s abierto, m¨¢s fiestero. Necesitaba m¨¢s adrenalinas, m¨¢s cambios, conocer nuevos paisajes y gente nueva todo el rato. Ahora disfruto mucho m¨¢s de estar en el presente que de ver d¨®nde puedo ir. Mira, acabo de rodar una serie brit¨¢nica y estuve un mes y medio trabajando el texto con un coach. Pero cuando vi al actor mir¨¢ndome a los ojos e interactuando conmigo yo pensaba ¡®hostia, que est¨¢ colando, no me lo puedo creer, este t¨ªo est¨¢ actuando conmigo y se lo est¨¢ creyendo, ?esto est¨¢ funcionando? Esto est¨¢ funcionando¡¯¡±.
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