?Fue antes asesino o jugador de f¨²tbol?

Aar¨®n Hern¨¢ndez era un ¨ªdolo de dimensiones estratosf¨¦ricas en Estados Unidos, estrella del f¨²tbol americano, ni?o prodigio, guapo, con un talento descomunal y en el mejor equipo para demostrarlo. En 2017, con 27 a?os, se suicid¨® ahorc¨¢ndose con unas s¨¢banas en la celda en la que cumpl¨ªa condena por asesinar a uno de sus mejores amigos. Cuando unos cient¨ªficos analizaron su cerebro descubrieron da?os nunca antes vistos en una persona tan joven.

Lo que Hern¨¢ndez padec¨ªa era Encefalopat¨ªa Traum¨¢tica Cr¨®nica, una dolencia asociada al 99% de los jugadores de f¨²tbol americano, seg¨²n demostr¨® un estudio en 2017 tras analizar 110 ¨®rganos de deportistas fallecidos. Se trata de un trastorno cerebral causado por un deterioro en el que las c¨¦lulas nerviosas mueren debido a los golpes reiterados. Es algo que los cient¨ªficos llevan estudiando a?os y que ha provocado la concesi¨®n de importantes remuneraciones por parte de los equipos a los jugadores afectados y sus familias. Para que el espect¨¢culo siga.

Un impactante reportaje del New York Times se sumergi¨® en las ra¨ªces de este deporte, en el mundo amateur, para mostrar que no solo los deportistas profesionales acababan sufriendo este trastorno, sino que los adolescentes que empiezan a practicarlo con seis a?os, en el colegio, ya lo padecen. Este trabajo period¨ªstico recoge las historias de cuatro familias, cuyos hijos se quitaron la vida antes de los 25 a?os. Se suicidaron como Aar¨®n Hern¨¢ndez. El trabajo incluye grabaciones caseras de la infancia de los protagonistas en los que se les ve colisionando con sus compa?eros de juego cuando apenas levantan metro y medio del suelo.

El v¨ªdeo que abre el reportaje es el de Wyatt Bramwell, un chico de 18 a?os que se graba a s¨ª mismo dentro de su coche, en el que explica que lleva mucho tiempo sufriendo depresi¨®n y ansiedad. ¡°Las voces en mi cabeza han tomado el control. Me han dado muchos golpes en la cabeza jugando a f¨²tbol. Muchos. Y yo no le he contado a nadie c¨®mo me hac¨ªan sentir y he seguido jugando, algo poco inteligente por mi parte¡±, cuenta el chico. En la grabaci¨®n hace una ¨²ltima petici¨®n a sus padres, que donen su cerebro a la investigaci¨®n cient¨ªfica para descubrir si ten¨ªa da?o en ese ¨®rgano. Despu¨¦s de eso, sali¨® del veh¨ªculo y se peg¨® un tiro en el pecho. Su familia cumpli¨® su deseo y don¨® su cerebro. Sus sospechas se confirmaron, tambi¨¦n ¨¦l ten¨ªa Encefalopat¨ªa Traum¨¢tica Cr¨®nica, igual que el resto de protagonistas del reportaje.

Esta semana, el exjugador del Real Madrid Rapha?l Varane ha contado en una entrevista que ¨¦l ha sufrido conmociones cerebrales al rematar de cabeza en su carrera deportiva, y que estas han tenido consecuencias en su salud y en su rendimiento en el terreno. En concreto hace referencia a dos partidos en 2014 y 2020. Varane cuenta que en su actual equipo, el Manchester City, les aconsejan no rematar m¨¢s de 10 veces de cabeza en cada entrenamiento, por ejemplo. ?l mismo ha pedido a su hijo, que tambi¨¦n juega a f¨²tbol, que evite este movimiento con el bal¨®n.

El jugador ha relatado esto para abrir este debate, que se tenga en cuenta el da?o a la salud de los golpes reiterados y se tomen medidas. Varane incluso ha apuntado que disput¨® algunos encuentros con un aut¨¦ntico shock y que varios minutos de partido se han borrado de su memoria. En su entrevista, el futbolista menciona al doctor Philippe Malafosse, un especialista franc¨¦s que lleva a?os investigando las lesiones cerebrales en todo tipo de deportes en los que hay contacto, tambi¨¦n en el rugby.

?Hasta qu¨¦ punto se puede poner en juego la salud por una competici¨®n deportiva? Tal vez habr¨ªa que adaptar las reglas a los tiempos, ahora que la evidencia cient¨ªfica nos cuenta cosas que antes solo pod¨ªan intuirse. Aunque para eso haya que tocar algo m¨¢s que un simple reglamento e ir directamente al coraz¨®n de una sociedad, como en el caso de la estadounidense, donde el f¨²tbol americano es una cuesti¨®n identitaria. En el caso de las cuatro familias cuyos hijos murieron antes de los 25 con da?o cerebral severo, muchos padres responden que si supieran lo que saben hoy, volver¨ªan a dejar que sus hijos practicaran este deporte.

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