Mariano Garc¨ªa pierde la cabeza en la final de los 800m del Mundial de atletismo
El murciano, favorito despu¨¦s de unas grandes series, se enzarza en choques por la cuerda y queda fuera de juego en una prueba ganada por el norteamericano Hoppel
Ajeno al hispano trasiego, pero cercano a sus cuitas, por el pabell¨®n se pasea, tan alto, tan imponente David Rudisha, el mejor ochocentista de la historia, el atleta mas¨¢i que en los Juegos de Londres 2012 se convirti¨® en el ¨²nico hombre que a¨²n ha rozado la barrera de los 100 segundos (1m 40,91s) elev¨® a la m¨¢xima categor¨ªa el arte del front runner, el atleta de 800m que encabeza la carrera desde la calle libre, se convierte en su propia liebre y triunfa, y como Rudisha, pero m¨¢s lento, cuatro segundos o as¨ª, front runner siempre, Mariano Garc¨ªa, nacido para ganar. ¡°Muchas veces me dicen, como ech¨¢ndomelo en cara, que tengo una marca muy mala [1m 44,85s es su mejor marca al aire libre] para lo mucho que he ganado, que deber¨ªa estar por 1m 43 o as¨ª¡±, dice siempre el atleta de Cuevas de Reyllo, y lo repite antes de su segunda final en un Mundial en pista cubierta. Y la primera la gan¨®, hace dos a?os ya. ¡°Pero yo siempre respondo lo mismo. En mi pueblo no distinguen una marca buena de una mala, solo saben lo que es quedar primero o quedar segundo, y yo en mi vitrina no quiero una colecci¨®n de marcas, sino una colecci¨®n de trofeos¡±.
En su pueblo, y en todo el mundo saben lo que es el estilo, el canon el perfecto ochocentista fijado por Rudisha y antes que ¨¦l esbozado por Wilson Kipketer, Sebastian Coe o Peter Snell. ¡°Hace falta mucho valor para ser front runner¡±, dice Rudisha entes de la final cuando se le encomia su arte y se le recuerda cu¨¢nto le admira el espa?ol. ¡°Siempre dudas en alg¨²n momento porque puedes creer que est¨¢s haciendo de liebre para los dem¨¢s, pero es una de las mejores maneras, especialmente en la pista cubierta, porque te alejas del tr¨¢fico. Y si dominas el front running todo es m¨¢s f¨¢cil: eres t¨² el que decide c¨®mo corren todos¡±.
Mariano Garc¨ªa traduce la ciencia de Rudisha en un refr¨¢n, yo me lo guiso, yo me lo como. Sale a correr. No se encuentra con una carrera sino con un combate de boxeo. Sale por la calle uno y acelera para ser el primero en la calle libre, pero acelera m¨¢s el franc¨¦s Benjamin Robert, uno que se ha entrenado con el t¨¦cnico de la cuatrocentista m¨¢gica Femke Bol para coger velocidad. El choque es inevitable. El franc¨¦s, robusto le da duro. El murciano trastabilla y pierde los nervios. Se empecina en volver a coger la cabeza. Empieza a gastar en la segunda vuelta la energ¨ªa que necesitar¨ªa en la ¨²ltima. A los 300m ya est¨¢ otra vez delante, pero por detr¨¢s llega el belga Crestan, que le desplaza sin miramientos. Y luego el norteamericano Hoppel. ¡°Joder, macho, un golpe vale, dos vale, pero ya que he visto que me han dado por todos lados y nada, pero es lo que hay. Hay que seguir con la mente puesta en el siguiente objetivo y nada ahora vamos a descansar
y vamos a ir para mi pueblo lo m¨¢s pronto posible, a por el bizcocho que me estar¨¢ haciendo mi madre¡±, dice, y reconoce. ¡°Hoy hemos pasado muy r¨¢pido y he pecado de novato, bueno, novato no soy, pero he hecho como un novato y nada, vamos a seguir para adelante y a ver si sigo aprendiendo. Pero estoy muy feliz de haber estado en otra final mundial¡±.
Rudisha habla tambi¨¦n de igualdad, de carrera t¨¢ctica, del horror de las curvas tan cerradas en las pistas de 200m que ¨¦l nunca frecuent¨® porque eran una tortura para sus largas piernas, para su zancada inmensa, de aritm¨¦tica. ¡°Ganar¨¢ el que haga el mejor c¨¢lculo¡±, dice. ¡°Va a ser una carrera muy abierta. Cualquiera de los seis puede ganar porque est¨¢n todos muy igualados¡±.
No es el mejor calculador de la noche Mariano Garc¨ªa, tan alocadamente incurso en la pelea, y vac¨ªo, termina sexto y ¨²ltimo. ¡°Se me acumul¨® el l¨¢ctico y se me hincharon las piernas y mira c¨®mo tengo los brazos, tambi¨¦n hinchados¡±, dice. ¡°Pero mejor quedar ¨²ltimo que cuarto. Y yo solo quiero subir al podio para ser primero¡±. El m¨¢s inteligente y silencioso es el ganador final, el norteamericano Bryce Hoppel, que baj¨® de 1m 45s (1m 44,92s), que se anticipa al veterano e inteligente sueco Andreas Kramer (1m 45,27s), plata para el maestro del c¨¢lculo y la eficiencia, y al belga Eliott Crestan (1m 45,32s), bronce. Garc¨ªa es, finalmente, quinto. En una suerte de justicia po¨¦tica tard¨ªa, el franc¨¦s Robert fue descalificado por pisar por dentro en su pelea por la cuerda con el murciano.
En la final de 1.500m masculinos Mario Garc¨ªa Romo, 11? (3m 40,48s) y Adel Mechaal, sexto (3m 37,76s) estuvieron siempre fuera de la pelea por una victoria que se llev¨® el neozeland¨¦s Geordie Beamish (3m 36,54s), heredero de John Walker y su melena, campe¨®n ol¨ªmpico de los 1.500m en Montreal 76.
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