Laura Coviella, pionera en el templo del surf de olas grandes de Nazar¨¦: ¡°Si entras en p¨¢nico, el mar te puede matar¡±
La tinerfe?a de 24 a?os, la primera espa?ola en surfear en la legendaria localidad portuguesa, reflexiona sobre su reciente experiencia y afirma que la preparaci¨®n es el ¨²nico m¨¦todo para controlar el miedo ante la salvaje potencia del agua
Armada con su tabla de surf, Laura Coviella (24 a?os, Tenerife) se lanza al mar. Lleva varios d¨ªas nerviosa y esta ma?ana siente que el coraz¨®n se le va a salir del pecho. Se concentra en el rugido de las olas y el movimiento de la marea. Con la mente a¨²n en las nubes, un compa?ero le avisa de que ha llegado la hora. Es el momento de enfrentarse a uno de los mayores monstruos de la naturaleza. Sin poder pensarlo dos veces, se lanza. Son solo unos segundos, pero para ella es una eternidad. La verg¨¹enza le impide lanzar un grito, pero por dentro es pura euforia. Lo ha conseguido. Por primera vez...
Armada con su tabla de surf, Laura Coviella (24 a?os, Tenerife) se lanza al mar. Lleva varios d¨ªas nerviosa y esta ma?ana siente que el coraz¨®n se le va a salir del pecho. Se concentra en el rugido de las olas y el movimiento de la marea. Con la mente a¨²n en las nubes, un compa?ero le avisa de que ha llegado la hora. Es el momento de enfrentarse a uno de los mayores monstruos de la naturaleza. Sin poder pensarlo dos veces, se lanza. Son solo unos segundos, pero para ella es una eternidad. La verg¨¹enza le impide lanzar un grito, pero por dentro es pura euforia. Lo ha conseguido. Por primera vez, una espa?ola ha logrado domar a las gigantes olas de Nazar¨¦, el templo del surf donde se producen las m¨¢s grandes del mundo.
En 2020, el alem¨¢n Sebastian Steudtne logr¨® el r¨¦cord al surfear una ola de 26,21 metros de altura en la Praia do Norte, en el municipio portugu¨¦s de Nazar¨¦. Para entonces, Coviella ya so?aba con desafiar alg¨²n d¨ªa a estas gigantes del mar. ¡°Han sido muchos a?os viendo v¨ªdeos de Nazar¨¦ y era un reto para m¨ª. Es un paso muy importante, pero todav¨ªa no he encontrado mis l¨ªmites. Y los voy a encontrar, eso seguro¡±, explica Coviella, que atiende a EL PA?S por videollamada desde su casa en Lanzarote. Su haza?a la logr¨® hace apenas dos semanas, el 10 de noviembre, pero ya tiene ganas de regresar. ¡°Me qued¨¦ con un poco de ganas de m¨¢s. Ha sido una experiencia inolvidable, pero estaba muy nerviosa. Ahora estoy mucho m¨¢s tranquila, ya conozco el sitio, s¨¦ que estoy preparada y puedo ir a m¨¢s¡±, reflexiona. Coviella describe el reto de enfrentarse a las olas gigantes de Nazar¨¦ como un doble desaf¨ªo, ante la naturaleza y ante ella misma. ¡°Casi me caigo como seis veces entre los nervios y los baches que ten¨ªa la ola por culpa del viento. Es una masa de agua enorme que tiene mucha potencia y mucha fuerza. Iba en la ola diciendo, ¡®por favor, no te caigas, no te caigas¡¯. Luego cog¨ª dos olas m¨¢s, pero ninguna tan buena como la primera¡±.
Coviella ha superado un nuevo techo para las mujeres espa?olas en un deporte tradicionalmente masculino. ¡°La realidad es que hay muchos m¨¢s hombres que mujeres en este deporte¡±, apunta. Aunque matiza: ¡°Pero la evoluci¨®n del surfing femenino es imparable. Estoy muy contenta con c¨®mo en los ¨²ltimos a?os ha avanzado tanto y ver cada d¨ªa a m¨¢s ni?as surfeando¡±. La primera surfista espa?ola fue la c¨¢ntabra Laura Revuelta en los a?os sesenta. En 2022, las mujeres representaron casi la mitad de las fichas federativas de este deporte en Espa?a (35.295 de 75.064), seg¨²n datos del CSD.
Al contrario que muchos de los grandes surfistas, Coviella se inici¨® en este deporte a una edad ¡°tard¨ªa¡±, con 12 a?os, cuando sus padres le apuntaron a unas clases mientras estaban de vacaciones en El M¨¦dano (Tenerife). ¡°Mi madre es abogada y mi padre es dentista. Mi hermano ha hecho una carrera y est¨¢ trabajando en Madrid. O sea, yo era un poco la oveja negra de la familia. Me ha costado mis discusiones¡±, recuerda Coviella, que tras mucho esfuerzo ha conseguido cambiar las broncas por felicitaciones. Lo que no ha podido hacer es que sus padres pierdan el miedo. ¡°El d¨ªa de Nazar¨¦, mi madre se tuvo que tomar un relajante. Todos est¨¢n s¨²per orgullosos, pero al mismo tiempo insisten en que tenga cuidado, que al final es un deporte de riesgo y puede pasar algo grave¡±, se?ala Coviella.
Para la deportista, el miedo es el mayor enemigo de un surfista y el ¨²nico m¨¦todo para combatirlo es una buena preparaci¨®n. ¡°El surf es un deporte donde la preparaci¨®n es m¨¢s fundamental que en cualquier otro, porque es lo que te da la seguridad. Si no est¨¢s lista al 100%, pueden surgir las dudas, entras en p¨¢nico, y eso en el surf de grandes olas te puede llegar a matar¡±, reflexiona. Coviella se vio obligada a superar ese miedo hace dos a?os, despu¨¦s de que una lesi¨®n en el mal¨¦olo, seguida de un mal diagn¨®stico, le dej¨® durante casi medio a?o fuera del agua. ¡°Psicol¨®gicamente me cost¨® bastante volver, me daban miedo muchas cosas. Estuve muchos meses rehabilit¨¢ndome hasta que me vi totalmente preparada para coger olas grandes. No antes de tiempo¡±, remarca.
Superado ese miedo y logrado el objetivo de surfear en la m¨ªtica costa de Nazar¨¦, Coviella no prioriza los campeonatos, sino que pone la vista ahora en practicar su pasi¨®n, el free surfing, en otros grandes templos del surf mundial como Maui, California o Tahit¨ª. Precisamente en Tahit¨ª es donde se desarrollar¨¢ la prueba de surf en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs 2024, en una localizaci¨®n que Coviella conoce bien. ¡°He estado dos veces en Teahupo¡¯o (el nombre por el que se conoce el arrecife que en polinesio significa ¡°muro de calaveras¡±) y es una ola que supone un reto. Es un tubo muy gordo, sin fondo. La verdad que es muy peligrosa. Me gustar¨ªa ganarme un nombre y hacer algo importante en esa ola¡±, apunta la tinerfe?a que, sin embargo, no acudir¨¢ a los Juegos.
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