Sud¨¢frica estrena su armadura de campeona mundial de rugby

Pese a su ex¨®tica vestimenta, los Springboks estrenaron este domingo su defensa del t¨ªtulo mundial en Marsella con su piel m¨¢s reconocible. La de su organizaci¨®n gran¨ªtica, el m¨²sculo de sus gigantes delanteros y tambi¨¦n algunas sombras. La eficiencia hecha selecci¨®n, ajena a los gui?os est¨¦ticos que no sumen puntos. Sud¨¢frica someti¨® a Escocia (18-3) sin grandes florituras, pero con una defensa sin grietas, el enigma que las mentes pensantes del rugby tratan de resolver a contrarreloj.

El tradicional verde y oro de los Springboks se qued¨® en el armario y dej¨® paso a la camiseta de la discordia, con tonos turquesas y blancos. El exotismo se qued¨® en el ropaje porque los sudafricanos aplicaron su medicina, tan previsible como dif¨ªcil de contrarrestar. Su delantera es ese boxeador que no busca noquear, sino agotar irremediablemente al rival. Sin riesgos, moviendo el bal¨®n lejos de su retaguardia, sus grandullones impactan, contusiones en las costillas de Escocia. Literalmente, porque Fin Russell respiraba con dificultad tras derribar accidentalmente con ellas a Arendse. Un envite de placajes al borde del reglamento y rostros tensos. El colegiado, Angus Gardner, hizo una pausa en el ecuador de la primera parte para que los capitanes rebajaran las hostilidades tras alg¨²n rifirrafe futbolero.

La acci¨®n se desarrollaba en las distancias cortas, a a?os luz de las zonas de ensayo, con un marcador que esperaba sonre¨ªr con alguna patada a palos. Sud¨¢frica mandaba porque se jugaba m¨¢s en campo rival y sumaba cuando Escocia se defend¨ªa como gato panza arriba con acciones como un manotazo voluntario de Russell para cortar el juego. Pero el XV del Cardo resist¨ªa y canjeaba una de sus escasas visitas a terreno sudafricano con un proyectil de Russell que dejaba un duelo apretado al descanso (6-3).

Pero el costillar escoc¨¦s empez¨® a crujir a la vuelta de vestuarios. La delantera sudafricana percut¨ªa por primera vez en la frontera del ensayo y su director de orquesta, el medio-mel¨¦ Faf De Klerk, aplicaba un ritmo fren¨¦tico a la liberaci¨®n de bal¨®n. As¨ª se form¨® la plataforma que llev¨® a Damian de Allende a la zona de marca. La fiesta no fue completa porque Manie Libbok fall¨® una conversi¨®n asequible, su tercera patada que no encontraba los palos. Una de las sombras: un Mundial no es el mejor momento para dudar de un pateador.

Pero Libbok se redimi¨® y demostr¨® que no lleva el n¨²mero diez solo por la mirilla de francotirador. El ensayo oblig¨® a Escocia a abrir el campo y el apertura aprovech¨® un mal repliegue para sacarse una patada magistral sin mirar, como si aquello fuera baloncesto. A su encuentro fue Arendse, el veloc¨ªsimo ala procedente del rugby a siete que activ¨® sus propulsores y sum¨® su duod¨¦cimo ensayo en apenas un a?o. Tras endosarle un triplete a Australia en julio, es uno de los aspirantes a pichichi del torneo. Su asistente cedi¨® el rol de pateador a De Klerk, que emboc¨® el duod¨¦cimo punto en apenas cuatro minutos.

Una losa imposible para Escocia, hu¨¦rfana de Stuart Hogg, el jugador diferencial en la ¨²ltima d¨¦cada para abrir defensas que sorprendi¨® con una retirada temprana. Hecho el trabajo, Sud¨¢frica descans¨® en su fortaleza, sin gastar fuerzas en busca de un punto bonus por anotar cuatro ensayos. La selecci¨®n m¨¢s ganadora de la historia de los mundiales ¨Ctiene los mismos t¨ªtulos que Nueva Zelanda, tres, pese a no disputar los dos primeros por el Apartheid¨C sum¨® por inercia su 36? victoria en 43 partidos.

La jornada dominical arranc¨® en Tolouse con el triunfo por 42-12 de Jap¨®n ante Chile, que dio la cara durante la primera parte ante el cuartofinalista de 2019 en su estreno en una Copa del Mundo. La cerrar¨¢n Gales y Fiji a partir de las 21:00 horas en Burdeos, un choque por la clasificaci¨®n para cuartos en el grupo C.

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