El mediocentro es medio equipo
El Madrid llevaba muchos a?os sabiendo que Kroos no jugaba en el lugar que debe ocupar el mediocentro, sino que el medio centro era el lugar en el que estaba Kroos
Si el f¨²tbol es una cuesti¨®n metodol¨®gica, el mediocentro es un asunto estrat¨¦gico. Hay una an¨¦cdota que a¨²n corre por los pasillos del Madrid. Al parecer, Santiago Bernab¨¦u acudi¨® a un partido y cuando fue a sentarse encontr¨® su butaca ocupada por un ministro y busc¨® acomodo en otro lugar. Un empleado se acerc¨® preocupado por la situaci¨®n y Bernab¨¦u lo tranquiliz¨® con la l¨®gica de un gigante: ¡°el presidente del Madrid est¨¢ donde se sienta, no donde est¨¢ su asiento¡±.
Qu¨¦ tendr¨¢ que ver esto con los medios centros, se preguntar¨¢ usted. Bastante cuando el mediocentro es un crack. Porque tambi¨¦n en el campo de juego hay lugares espec¨ªficos reservados para los especialistas. Posiciones muy bien definidas, como la del mediocentro, que en su solo enunciado expresa con precisi¨®n el sitio que debe ocupar. Hasta tiene un dibujo que lo contiene y es, salvo excepciones, su direcci¨®n postal: el c¨ªrculo central.
Pero el Madrid llevaba muchos a?os sabiendo que Kroos no jugaba en el lugar que debe ocupar el mediocentro, sino que el medio centro era el lugar en el que estaba Kroos. Pod¨ªa ser, sin ir m¨¢s lejos, en la posici¨®n de lateral izquierdo, lugar que se convert¨ªa en su centro de operaciones para mover al equipo. De manera que su marcha no dej¨® un lugar vac¨ªo, sino un concepto, una funci¨®n, un modo de ser colectivo. Hoy todo parece vac¨ªo. El tiempo y Carlo Ancelotti solucionar¨¢n el problema, pero mientras tanto ni el imponente Mbapp¨¦ aten¨²a la preocupaci¨®n. Se acusa al mediocentro de no ser un jugador decisivo. Sospecha por la que, supongo, el f¨²tbol no supo distinguir en su justa medida la inteligencia estrat¨¦gica de Busquets, un genio que simplific¨® lo dif¨ªcil durante una larga d¨¦cada ante la ignorancia de los entregadores de premios. Nunca estuvo entre los 30 mejores de Europa en las votaciones del Bal¨®n de oro.
Esta semana la desgracia quiso que el Bar?a perdiera por un largo tiempo a un pich¨®n de Busquets: Marc Bernal. Le queda una vida por delante y le sobra talento, de modo que esperemos que el futuro le reserve un mayor reconocimiento del que tuvo su maestro. Ahora se intenta devaluar a Rodri porque su papel de distribuidor se considera burocr¨¢tico y no lo acerca al gol. Es verdad, pero lo que hace es nada menos que adue?arse del juego y, desde m¨¢s atr¨¢s, poner las condiciones para que los delanteros se encarguen del peligro con m¨¢s ventaja.
A los jugadores hay que evaluarlos por lo que hacen cuando est¨¢n y por las consecuencias que dejan cuando no est¨¢n. Solo as¨ª haremos una evaluaci¨®n correcta. La nostalgia de Kroos sirve de testigo de esta idea, pero no hay mejor ejemplo que el de Rodri, que estuvo 73 partidos sin perder (65 con su club y ocho con la Selecci¨®n). Si consideramos solo los partidos que jug¨® con el City son 74 partidos sin perder en un total de 475 d¨ªas invicto. Pero la prueba del algod¨®n es que la temporada pasada el City perdi¨® solo cinco partidos y en cuatro de ellos no estaba Rodri. C¨®mo me hacen re¨ªr los que dicen que su funci¨®n es administrativa.
Es el momento de preguntarse qu¨¦ es m¨¢s importante: ?marcar goles o ganar partidos? La velocidad y la fuerza se est¨¢n apoderando del f¨²tbol, pero hay funciones en las que importan, con y sin el bal¨®n, la inteligencia, el criterio, pensar bien y pensar r¨¢pido¡ Todo eso est¨¢ en la cabeza, luego baja a los pies, que conviene que sean precisos. Entonces s¨ª, todo empieza a funcionar y hasta a parecer f¨¢cil.
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