Quique Llopis, plata en los agridulces 110m vallas de los Europeos de atletismo
El atleta valenciano logr¨® su mejor marca personal (13,16s) en una final ganada por el italiano Simonelli y en la que Asier Mart¨ªnez se qued¨® al pie del podio
Por la escalera que sube a las gradas altas del Ol¨ªmpico desciende acelerado Toni Puig, que todav¨ªa no ha podido abrazar a su Quique Llopis, al vallista que amamanta generosamente desde ni?o y que ya crecido, y muy crecido, y su barba empieza ya a espesarse aunque no cumplido a¨²n los 24, acaba de ganar una medalla de plata europea en los 110m vallas, la prueba m¨¢s ingrata. ¡°Ya ha dado un paso adelante. Un paso sin retorno¡±, dice el t¨¦cnico de Gand¨ªa. ¡°Bueno, no lo ha dado ahora, ha empezado a darlo despu¨¦s de la ca¨ªda de Estambul. Y en el Mundial de Budapest del a?o pasado ya se vio¡±. Habla Puig de c¨®mo el atleta de Bellreguard, pueblo vecino, super¨® el golpe en la cabeza que sufri¨® al tropezar en la ¨²ltima valla de los 60m en la final de los Europeos en pista cubierta en la capital turca y que le dej¨® tendido, inconsciente en el centro del pabell¨®n. Habla Puig del atleta con cualidades portentosas que hace dos a?os, en la final de los Europeos de M¨²nich, se dej¨® vencer por la presi¨®n y la ansiedad. Y habla, sin querer casi, de c¨®mo el atletismo son ciclos, estar arriba, estar abajo, crecer, caer, y superarlo todo. Habla de Asier Mart¨ªnez, el campe¨®n de Europa en M¨²nich, a quien quiere m¨¢s que nadie Llopis, y que, a su lado, en la zona mixta, solloza y se abraza a su entrenador, Fran?ois Beoringyan, franc¨¦s de Par¨ªs, que le consuela y le promete que en agosto, cuando los Juegos, le llevar¨¢ a su barrio en las afueras, y buscar¨¢ a ver si a¨²n resiste algunos de los grafiti que pintaba en sus paredes cuando era m¨¢s joven y era Swan, la nube. ¡°Y mejor fallar ahora que en los Juegos¡±, dice, y recuerda que Asier Mart¨ªnez, navarro de Zizur Mayor, nacido en el a?o 2000 como Llopis, ya fue a los 21 a?os finalista en los Juegos de Tokio. ¡°Eso, claro, si pudi¨¦ramos saber cu¨¢ndo ¨ªbamos a fallar¡±.
No lo sab¨ªa Asier, que termin¨® cuarto (13,45s) en una final que comenz¨® desastrada, con una salida nula, y el recuerdo de la nula en la final del Mundial de Glasgow en los 60, en marzo, aunque esta vez solo fue castigado con tarjeta amarilla. En la segunda salida, desapareci¨®, se volatiz¨®, el atleta fuerte, duro como una roca, insensible a la ansiedad, que ha ganado tantos t¨ªtulos, que compite siempre tan bien como lo hab¨ªa hecho dos horas antes en la semifinal, dominatrix. Se durmi¨® en los tacos, sali¨® sin ritmo, derrib¨® vallas, tropez¨® zopenco, y siempre vio lejos, delante, el duelo de su amigo Llopis con el italiano Lorenzo Ndele Simonelli, nacido en Tanzania hijo de arque¨®logo italiano y una mujer tanzana, un fiel reflejo, como McGrath, como Karlstr?m, como tantos j¨®venes, de que es posible la sociedad global, el mundo mestizo, sin fronteras ni banderas. Se impuso Simonelli con unos extraordinarios 13,05s, mejor marca europea del a?o, a un Llopis que con 13,16s, su mejor marca de siempre, entra en el exclusivo reino de los sub-13,20s, la cr¨¨me de la cr¨¨me de las vallas mundiales.
¡°Ya en el mundial de pista cubierta, donde fui cuarto, me di cuenta de que igual 60 no es la mejor prueba que tengo y de que mi nivel competitivo estaba cambiando mucho, tanto f¨ªsica como psicol¨®gicamente. Estoy mucho m¨¢s tranquilo¡±, dice Llopis, el tatuaje de la frase de Harry Potter, la luz en la oscuridad, siempre en su brazo, y la medalla de Rayo, su perro. ¡°Ahora tengo que asimilar todo y, sobre todo, agradecer a mi familia, a mi entrenador, a todo el mundo, y a Asier sin ninguna duda.
Estoy seguro de que si Asier no estuviese haciendo lo que est¨¢ haciendo, haya hecho lo que haya hecho esta noche, mi nivel no hubiese llegado a este punto, sin ninguna duda¡±.
La mejor relaci¨®n del atletismo espa?ol genera tambi¨¦n la mayor frustraci¨®n, la imposibilidad aparente de que ambos sean felices la misma noche, los dos en el podio abraz¨¢ndose. ¡°El resultado de Quique endulza un poco mi pena¡±, dice el vallista navarro. ¡°?l s¨ª que ha sacado lo que hab¨ªa que sacar cuando tocaba. En M¨²nich fue al rev¨¦s.
En este caso he sido yo solo el que me he inducido al error. Y Quique ha sacado una marca incre¨ªble en el momento en el que tocaba¡±.
Fuera del podio, cuarto y quinto, respectivamente, se quedaron Adel Mechaal y Thierry Ndikumwenayo, los dos espa?oles con posibilidades de medalla en una final de 5.000m que transit¨® indecisa, morosa, hasta la ¨²ltima vuelta, hasta que decidi¨® moverse Jakob Ingebrigtsen, el fen¨®meno noruego, gran favorito y ganador con 13m 20, 11s. Tras ¨¦l pelearon el brit¨¢nico George Mills (segundo, 13m 21,38s) y el suizo Dominic Lobalu (tercero, 13m 21,61s) con los dos espa?oles, sin gas ya en la recta final. Mejor impresi¨®n caus¨® el sorprendente velocista barcelon¨¦s Guillem Cresp¨ª, finalista sorprendente en los 100m victoriosos del local Marcell Jacobs (10,02s) y quinto final con 10,18s, su mejor marca de siempre. Tan buena casi como los tres del 800m, ?lvaro de Arriba, Moha Attaoui y Adri¨¢n Ben, clasificados para la final del domingo (22.27).
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