El Atl¨¦tico arranca con pegada de l¨ªder
El equipo de Simeone se impone a un buen Granada que lleg¨® a empatar a falta de media hora, pero Memphis desequilibr¨® el duelo con un golazo desde 35 metros
La multitud de camisetas rojiblancas que desfilaban hacia el Metropolitano quebraban la imagen del Madrid des¨¦rtico que ha propiciado el puente de agosto. La hinchada del Atl¨¦tico presenci¨® una victoria trabajada, concretada por los tantos de Morata, Memphis y Llorente ante un Granada que ofreci¨® una buena imagen en su regreso a Primera Divisi¨®n. Le complic¨® a los de Simeone con el empate de Samu a falta de media hora, pero Memphis les arranc¨® de inmediato la esperanza de rascar un punto con un misilazo rotundo.
Desde el inicio, el partido se adentr¨® en gran parte de los puntos calientes con los que convive el Atl¨¦tico en este arranque de curso. La pitada a Jo?o F¨¦lix cuando se anunci¨® su nombre por megafon¨ªa fue su particular paso por el cadalso. Su forzada confesi¨®n de que ha nacido para jugar en el Barcelona ha terminado por echar las ¨²ltimas paladas de tierra sobre su figura y su futuro como jugador del Atl¨¦tico. Las molestias musculares de Koke que le mandaron al banquillo a los cinco minutos no hicieron m¨¢s que reforzar la demanda de Simeone de un mediocentro para cuando el capit¨¢n no pueda estar. Su lugar lo ocup¨® Pablo Barrios, trabajado desde la temporada pasada por el preparador argentino para ese desempe?o. El chico arranc¨® t¨ªmido para reclamar la posesi¨®n que debe tener todo cinco, pero tuvo cuajo t¨¢ctico para el quite y despu¨¦s para ser m¨¢s osado con la pelota. Solventado ese embolado, Morata expuso otro punto peliagudo para Simeone. El t¨¦cnico le ha puesto al goleador madrile?o la cifra de 18 tantos con la amenaza de que Memphis entrar¨¢ en el once si no est¨¢ fino en el remate. De una arrancada de Azpilicueta, dividiendo y rompiendo las l¨ªneas del Granada, De Paul y Griezmann montaron una pared que el franc¨¦s prolong¨® con pase atr¨¢s. Morata estrell¨® su toque de interior en el cuerpo de Ferreira. A un buen centro de Lemar, Morata respondi¨® con un giro de cuello mal calculado. De esos dos primeros avisos emergi¨® un Granada m¨¢s asentado, despojado ya de los complejos del reci¨¦n ascendido. Bien plantado con una l¨ªnea de tres centrales, mostr¨® el conjunto nazar¨ª que los equipos de Paco L¨®pez nunca desprecian el bal¨®n. Melero comenz¨® a imponer su ritmo, y Samu y Uzuni amenazaban con su movilidad, aunque Oblak no fue exigido.
Apagados los encargados del desequilibrio en el Atl¨¦tico, Griezmann, Lemar y Carrasco, el partido se iba al descanso sin goles. Hasta que un centro de Azpilicueta rebot¨® en Vallejo y la pelota le cay¨® a Morata. Ah¨ª ya s¨ª se afin¨®. Mano a mano con Ferreira, le cambi¨® la direcci¨®n de la pelota al lado contrario que pretendi¨® tapar el meta. La histri¨®nica celebraci¨®n de Morata no fue m¨¢s que el fiel reflejo del pulso en el que sabe que est¨¢ envuelto. La participaci¨®n de Azpilicueta en el tanto no fue m¨¢s que la r¨²brica a un estreno que confirm¨® la solidez de su fichaje. La grada as¨ª se lo reconoci¨® en cada acci¨®n de jerarqu¨ªa que protagoniz¨®.
La reanudaci¨®n arroj¨® a un Granada m¨¢s decidido que someti¨® al Atl¨¦tico. El equipo de Simeone se atasc¨® y evidenci¨® la falta de engrase propia de estas alturas de temporada. Samu tuvo el empate en un cabezazo franco que centr¨® demasiado. Oblak lo repeli¨® con los pu?os. El paisaje invit¨® a Simeone a suplir a Morata por Memphis y a Lemar por S?y¨¹nc¨¹. El movimiento desplazaba a Azpilicueta al carril diestro, al central turco a ocupar el eje de la defensa y a Llorente a aportar piernas al centro del campo. Paco L¨®pez tambi¨¦n hab¨ªa maniobrado dando entrada a Gonzalo Villar. Este le birl¨® la pelota a Carrasco, que pretendi¨® salir por el pico del ¨¢rea con un arabesco innecesario. El centro tenso y raso de Villar lo reba?¨® Samu en una anticipaci¨®n en que Savic se qued¨® clavado. No le dio tiempo al Granada a jugar con las tablas. Memphis lo impidi¨® con un zapatazo a la escuadra formidable. Parado a 35 metros, dibuj¨® una curva con el interior de su bota derecha cortante. Por ah¨ª, le gan¨® a Morata. A la primera que pudo armar la pierna fue definitivo. Ya al filo del tiempo a?adido, dispar¨® al bulto con Ferreira fuera de su porter¨ªa. De la competencia de nueves Simeone arranc¨® dos goles y un duelo por la titularidad m¨¢s que interesante.
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