Vinicius, exuberancia sobre el volc¨¢n
El brasile?o propicia los goles, ve amarilla por protestar y roza la trifulca con el banquillo rival. Chimy ?vila: ¡°Puedes ser buen jugador, pero si tienes el coraz¨®n negro¡±
La exuberancia del juego de Vinicius empieza a alcanzar ya ese punto desesperante al que llegan algunos genios que consiste en que, pese a que todo el mundo sabe lo que va a hacer, resulta imposible impedir que lo haga. Y lo hace. En La Cartuja ni siquiera necesit¨® aguardar a que el partido llegara a ese punto de madurez ¨®ptimo para sus piernas, cuando ¨¦l sigue insistiendo a las mismas revoluciones y el resto desfallece. El brasile?o destroz¨® todos los planes, todas las cautelas, antes de que hubieran transcurrido dos minutos. A la primera. Se le cruz¨® Moncayola, su pareja de la noche, y lo burl¨®. Acudi¨® entonces Rub¨¦n Pe?a, y tambi¨¦n se perdi¨®. Mientras lo buscaba, Vini ya hab¨ªa alcanzado la l¨ªnea de fondo, desde donde puso la pelota atr¨¢s, que Rodrygo transform¨® en el primer gol.
Habr¨¢ pocas cosas que los rivales estudien m¨¢s que la manera de instalar trampas para Vinicius, y sin embargo, contra Osasuna, el brasile?o viv¨ªa como si nada. La primera media hora supuso un martilleo inaguantable para Moncayola. Se iba una vez, se iba la siguiente, y tambi¨¦n la otra. El navarro trataba de sacarlo del carril con el cuerpo, intentaba adivinar la trayectoria del bal¨®n, pero el brasile?o ten¨ªa una noche de m¨¢xima inspiraci¨®n trilera. El bal¨®n ya no estaba. El futbolista tampoco. En esos 30 minutos Moncayola ya cargaba con una amarilla y Vinicius volaba.
Los efectos del desconcierto que hab¨ªa provocado fueron tales que le permitieron ampliar registros, y ser ¨¦l quien lanzaba por ese carril a Camavinga. De la maniobra salieron un tiro del centrocampista instalado de nuevo en el lateral izquierdo, y una dejada a Benzema, que dispar¨® alto.
Vinicius cada vez resulta m¨¢s indescifrable con la pelota, pero su efervescencia cuando lo agitan se ha ido haciendo m¨¢s previsible. Sus regates se han ido convirtiendo en un terreno cada vez m¨¢s oscuro para los defensas, que en cambio encuentran a la vista de manera evidente los resortes de sus rabietas. Igual de previsible que el desorden que genera es la explosi¨®n que est¨¢ por llegar. En la final sucedi¨® muy cerca del descanso. Se hab¨ªa escapado otra vez en el ¨¢rea y cay¨® delante de David Garc¨ªa, que le hab¨ªa tocado la espalda. Estall¨®, se encar¨® con el defensa, se quej¨® al ¨¢rbitro. La llama hab¨ªa prendido.
Un par de minutos m¨¢s tarde derribaron a Rodrygo en un contrataque y Vinicius segu¨ªa ardiendo. Le cay¨® la amarilla, tan previsible estos d¨ªas como que el lateral derecho contrario pasar¨¢ un mal rato con ¨¦l. El presidente del Madrid, Florentino P¨¦rez, defendi¨® a su jugador: ¡°Vini, en su puesto, es el mejor del mundo. Es dif¨ªcil pararle y en general, los que le marcan le hacen muchas faltas. Y se lleva ¨¦l la tarjeta. No lo entiendo. Hay que defender a los jugadores que ofrecen espect¨¢culo¡±, dijo despu¨¦s.
El grader¨ªo de Osasuna vio el fuego y arroj¨® su le?a: ¡°?Tonto, tonto!¡±. El brasile?o se encar¨®, se toc¨® el escudo del Madrid, y Lucas V¨¢zquez aprovech¨® una pausa para echarle el brazo por encima desde fuera del campo y tratar de calmarlo.
Enseguida lleg¨® la pausa, que en esas condiciones de ebullici¨®n supuso solo introducir la gresca en un pasillo. Camino del vestuario, Vinicius le dijo algo a los suplentes de Osasuna y el Chimy, que ha escapado de balaceras reales, se arranc¨® a buscarle. ¡°Como ya me conocen c¨®mo soy, y no puedo aguantar, y m¨¢s que nada cuando le faltan al respeto a mi equipo... Me enfad¨® much¨ªsimo las palabras que dijo¡±, explic¨® luego el argentino, que evit¨® entrar en m¨¢s detalles. ¡°Con la clase de jugador que es, que es muy buen jugador, se lo protege, y me parece muy bien. Pero creo que tambi¨¦n somos personas, y eso es lo importante, ser buen ser humano. Porque puedes ser buen jugador, pero si tienes el coraz¨®n negro, es imposible que sea as¨ª. El m¨ªster o sus compa?eros ya lo corregir¨¢n¡±.
En el t¨²nel hacia el vestuario intervino de nuevo Lucas, que con la ayuda de R¨¹diger, cort¨® el paso a los rojillos que se giraron hacia el brasile?o.
Ancelotti intervino en el camerino: ¡°Cuando hemos entrado en el vestuario, les he calmado un poco. Este equipo tiene que hacer una sola cosa, que es jugar al f¨²tbol. Porque esto lo hacemos bien. Cualquier otra cosa es perder el control, perder la concentraci¨®n...¡±. Carvajal defendi¨® esa l¨ªnea: ¡°Es una tarea que tiene que corregir: evadirse de las provocaciones y dedicarse a jugar, porque cuando lo hace es el mejor¡±.
?Y despu¨¦s de todo el l¨ªo, Vinicius qu¨¦? Nada: vuelta a empezar. He ah¨ª otro de los asombros del atacante: ni los terremotos, ni la agitaci¨®n volc¨¢nica parecen dejarle cicatriz alguna. De repente, borra todo, y es como si nada hubiera sucedido.
Existe un ejemplo sobresaliente de algo similar de mayo del a?o pasado, en otra final, la de la Champions contra el Liverpool en Saint Denis. El brasile?o pasa muy cerca de J¨¹rgen Klopp en la banda, le gui?a un ojo, le choca la mano, y unos segundos despu¨¦s marca el gol de la victoria.
En La Cartuja, regres¨® del descanso por el mismo t¨²nel en el que roz¨® la montonera, y cuando el Madrid se vio en el momento delicado que provoc¨® el empate de Torr¨®, volvi¨® a hacerlo. Se escurri¨® fulgurante hasta la l¨ªnea de fondo y se la ech¨® atr¨¢s a Kroos, que revent¨® la pelota. El rechace le cay¨® a Rodrygo, que puso el bal¨®n a flotar por encima de Sergio Herrera. Un brasile?o baila, otro pega.
Despu¨¦s de esa, Vini a¨²n volvi¨® enseguida a por Aridane, a quien gan¨® la l¨ªnea de fondo. Y tambi¨¦n m¨¢s tarde. Y otra noche sobrevivi¨® a s¨ª mismo, y lo que todos sab¨ªan que iba a suceder.
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