Nazar¨¦: c¨®mo un peque?o pueblo portugu¨¦s se convirti¨® en epicentro mundial del surf
En poco m¨¢s de una d¨¦cada la peque?a villa ha pasado a ser un lugar de peregrinaci¨®n para el surf de riesgo y turistas fascinados con las olas m¨¢s grandes del mundo
Los surfistas se gu¨ªan por dos fuerzas antag¨®nicas: el miedo y la adrenalina. Nazar¨¦, en la costa portuguesa, les ofrece generosas dosis de ambas. El d¨ªa que Nuno Santos rescat¨® en el mar a Alex Botelho le vio ¡°la cara a la muerte¡±, pero el d¨ªa que logra tocar el viol¨ªn sobre una ola gigante se siente ¡°cerca de Dios¡±. Nuno Santos es de los pocos surferos locales que se aventuran en la Praia do Norte, que se ha convertido en la ¨²ltima d¨¦cada en el santuario del surf de riesgo gracias a un ca?¨®n submarino que facilita la formaci¨®n de ondas que pueden alcanzar la misma altura que la popular Torre de Bel¨¦n de Lisboa (30 metros).
Las olas descomunales llevaban ah¨ª toda la vida, como sab¨ªan los pescadores locales, pero nadie se hab¨ªa tomado en serio lo de surfearlas. Al principio por desconocimiento y m¨¢s tarde por desd¨¦n, ninguna estrella del deporte mostr¨® inter¨¦s por Nazar¨¦ hasta que el estadounidense Garrett McNamara bati¨® all¨ª el r¨¦cord mundial en 2011 al deslizarse sobre una ola de 23 metros. Desde entonces se han sucedido otros hitos: la brasile?a Maya Gabeira y el alem¨¢n Sebastian Steudtner conquistaron aqu¨ª los actuales r¨¦cords femenino y masculino. El invierno de Nazar¨¦ ya no es lo que era.
Esa cierta desolaci¨®n que recorre a partir de oto?o los pueblos que viven de sol y playa ha desaparecido con el surf de riesgo. ¡°Nuestro invierno era sin gente. Hoy es un peque?o verano. Hay un Nazar¨¦ antes de las olas gigantes y otro Nazar¨¦ despu¨¦s de las olas. Hoy la nata del surf de olas gigantes, como Maya y Sebastian, est¨¢n instalados aqu¨ª¡±, se?ala en su despacho el alcalde Walter Chicharro, que se aferr¨® a la tabla del surf para promocionar la villa con tal ¨¦xito que hoy es una marca global, que cuenta incluso con su propia l¨ªnea textil, Praia do Norte.
El cambio comenz¨® en 2010, cuando Garrett McNamara, que ya pertenec¨ªa al club de las leyendas del deporte, acept¨® la invitaci¨®n de la empresa municipal, Nazar¨¦ Qualifica, que pretend¨ªa encontrar caminos nuevos para romper con la estacionalidad del turismo. ¡°Nuestro primer intento fue organizar un campeonato de surf, pero no logramos encontrar patrocinadores y tuvimos que suspenderlo. As¨ª que pensamos en cambiar la estrategia e invitar a un surfista para que se convirtiese en la cara del proyecto North Canyon¡±, recuerda Pedro Pisco, actual director del Centro de Alto Rendimiento del Surf (Carsurf) de Nazar¨¦ y entonces al frente del North Canyon. Aparte de las ondulaciones oce¨¢nicas, el equipo se subi¨® a otra ola en plena ascensi¨®n: las redes sociales y su potencia v¨ªrica de comunicaci¨®n. Las im¨¢genes de esas crestas mitol¨®gicas rompiendo contra la punta del faro del fuerte de S?o Miguel Arc¨¢ngel dieron la vuelta al mundo.
¡°Nazar¨¦ tiene una cosa especial, que la diferencia de otros lugares de olas gigantes que se producen lejos de la orilla. Es el ¨²nico sitio donde la gente puede estar muy cerca del rompeolas, incluso la costa tiene una forma natural que lo convierte en un anfiteatro¡±, describe Pisco durante una entrevista en el Carsurf una ma?ana de julio, lejos a¨²n de la temporada de tempestades y olas bravas que llegar¨¢n con el oto?o.
Para los deportistas es el lugar m¨¢s desafiante que conocen. Quien surfea en Praia do Norte puede surfear en cualquier mar. ¡°Nazar¨¦ es la F¨®rmula 1 del surf¡±, afirma el brasile?o Rodrigo Koxa en el documental Una ola de 30 metros, de HBO Max. En 2017 Koxa super¨® a McNamara y conquist¨® el r¨¦cord mundial con una ola de 24,38 metros, que en 2020 ser¨ªa nuevamente sobrepasado en Praia do Norte por Sebastian Steudtner al deslizarse sobre otra de 26,21 metros. Se especul¨® (y se public¨® en un mont¨®n de medios) que McNamara se hab¨ªa encaramado a una ola de 30 metros, pero esto nunca fue confirmado con una medici¨®n oficial. Esa pared de agua de altura m¨ªtica todav¨ªa est¨¢ a la espera de ser conquistada.
El ¨²nico m¨¦todo para medir la longitud de la onda es a trav¨¦s de una imagen donde se pueda apreciar la distancia entre el pico y la base. Es esencial distinguir al surfista para realizar el c¨¢lculo. No siempre ocurre. El irland¨¦s Andrew Cotton, un asiduo de Nazar¨¦, tuvo dos veces mala suerte. En una ocasi¨®n cabalg¨® la mayor ola de su vida sin que pudiese certificarse la altura. En otra sufri¨® un grave accidente que le lesion¨® la columna y le oblig¨® a una larga rehabilitaci¨®n. ¡°Basta un momento para pasar del cielo al infierno¡±, dice en el libro de fotograf¨ªas Nazar¨¦, de Ricardo Bravo.
Nadie ha muerto cabalgando olas gigantes en Praia do Norte, aunque algunos, como el portugu¨¦s Hugo Vau, protagonizaron dram¨¢ticos accidentes. En la playa se ha ido perfeccionando un dispositivo de salvamento p¨²blico, pero de los zarpazos del oc¨¦ano se tienen que ocupar los propios deportistas. Maya Gabeira sufri¨® tambi¨¦n un percance grave por el tiempo que permaneci¨® inconsciente bajo el agua. Cuando se recuper¨®, decidi¨® que no quer¨ªa que el trauma le condicionase de por vida y regres¨® al Atl¨¢ntico. En uno de los episodios se encontr¨® con la ola que la convertir¨ªa en la surfista de la historia que hab¨ªa llegado m¨¢s alto: 22,4 metros.
Las tablas de los r¨¦cords se pueden ver ahora en el fuerte de S?o Miguel Arc¨¢ngel, el mejor mirador para asistir al espect¨¢culo oce¨¢nico de Praia do Norte. El edificio del siglo XVI, cerrado al p¨²blico, serv¨ªa de almac¨¦n de redes ilegales de pesca confiscadas por la Marina portuguesa. Tras su rehabilitaci¨®n, explica su director Carlos Filipe, se ha convertido en un lugar muy frecuentado, con 1,6 millones de visitantes desde que abri¨® en 2013. ¡°Este a?o llevamos 250.000 turistas hasta julio. Ser¨¢ el mejor a?o de siempre¡±, predice.
En el interior del viejo fuerte que mand¨® construir el rey Sebastian, los paneles del Instituto Hidrogr¨¢fico Portugu¨¦s explican c¨®mo se forman las superolas gracias al ca?¨®n de Nazar¨¦, el desfiladero submarino m¨¢s grande de Europa con unos 200 kil¨®metros de longitud y 5.000 metros de profundidad, que se detiene a un kil¨®metro de la costa. En esta falla sumergida se encauza el oleaje del Atl¨¢ntico, que gana velocidad y altura al chocar con las ondas de la plataforma continental. En otras salas abovedadas se homenajea en el Surf Wall a los deportistas que salen a medirse con ellas. Entre las 40 tablas, se incluyen las de los r¨¦cords mundiales de McNamara, Gabeira, Koxa y Steudtner. Este es, adem¨¢s, el lugar donde se casaron Garrett y Nicole McNamara en 2012.
Garrett tuvo otro flechazo con Nazar¨¦. Lleg¨® cuando buscaba nuevas dosis de adrenalina. ¡°Hay un surf tradicional y un surf radical. Yo prefiero el radical, de arriesgar la vida siempre que entro en el mar¡±, sostiene en la serie documental de HBO Max. ?l fue el primer surfista que crey¨® en aquella costa. ¡°Arriesgu¨¦ mi carrera y mi vida. Dec¨ªan que lo de Nazar¨¦ no era una ola¡±, recordaba. ¡°Percibi¨® el potencial del proyecto que ten¨ªamos y tuvimos la suerte de que lo abrazase, pero si ¨¦l no hubiese querido, habr¨ªamos buscado otro surfista para que fuese la cara de North Canyon¡±, puntualiza Pedro Pisco, disconforme con la versi¨®n del documental que atribuye casi en exclusiva a McNamara la creaci¨®n del fen¨®meno surfero en Nazar¨¦.
Hasta 2013 McNamara y North Canyon fueron de la mano. A partir de ah¨ª, el nuevo alcalde Walter Chicharro decidi¨® que la C¨¢mara Municipal ten¨ªa que prestar el mismo apoyo a todos los equipos de surfistas. Ese fue el a?o en que empezaron a llegar de todas partes. ¡°El surf hizo la transformaci¨®n de Nazar¨¦, pero Nazar¨¦ tambi¨¦n hizo la transformaci¨®n del surf, que era un producto de nicho y Nazar¨¦ lo ha colocado en el centro del inter¨¦s medi¨¢tico¡±, defiende Chicharro. ¡°Es el lugar del surf inclusivo, democr¨¢tico, donde no tienes que coger un barco para adentrarte en el mar y se pueden concentrar hasta 30.000 personas un fin de semana para verlo desde la costa¡±, a?ade.
La celebraci¨®n del Nazar¨¦ Tow Surfing Challenge, que organiza la Liga Mundial de Surf, fue la consagraci¨®n definitiva para el hist¨®rico pueblo de pescadores como nuevo reino del surf de riesgo. Aunque esto no parece atraer de momento a deportistas locales. Nuno Santos, que naci¨® en la vecina Alcoba?a hace 41 a?os, es el ¨²nico que compite con los extranjeros. ?l tiene, adem¨¢s, algo que le hace ¨²nico entre todos: a veces lleva un viol¨ªn de fibra de carbono para tocar en el agua.
En 2018 Santos abandon¨® su carrera como profesor universitario para volcarse en las tres cosas que le apasionaban: la m¨²sica, el mar y la monta?a. Juntarlas es lo que le llev¨® a tocar por primera vez en la cima del volc¨¢n ecuatoriano Cotopaxi y a concebir el proyecto Un viol¨ªn en los lugares m¨¢s ins¨®litos, que ha incluido hacer m¨²sica mientras surcaba las olas de Nazar¨¦. ¡°Yo no lo hago por tonter¨ªa. Esto no es un chiste, en las monta?as o en el mar puedes morir. Es un proyecto, una performance, que me enfrenta a mis l¨ªmites frente a la naturaleza. Es mi manera de acercarme a Dios, incluso cuando no crees en Dios, cuando te encuentras en una situaci¨®n dif¨ªcil, acabas pidiendo ayuda a los dioses¡±.
En octubre de 2021 sufri¨® un accidente y el chaleco salvavidas le fall¨®. Pas¨® minuto y medio bajo el agua. ¡°Pens¨¦ en mi hija¡±, revive durante una charla en una terraza desde la que se divisa la espectacular costa de Nazar¨¦, ¡°pero luego reflexion¨¦ sobre el hecho de que todo tiene consecuencias, tambi¨¦n puedo morir conduciendo al trabajo. El surf es un riesgo, pero el riesgo mayor es ver pasar la vida sin hacer lo que te gusta¡±.
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