Alexia Putellas vuelve nueve meses despu¨¦s: ¡°Tem¨ª no volver a ser yo misma en el campo¡±
La capitana del Barcelona, que se exigi¨® para acortar los tiempos de recuperaci¨®n, regresa nueve meses despu¨¦s de romperse la rodilla y cuando falta un mes para la final de la Champions
Sobre la mesa del bar del Hotel Mandar¨ªn de Barcelona hay un postre de chocolate. Luce delicioso. ¡°?Az¨²car!¡±, exclama Alexia Putellas. Es febrero y la capitana del Barcelona se encuentra en la ¨²ltima etapa de la recuperaci¨®n de la lesi¨®n que sufri¨® en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. No lo prueba. Ni siquiera en ese momento, en el que la mayor¨ªa de los deportistas se permitir¨ªan un desliz, Putellas se deja caer en la tentaci¨®n. ¡°Entrena como nadie, se cuida como nadie. Es un ejemplo. No es casualidad todo lo que pasa¡±, subraya Mapi Le¨®n. ¡°Lo que para una persona normal es una recuperaci¨®n de 15 d¨ªas, Alexia lo hace en 10; lo que para otros es un a?o para ella son 10 meses¡±, a?ade Adri¨¢n Mart¨ªnez, el fisioterapeuta de la 11 azulgrana. Para Alexia no existe la normalidad, la ignor¨® cuando era de las pocas ni?as que jugaba al f¨²tbol, tambi¨¦n ahora, ¨²nica ganadora de dos Balones de Oro. Nueve meses despu¨¦s de que le crujiera la rodilla, Putellas reapareci¨® este domingo por la tarde. Se termin¨® la agon¨ªa para la mejor jugadora del mundo. ¡°Alexia, Alexia, Alexia¡±, celebr¨® el Johan Cruyff.
No era la primera vez que la hinchada invocaba el nombre de Putellas. De hecho, ya era un ritual. Desde que se lesion¨®, el Johan Cruyff recordaba a su capitana en cada partido. Tambi¨¦n el Camp Nou, casa del Bar?a femenino en la Champions League. ¡°A la afici¨®n le agradezco todos los partidos en los que me han ayudado y animado. Que en el minuto 11 se acordaran de m¨ª me ha ayudado en los momentos m¨¢s bajos de la lesi¨®n¡±, le reconoci¨® ayer Alexia a su gente.
¡°?Hoy s¨ª juega Alexia?¡±, preguntaba un seguidor azulgrana antes del duelo ante el Sporting Huelva. La ansiedad por el regreso de Putellas se hab¨ªa incrementado desde que la capitana recibi¨® el alta m¨¦dica en la previa del duelo ante el Chelsea, en la vuelta de la semifinal de la Champions. ¡°Volver era demasiado arriesgado por el ritmo del partido. Intentaremos que juegue en el pr¨®ximo¡±, expuso Jonatan Gir¨¢ldez, tras la clasificaci¨®n para la final de Eindhoven. Cumpli¨®.
¡°10, nueve, ocho, siete¡¡±, cant¨® la afici¨®n del Barcelona en el minuto 58 cuando Alexia salt¨® a calentar. Con el 2-0 en el marcador, todas las miradas se recostaban sobre el lateral del Johan Cruyff: Putellas se ejercitaba. Cuando Gir¨¢ldez la llam¨®, las 5.289 personas que hab¨ªa en el estadio se pusieron de pie. La mayor¨ªa, fieles a los tiempos modernos, encendieron las c¨¢maras de sus m¨®viles. Ella mantuvo su ritual, dos peque?os pasitos con la pierna derecha y al campo. ¡°Ha sido muy bonito desde que ha salido a calentar¡±, dijo el t¨¦cnico del Barcelona, tras conseguir el t¨ªtulo; ¡°no hab¨ªa que darle mucha informaci¨®n porque a nivel emocional la jugadora ya est¨¢ un poco delicada. Le dije que disfrutase, que sintiera el calor de la afici¨®n. Era un d¨ªa especial¡±.
El pasado 5 de julio, cuando Espa?a se preparaba para su estreno en la ¨²ltima Eurocopa en Inglaterra, Putellas intent¨® regatear a una compa?era en un entrenamiento. Dio un peque?o salto para sortear la marca cuando escuch¨® el peor ruido para un deportista profesional. ¡°Sent¨ª el crujido y ca¨ª al suelo¡±, recuerda. Entonces, lo peor. ¡°No me lo puedo creer. No puede ser. Me levant¨¦, hice un paso y se me fue la rodilla. Mi cabeza hizo pum: ¡®Estoy fuera¡±, explica la 11 azulgrana. De entrada, llam¨® a su madre. ¡°Tengo que dejar el f¨²tbol¡±, le dijo. Acto seguido, busc¨® en sus contactos a Gir¨¢ldez. ¡°B¨²scate a otra para ganar la Champions¡±, le escribi¨®. El t¨¦cnico del Bar?a, de vacaciones en Vigo, no tard¨® en hacer una videollamada con su capitana. ¡°Verla fue duro. Entiendo que su mentalidad fuese negativa en ese momento¡±, expone el t¨¦cnico azulgrana.
La primera reacci¨®n: mecanismo de defensa. ¡°El tramo inicial fue duro. Quer¨ªa desconectar de todo¡±, reflexiona Gir¨¢ldez. Sin embargo, Alexia no sab¨ªa c¨®mo. ¡°?Y ahora qu¨¦ hago?¡±, se preguntaba; ¡°no s¨¦ qu¨¦ hacer los fines de semana. Para m¨ª lo normal es viajar, jugar y volver a entrenar¡±. Mientras su entorno y los m¨¦dicos le ped¨ªan paciencia, Alexia descubri¨® una nueva vida. Una nueva normalidad para una persona que siempre se hab¨ªa rebelado ante la normalidad. ¡°Tuve que conocer qu¨¦ se hace. Intent¨¦ hacer cosas que no iba a poder hacer cuando volviera jugar. Ir un domingo a comer con mis amigas. Entrenar por la ma?ana e ir a pasear por la tarde a la Costa Brava¡±, cuenta Alexia. Todo era nuevo, seguramente revelador, pero no suficiente. ¡°?Cu¨¢ndo puedo volver a jugar?¡±, les preguntaba a los galenos cuando le permitieron entrenar en la piscina.
En la Ciudad Deportiva azulgrana, mientras tanto, buscaban rebajar la preocupaci¨®n de su capitana, sobre todo su nerviosismo. ¡°Miedo no he sentido. Pero s¨ª se me ha pasado por la cabeza no volver a ser yo misma en el campo¡±, expone Putellas. El futuro, incierto como nunca; el pasado, intenso como siempre. ¡°Sab¨ªa que hab¨ªa sido una privilegiada¡±, dice Alexia. Eso nadie se lo iba a borrar, pero tampoco su ambici¨®n, mucho menos su amor por el bal¨®n. El 8 de noviembre, cuatro meses despu¨¦s de la lesi¨®n, comenz¨® a correr. Hasta que el 3 de febrero se reencontr¨® con su verdadero yo.
¡°El primer d¨ªa que toqu¨¦ el bal¨®n me puse a llorar¡±, confiesa. Esa ma?ana tampoco la olvidan en Sant Joan Desp¨ª. ¡°Cuando ves que despu¨¦s de todo lo que gan¨®, toca el bal¨®n y se emociona piensas: ¡®Ya est¨¢. Es la misma Alexia de siempre¡±, dice Gir¨¢ldez. La pelota volv¨ªa a ejercer de analg¨¦sico, ya lo hab¨ªa sido cuando falleci¨® su padre, ahora para borrar la angustia de meses de incertidumbre. Sin embargo, todav¨ªa hab¨ªa que seguir matando ansiedad. ¡°A medida que fue pasando el tiempo y ella comenzaba a estar m¨¢s cerca de nosotros, todo fue m¨¢s f¨¢cil¡±, sostiene el preparador. Cuando regres¨® a entrenar con el grupo, sus compa?eras la recibieron con una ovaci¨®n, la misma alegr¨ªa con la que la maltearon este domingo ante el Sporting. Putellas forzaba los m¨¢rgenes de recuperaci¨®n como hab¨ªa sorteado barreras para convertirse en la mejor futbolista del mundo. En definitiva, Alexia hab¨ªa vuelto a su normalidad, la de la anormalidad.
Putellas no ha cambiado la realidad del f¨²tbol practicado por mujeres, la ha inventado. Lo ha llevado del ostracismo al escaparte m¨¢s encantador, ha creado un espejo para todas las ni?as que sue?an con jugar a la pelota. Ella, sin embargo, respira como si su rodilla no hubiera crujido nueve meses atr¨¢s. Nada raro en la vida de Alexia. ¡°Ya saben d¨®nde est¨¢n todas las energ¨ªas. Nos vemos todos en Eindhoven¡±, cerr¨®. Y se larg¨® a cantar: ¡°Un d¨ªa de partido¡¡±. Sonr¨ªe Alexia. Sonr¨ªe el Bar?a. Sonr¨ªe, sobre todo, el f¨²tbol.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.