George Ford emula a Jonny Wilkinson
Inglaterra se crece ante el papel de v¨ªctima tras una expulsi¨®n tempranera y somete a Argentina en una exhibici¨®n de su apertura con el pie (27-10)
Inglaterra abraz¨® el papel de v¨ªctima para sorprender a Argentina (27-10) y resurgir de sus cenizas, de un a?o con tres victorias en nueve partidos, con un juego anquilosado y derrotas abrumadoras ante Francia o Fiyi en Londres. No fue un despliegue de virtudes, sino de eficacia, un m¨¦rito considerable porque jug¨® 77 minutos con uno menos. Fue la gran noche de George Ford: el apertura que pag¨® los platos rotos de la temprana eliminaci¨®n inglesa en su Mundial, en 2015, dio una lecci¨®n de colocaci¨®n y de pateo, al estilo de Jonny Wilkinson, el art¨ªfice del ¨²nico t¨ªtulo ingl¨¦s ¨Cy del hemisferio norte¨C en 2003 entre patadas diab¨®licas.
Los argentinos se atragantaron en su favoritismo y no comparecieron, incapaces de entender qu¨¦ requer¨ªa el duelo, de adaptar su discurso. Claudicaron de nuevo ante el rival que les ape¨® en Tokio del ¨²ltimo Mundial en una de las peores actuaciones de su historia reciente. Un sinf¨ªn de indisciplinas en todas las ¨¢reas que rebaja su candidatura cuando part¨ªan con una oportunidad hist¨®rica en la parte f¨¢cil del cuadro. Ahora es Inglaterra, respondona ante su muerte anunciada, la que sue?a en un grupo en el que la clasificaci¨®n albiceleste para cuartos no es para nada un tr¨¢mite ante selecciones como Samoa o Jap¨®n.
Fue un desenlace inesperado. Porque Inglaterra ten¨ªa todo en contra, con las sanciones de su capit¨¢n, Owen Farrell, y de Billy Vunipola, su mejor portador de balones, m¨¢s la torpeza de Tom Curry, uno de los art¨ªfices del equipo finalista en 2019, que fue descontrolado al aterrizaje de Juan Cruz Mall¨ªa en el tercer minuto. Un golpe aparatoso cara contra cara que el colegiado sancion¨® con una amarilla condicionada ¨Cel jugador cumple los te¨®ricos 10 minutos apartado, un tiempo que el juez de v¨ªdeo utiliza para dictaminar si es roja¨C para mandarle despu¨¦s al vestuario, la cuarta expulsi¨®n del XV de la Rosa desde marzo. El p¨²blico del V¨¦lodrome, mayoritariamente ingl¨¦s, pit¨® a Santiago Carreras cuando volvi¨® al campo tras una amarilla por echarse encima de Ford.
El rugby era aquello que ocurr¨ªa entre golpes de castigo, el verbo de un duelo bronco, sin cadencia. En esas, el juego al pie era un atajo necesario para ganar metros, aprovechando el reglamento, la ley 50:22, que permite mantener el bal¨®n al equipo que patea desde campo propio un bal¨®n que bota en zona de 22 rival y se sale por la banda. Lo logr¨® Argentina, que roz¨® el ensayo con su delantera, pero Tom¨¢s Gallo pos¨® tras un doble movimiento. En la reanudaci¨®n, los suyos se lanzaron sobre el compa?ero placado para evitar que Inglaterra recuperara el oval. Oportunidad perdida en un partido en el que no abundaban.
Los Pumas empezaban a frustrarse porque no generaban amplitud para hacer valer su superioridad. Inglaterra entendi¨® pronto lo que necesitaba, una guerra en las trincheras. No aspirar tanto a aciertos como a evitar errores. Y encontr¨® a George Ford como francotirador. Sus compa?eros aprovechaban las fallas albicelestes para plantar sus piezas en campo rival y, sin grandes ambiciones, echar la pelota hacia atr¨¢s para que su apertura buscara los palos con el pie. Emboc¨® tres en ocho minutos ¨Cel segundo desde el medio del campo¨C y los suyos dominaban con holgura al descanso (12-3). Santiago Carreras quiso replicar, pero su drop no hizo diana.
El acierto de Ford descoloc¨® a la defensa argentina, alarmada hasta el punto de perder el orden. No hubo reacci¨®n tras la vuelta de vestuarios, sino una l¨ªnea an¨¢rquica que ca¨ªa en fuera de juego y brindaba una patada propicia tras otra: ahora m¨¢s sencillas, a bal¨®n parado.
Las faltas no solo costaban puntos, sino territorio y posesi¨®n. El XV de la Rosa no necesitaba arriesgar, le bastaba con alejar el bal¨®n y esperar regalos. Ya hab¨ªan ganado la batalla psicol¨®gica con una delantera que se dej¨® el tipo en la cobertura, dando la sensaci¨®n de que eran ellos quienes ten¨ªan un jugador m¨¢s. Los aficionados coreaban cada falta albiceleste como un gol y Ford, que meti¨® nueve patadas entre los postes, se hinch¨®. El ensayo postrero de Rodrigo Bruni fue simple maquillaje.
Fue el cierre a una jornada de marcadores abultados que empez¨® en Saint-?tienne con la victoria de Italia ante Namibia (52-8) y sigui¨® en Burdeos con el correctivo de Irlanda a Ruman¨ªa (82-8), a la que endos¨® 12 ensayos. Georgia no estuvo a la altura de su cartel de revelaci¨®n y no pudo plantar a cara a Australia, que domin¨® de principio a fin en Par¨ªs (35-15).
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